Me perdonan los caracoleros, rcneístas, juegodetronofílicos, breakinbadnáticos…Hay series muy buenas y otras mediocres (ya sabemos para quién va el agua sucia ¿o no copialinos?) pero dentro de mi espíritu fanático, desafiando a cualquier crítico, defendiendo hasta sus horas bajas o incomprensibles giros, el capítulo número ocho de la cuarta temporada de The Walking Dead es lo mejor que he visto este año.

Extrañaba esas sensaciones de tensión, angustia, miedo y dolor y los encontré todos en «Too Far Gone» un capítulo que ya anticipaba Robert Kirkman, [co creador del cómic y la serie]  nos dejaría con el corazón en la boca

No es una serie que desfile en los grandes premios de la TV y no le hacen falta. Las legiones de fanáticos que ha desatado y el incremento de su rating son parte del negocio y vaya que les ha salido bien. Por eso destaco cinco razones por las cuales adoré este capítulo y recomiendo extraer lecciones para intentar ser medianamente originales, un poquito nada más, no más adaptaciones «locales» ni chicharras paralizadoras. esto es lo que hay que analizar de The Walking Dead.

1. Un villano de mierda

El Gobernador ocultaba terribles secretos. Sobrevivió de la manera más absurda en la tercera temporada. Y regresó en dos capítulos algo tediosos pero que lo alistaron para un encuentro largamente esperado por los fans: él y Rick en un duelo a muerte. Sus acciones dementes desde el inicio del capítulo y su lúgubre final (esperaba más sufrimiento) cerraron un círculo magistral en el que aplaudo a David Morrisey por su soberbia interpretación. Dejó el listón alto para otro sádico sobreviviente de este apoacalipsis.

2. Cero contemplaciones

Si algo aprendí de 24 y luego con The Walking Dead es que cualquier personaje tiene los días contados. Más en esta última. No importa si Herschel fuera la mismísima Teresa de Calcuta auxiliando infectados en el pabellón de la cárcel, recibió su planazo a pesar de su confiada sonrisa de «todo va a salir bien» ¿O era una expresión resignada a la cruel muerte que le esperaba? Desde el deceso de Lori (que disfruté por incordiosa) y la propia de Shane, la de Herschel confirma la regla y ya podemos hacer apuestas sobre el próximo sobreviviente en dejar este mundo definitivamente. Aunque hubiera sido divertido ver la cabeza de Herschel como zombie. Por cierto, ni los niños se salvan, lo que a mi modo de ver le da más veracidad al planteamiento de la historia -lo siento por Meghan-

3. El verdadero peligro

El paralelismo con series corales como Lost es inevitable. Grupos de humanos regados por doquier en vez de unirse crean un vorágine de víctimas y victimarios en la que solo hay perdedores. Los zombies pueden atacarte y comerte a dentelladas, pero que ya no puedas confiar en los que tienes al lado y cualquier sobreviviente esté dispuesto a llegar al límite es una cruda lección de la condición humana: el hombre es un lobo para el hombre. Y de nuevo los niños, que siempre tratan de vendernos como seres necesitados de protección, nos sorprendieron usando armas para defenderse en el ataque a la prisión. Recordemos que es una situación extrema en una serie de ficción, pues no faltará el moralista que diga «eso no es un ejemplo para nuestros hijos» ¡Esto no es la jodida Plaza Sésamo!

4. El cliffhanger

¿Judith, la hija de Rick, está muerta? Si la salvaron ¿quién se la llevó? ¿A dónde fueron todos los sobrevivientes? ¿Carol reaparecerá en algún momento como una psicópata maldita? Mientras más interrogantes más adictiva se hace The Walking Dead.

5. Más acción y más sangre

Díficil que lean este blog Glen Mazzara o el propio Kirkman, pero antes de cualquier spin-off o derivados de la serie, considero que The Walking Dead puede quedar en un punto muy alto hasta en una sexta temporada. El giro que propongo: una maldita droga que evite convertirse en zombie al morir o un tenebroso plan para acabar con toda esa plaga con una detonación en masa. Imaginación sobra para llevar más lejos esta historia y darle un final digno sin alargues innecesarios. Además, blindada contra remakes. Esa es la ventaja de las series caras, todavía estamos a años luz de lograr los efectos de La Mujer Maravilla como para medirse a un proyecto de este tipo. Mejor sigan perdiendo el tiempo con luminosas ideas. Acá les mando una: ¿qué tal adaptar los Teletubbies, para seguir arruinando el ya decaído nivel académico de la infancia?

Ya estoy desvariando, por lo pronto me morderé los codos hasta el 9 de febrero para continuar con mi serie de cabecera. Me importa un bledo si vienen seis capítulos de disertaciones y dos de balacera y sesos. Para mí, The Walking Dead es la serie del año y el furor no soportará regalos de navidad.

En el próximo post, les traigo una entrevista realizada en Buenos Aires a un gran director argentino.¡Aguanta un par de días Felipe!

@juanchoparada

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