¡Lo que hacen las discusiones en clase! Discutiendo sobre el impacto del storytelling en el marketing digital, surgió un aspecto interesante alrededor de las campañas sobre pañales para bebé. Y qué creen: pues que todas son positivísimas. Mamás compuestas y sonrientes, junto a bebés que duermen doce horas sin derramar lágrimas, frente a los cuales ocasionalmente aparece un padre responsable gozando la felicidad por los siglos de los siglos…
Independientemente de la marca y de los nuevos mensajes por explorar para capturar la sensibilidad de la población (claro, con miras a vender) el nudo de la cuestión planteada fue ¿realmente es tan satisfactorio la época del embarazo para un hombre «responsable»? Hasta la idea de rebelarse frente al abandono en que las nuevas mamás dejan a sus maridos nació como propuesta publicitaria.
Ese planteamiento me recordó la fallida serie Up All Night (2011) con Christina Applegate y Will Arnett en roles de papás primerizos donde Chris (el papel de Arnett) es quién se queda a cargo del recién nacido, mientras su jovial madre pareciera vivir en un frenesí de soltería.
El ejemplo de la serie es suficiente para proponer un interesante argumento: ¿Cómo vive realmente un hombre la paternidad durante los días posteriores al parto de su esposa? Evidentemente el núcleo del debate, que sonrojó a más de uno, tiene que ver con la intimidad. ¿No debe pensar en sexo por simple respeto? ¿Esta mal que el padre piense en tocar a su pareja mientras ella lucha alimentando a su retoño con leche de pecho?
Las respuestas son infinitas al respecto: el deseo sexual masculino también decae, que «¿cómo se le ocurre?» o «para eso está la masturbación o el porno»… una galería de posturas entre divertidas y vulgares donde no hay solución no es sencilla a simple vista.
Por esa razón, a los lectores de este blog y seguidores en redes sociales que son padres primerizos (o ya comandan una prole) les pregunto ¿Cómo manejan el tema de la sexualidad durante esos cien días? ¿Se sienten desplazados en términos de afecto por su pareja? ¿De verdad necesitan rebelarse ante esa opción de convertirse «el segundo amor» en la vida de su cónyuge?
Aunque la serie no haya perdurado en el tiempo, Up All Night es desternillante… en vez de suegras facilonas, playitas y roncas, hay situaciones más cotidianas de las cuales pueden salir buenas producciones.
@juanchoparada
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