¡Como de telenovela! La gran obsesión de algunos celosos patológicos (y por extensión, a los inseguros e inseguras del planeta) es cerciorarse de que nuestras parejas sean «de uno» y de nadie más.

Pues ahora la tecnología abandera la causa y es así que conozco la «revolucionaria» aplicación disponible para IOSAndroid llamada mCouple, un fastuoso sistema de espionaje que hace tracking de todo el comportamiento digital entre dos personas: desde grabar conversaciones telefónicas hasta saber con quién habla nuestra ternurita en Skype o Facebook...¡hasta saber dónde está gracias a su geolocalizador!

Claro, algunos pensarán que esta es la solución para padres visiblemente angustiados por saber dónde se encuentran sus hijos o con quién hablan hasta las cuatro de la mañana. No obstante, los reviews de esta app son concluyentes es que el mCouple es perfecto para descubrir infidelidades, precisamente por la capacidad que tiene de rastrear toda actividad que se realiza a través de internet. Es el Cheaters llevado al móvil, sin decir más.

La primera pregunta que surge es: ¿estaría dispuesto a compartir con su pareja (o con sus hijos) una aplicación de estas características? He oído casos frecuentes de parejas (y padres) que discuten frecuentemente por algo que parece inofensivo: revisar el celular del otro. ¡Es invasión a la privacidad, punto! La relación amorosa parte de la confianza mutua, pero hay límites en esa confianza y uno de ellos es la privacidad. Cada quien debe conocer sus propios límites en su entorno personal, pero el simple hecho de atribuirse el deber de conocer todos nuestros movimientos por tener un compromiso sentimental no solo es enfermizo sino que puede desencadenar tragedias. Ahora, si dieron papaya quedarán más expuestos, por lo que la ley de perdón sin olvido se aplica a rajatabla y siempre estarán en el ojo del huracán.

De otra parte, justamente la personalización de la tecnología abre las puertas a otro tipo de conductas, que si bien son identificables y penalizables, pasarán un buen tiempo sin ser descubiertas. Así que el asunto se reduce a establecer, en la medida de lo posible- con qué clase de personas nos relacionamos, para evitarnos luego sorpresitas.

¿Cómo conecta eso con la ficción? Si en algo se han puesto a tono las telenovelas es en desmontar los cuernos gracias a un descuido tecnológico como dejar el celular SIN CLAVE y dejarlo a la vista de la pareja mientras uno se baña. Así pasó en el capítulo 1 de Quiero Amarte de Televisa

Para los que me leen ¿qué experiencias han tenido con el celular y sus parejas? ¿Ese diminuto aparato se ha convertido en la nueva manzana de la discordia?

@juanchoparada

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