Quizás, como muchos, llegué a Soundgarden con el estrambótico video de Black Hole Sun. Allí me empecé a familiarizar con la voz de Chris Cornell, otro hijo de Seattle, quien en esa canción señalaba esta estrofa:

Times are gone for honest men
And sometimes far too long for snakes

(Se acabó el tiempo para los hombres honestos,

y a veces hay demasiado tiempo para las serpientes)

Puede que la canción sea un lugar común en la historia del rock alternativo y el grunge como tal. No obstante, esa visceralidad solo podía provenir de alguien tan descontento como muchos otros en la escena. Podemos hacer un top de preferencias, pero ya no importa el orden de quién esté más arriba. La repentina muerte de Cornell no solo nos golpea a los que nos identificamos con todo ese movimiento, también nos trae a la realidad el poco estimulante momento que atraviesa el rock hoy en día.

Llevo varios años redescubriendo sus sonidos en infinidad de agrupaciones, unas más honestas que otras -siguiendo el mensaje de BHS- E inmediatamente conecté con las columnas que el músico y periodista mexicano Hugo García Michel le ha dedicado a lo que llama el «rockcito» en su espacio del diario Milenio.

Si bien lo plantea desde la perspectiva local, seguro aplica en otros contextos como el nuestro. No estoy de acuerdo con todo lo que plantea, pero sí con la sensación de lo insufrible de muchas propuestas que rondan por ahí, disfrazadas de «novedad», «políticamente incorrectas» y en realidad son acné inflamado. En la primera de ellas habla del rockcitito, el rock cumbianchero, el hecho en inglés y el noño. Y en la más reciente se va lanza en ristre contra lo que denomina el rockcito andino (influenciado por los sonidos peruanos), el rockcito de primer demo y las bandas tributo.

¿Qué tiene que ver esto con el fallecimiento del líder de Soundgarden y Audioslave? Su escaso interés por los temas políticos (aunque con este último grupo se dieron el lujo de tocar en Cuba en mayo de 2005) no era óbice para continuar haciendo música dictada por la conciencia de alguien que, tras estremecer la cachondería del glam a finales de la década de los ochenta, podía cansarse también de estar cabreado con el mundo y regalar temas más dóciles hasta para una película de James Bond. Él, junto con Cobain, Staley y otros tantos en esta galería de vidas truncadas durante la efervescencia de su pensamiento, no dejaron de contarnos la necesidad de gritar nuestra impotencia y soltar algunas verdades a quien se las merece.  Y pudo llegar junto con Eddie Vedder, aún vivo, para mirar el retrovisor, pensar si valió la pena y pararse en algún lugar: desde afiliarse a alguna causa a simplemente cantar. Ambos llegaron a Colombia veinticinco años después de todo su brillo inicial, y no importó el escaso público o las condiciones de su presentación (Cornell trató de resumir su trayectoria en 45 minutos en medio de un marasmo de «nuevos sonidos» y la visita de Pearl Jam estuvo precedida de todo el maltrato inimaginable) Porque el grunge ya no vende, ¿qué es eso?  ya se murió, o clava más puntillas a su ataúd con la muerte de cada uno de sus precursores. Entonces mejor  vendámoslo junto a una caterva de intérpretes «que sí le hablan a esta generación», «que rescatan lo nuestro» y resulta que esta generación se siente más cómoda tomándose selfies o grabando eternas secuencias de videos durante sus shows que sacándose desde el fondo del pecho un «hoyo negro en el sol». La misma generación que se quita la vida porque alguien se lo ordena desde una red social.

Lo siento, pero me cuesta seguir la música de hoy. Hago mi mejor esfuerzo, pero cuando veo que nadie se acerca ni remotamente a lo que lograron otros en el pasado y su matrícula de honor es cuantos equis te siguen en instagram o el número más grande de reproducciones de videos, mejor me quedo instalado bien calientito en el pasado. Y que le siga cantando bien fuerte a este endemoniado porvenir.

Para cerrar, otro recuerdo de Seattle: las voces de Vedder y Cornell en el proyecto Temple of The Dog, que ha sido mi himno en la mañana de hoy desde que supe la noticia: Hunger Strike

@juanchoparada

juanchopara@gmail.com