La noticia mundial del momento, que sumerge en la incertidumbre a España, genera toda clase de preguntas sobre la subsistencia de esta comunidad en su posible rol como nación autónoma: la economía, la movilidad, la sociedad, el deporte, el entretenimiento… ¿cómo resolverá los nuevos desafíos?
Mientras lo averiguamos, solo quería recordar algunas aportaciones recientes de la televisión catalana, que recomiendo ver bien en un ejercicio de curiosidad o para hallar en sus ficciones algunas claves de su futuro inmediato. Las series mencionadas cuentan con el apoyo del canal local TV3.
Polseres Vermelles (2011)
El fenómeno del interés por la producción audiovisual catalana contemporánea lo inició “Pulseras Rojas (su título en castellano) Creada por Albert Espinosa y basada en su novela El Mundo Amarillo, fue una dramedia en plena forma con un ambiente médico más centrado en los pacientes, principalmente niños y jóvenes, que dieron la nota en las tres temporadas de emisión. Hablar de la muerte o la enfermedad a tan temprana edad no es fácil y se suele caer en el sentimentalismo barato, pero la naturalidad con que logró transmitir un mensaje de esperanza le granjeraron el interés de la cadena norteamericana ABC para hacer su versión en el 2014, Red Band Society, misma que fracasó estrepitosamente. Es que no es fácil copiar, perdón, adaptar.
Cites (2013)
Tras el éxito de la pandilla de pulseras Pau Freixas estuvo nuevamente tras las cámaras en la dirección de este proyecto, inspirado en la serie británica Dates, que explora las relaciones humanas en la era del speed dating virtual. Dos temporadas fueron suficientes para dar el salto de su emisión local a nacional por el buen desarrollo de sus capítulos y la respuesta de la audiencia durante su transmisión.
Merlí (2015)
Las series de instituto (que en Colombia ya son rara avis) bien concebidas generan grandes dividendos. Lo puede confirmar Héctor Solano, creador y guionista de esta historia, influenciada por la sombra de El Club de los Poetas Muertos al tener la imagen de un docente de filosofía inspirador para algunos y molesto para otros. Aunque anunció su final para la tercera temporada, ya cuenta con el aval de Netflix para su emisión internacional, un ejemplo adicional de contenidos que se bastan por sí solos para destacar en el mercado.
Que no se pierda el impulso de hacer buena televisión en medio de este convulso momento.
The Walking Dead 8 ¿Ahora sí se agotó la gasolina?
El debut de la nueva temporada de la ficción estadounidense bajó drásticamente las expectativas: 11,4 millones vieron el inicio de la guerra ‘Todos contra Negan’ un poco por encima del estreno de la tercera temporada (10,8 millones) y muy por debajo de los mejores números de la serie, el inicio de la quinta temporada, que registró 17, 29 millones de espectadores, cifras divulgadas en esta nota del diario El Mundo.
Si a esto le sumamos el notable descenso de las descargas ilegales (curioso parámetro para determinar el éxito de una serie) así sea atribuido en parte a las medidas tomadas por FOX para evitar la piratería, lo cierto es que, si bien para el negocio no son números fatales, vuelven a advertir del cansancio que produce en la audiencia las vueltas que dan los productores en la promesa de una “temporada alucinante”. Ansiábamos ver la dinámica grupal -una de las grandes bazas de la serie que ha atraído a los fanáticos – a un Rick más aguerrido y a un villano en su punto (todo le sirvió para aprobar con una calificación de 82/100 en Rotten Tomatoes y ser tendencia global en su estreno) pero el chicle estirado se rompe, e incluso si se cumplieran todos los juramentos creo que asistimos al declive del fenómeno. The Walking Dead puede reinventarse para no sentir tan duro la caída o despedirse a lo grande con un poderoso arco argumental, como lo he dicho en ocasiones anteriores, pero en cualquiera de los dos casos, POR FAVOR, no beban más de la teta del cómic ¡Sorpréndenos Kirkman y compañía!
@juanchoparada
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