En una de las épocas más surrealistas de nuestro país, donde adelantaban el tiempo a conveniencia y volvíamos a la luz de las velas como compañía irremediable después del colegio o el trabajo (en este especial de El Tiempo pueden revivirlo) Colombia vivió un extraordinario duelo de producciones que también le salieron al quite al relajo energético y quedaron enmarcadas en la memoria de una generación.
25 años después estos son algunos de los recuerdos de Sangre de Lobos y En Cuerpo Ajeno, indiscutibles sellos de calidad, donde los creadores de las historias eran tan o más sobresalientes que sus protagonistas.
- Las familias, el eje de los dramas
En Cuerpo Ajeno, escrita por Julio Jiménez y producida por RTI, y Sangre de Lobos, original de Bernardo Romero Pereiro para Producciones JES, se desenvolvían en el seno de familias respetables, pero con oscuros secretos que revelar. La fórmula ya había sido explotada con éxito por el primero (La Abuela, Los Cuervos) mientras que Romero Pereiro, con el apoyo de Mónica Agudelo en la escritura de guiones, retrató una singular lucha por el poder que servía de excusa para el tema más fuerte que explotar. Curiosamente ambos escritores venían de una buena racha: Jiménez, por su ¿Por qué mataron a Betty si era tan buena muchacha? y Romero Pereiro con la inolvidable Escalona, de lejos una de las mejores representaciones de la cultura costeña, prueba adicional del sello de éxito que representaban sus firmas en los libretos.
- Incesto y reencarnación: dos temas polémicos
Otro común denominador en ambas realizaciones era la apuesta por temas espinosos que podían acabar en la cursilería o el truco barato. Mientras En Cuerpo Ajeno abordaba la reencarnación con el correspondiente tono sombrío de su ejecución (la entrada de la novela era una muestra de ello), Sangre de Lobos daba cierta vuelta de tuerca (que no toda) al manido recurso del amor prohibido entre dos supuestos medios hermanos, con un dolor adicional: el protagonista, interpretado por Edmundo Troya, era un sacerdote. Sin embargo, se cuidaron de no llevar al límite la paciencia del devoto público al poner en aprietos sexuales al curita en ejercicio -algo que sí ocurrió después con la serie Pecado Santo-. Por ahí introdujeron una sutil trama de lesbianismo con el personaje interpretado por María Fernanda Martínez, pero aparentemente pasó desapercibido para la respetable audiencia.
3. Protagonistas sensuales y empoderadas, rodeadas de grandes elencos
Amparo Grisales, la eterna diva de la televisión colombiana, ya era de comer aparte en la industria, máxime cuando el rol de Isabel Arroyo la entronizó en un pedestal de villana sexy con ciertos remordimientos. Una protagonista-antagonista radicalmente opuesta al canon del drama rosa convencional. Y más opuesta aún a su rival de temporada, Aura Cristina Geithnner, encarnando a una dulce pero conflictuada Silvia Martínez dispuesta a tomar el control en el emporio hotelero de los Millán. De esa manera empezaría con pie derecho la década de los noventa para afirmarse como figura de cuidado en el trono de los mejores protagónicos con “La Potra Zaína” … bueno, hasta que llegó Café con Margarita Rosa de Francisco. Al lado de cada una estuvo Danilo Santos, el último gran galán colombiano de aquél momento y el mencionado Troya haciendo lo propio con la Geithnner. Todos ellos respaldados por repartos de primeros actores y nuevas figuras para la época. La producción de JES se dio el lujo de contratar al mexicano Fernando Allende para aumentar el interés. Para escuchar una y otra vez ese piano, parte de la instrumentación empleada por la dupla Arrieta y Sagarminaga en la historia de RTI, de los mejores compositores en la era más lúcida de la televisión criolla.
4. Por caprichos del apagón ambas fueron rivales de audiencia
Durante un espacio de dos meses ambas producciones compitieron en la franja de las diez de la noche, tras un incordioso tire y afloje por obtener el permiso necesario para ese cambio temporal de horario y los ajustes de horarios de todas las franjas, en un intento por paliar los estragos económicos de la tragedia energética que afectaban enormemente a las programadoras y productoras de ese entonces. Lo anterior no fue óbice para que cada telenovela hiciera estallar las pantallas con escenas candentes o sorprendentes revelaciones que eran noticia en los diarios nacionales, situación que ya no ocurre en la actualidad con las ficciones.
5. Finales controvertidos
Me vale la moda pendeja del spoiler, sobre todo cuando “En Cuerpo Ajeno” ya ha sido versionada dos veces. Para no marear la gallina diré que en ambas historias los protagonistas no quedan juntos. El final de En Cuerpo Ajeno fue más drástico: Isabel muere y Pedro José Donoso abandona el cuerpo del campesino Salvador Cerinza –asumimos que para descansar en paz- quien regresa a su hogar con cierta confusión. En el caso de Sangre de Lobos los protagonistas, tras vivir un idílico momento, reciben varias funestas noticias y al final descubren la mentira que les impedía vivir a plenitud su amor. Tiempo después coinciden en un avión, ella como una millonaria empresaria y él… ¡como un obispo! Como en la vida real.
¿Qué otras cosas evocan del apagón televisivo? Increíble que en un momento donde sí existía calidad en las producciones nacionales se vieran enfrentadas al ostracismo por el desgreño administrativo que por la fidelidad de una audiencia.
“Absentia”: de vuelta a lo básico y bien hecho
La era del streaming funciona a las mil maravillas cuando ofrece esa vuelta a las sensaciones puras y duras a través de series que explotan el filón de la nostalgia por dramas o comedias en su mejor forma. Aunque Absentia, la nueva serie original de Sony Pictures Television emitida por su plataforma Crackle, es una historia original a cargo de Masha Production – casa productora de la versión original israelí de Homeland- tiene tan vivos los elementos clásicos de las series policiacas con un elaborado misterio transversal que solo queda seguirla para llegar hasta el meollo de su planteamiento: Emily Byrne (Stana Katic) una avezada investigadora del FBI, felizmente casada con uno de sus compañeros y madre de un pequeño, ha estado secuestrada durante seis años y dada por muerta tras una infructuosa búsqueda. El sospechoso de ese y otros crímenes ha sido condenado. No obstante, ¿qué pasaría si ella reaparece? La intriga por descubrir el enigma que rodeó su plagio nos depara un recorrido lleno de personajes que ocultan su verdadero rostro, sin excluir a la misma Emily. Un acierto de esta plataforma, ya disponible en Colombia, que también tendrá su recorrido por otros canales asociados.
@juanchopara