El pasado fin de semana pude revisar tres de las nuevas propuestas que trajeron algunos canales durante este mes que comparten más de una coincidencia: son mujeres que, a su manera, “no son como las demás” y anhelan libertad.

Empecemos por ‘Poco Ortodoxa’ (Unortodox, Netflix). El relato se inspira en los acontecimientos que narra Deborah Feldman en su biografía ‘Unorthodox: The Scandalous Rejection of My Hasidic Roots’, donde plasma su vivencia al interior de la comunidad jasídica Satmar en medio del moderno Brooklyn. Ya la sola idea de juntar los mundos de una comunidad judía ultraortodoxa en el vibrante (y a veces poco tolerante New York) sonaba muy endeble, en parte por las extravagancias popularizadas en ‘docurealities’ de comunidades gitanas o amish, fascinadas por los conflictos derivados de estos choques culturales. No obstante, el otro lado de la moneda reside en la manera como ellos buscan mantener sus tradiciones, como lo cuenta esta crónica del diario ‘El País de hace unos años, que entrevista a miembros de dicha comunidad.

En ese sentido, visto desde afuera resultaría sencillo juzgar el anacronismo del pensamiento de esta comunidad y favorecer a Esther, la joven protagonista inspirada en Deborah, quien huyó de su casa junto con su hijo de este estilo de vida hacia Berlín, emulando el comportamiento de películas como ‘Flor del Desierto’ (2009), ambientada en una comunidad somalí. Y evoca en cierto modo a ‘No sin mi hij’a (1990) donde Sally Field encarnó a Betty Mahmoody, una norteamericana que también lucha por escapar de su intransigente familia de origen iraní. ¡Hasta me recordó la telenovela brasilera ‘El Clon’ (2001) donde la locuaz Jade debe acatar las costumbres que le impone la tradición musulmana!

Siempre existirá una tensión entre escudriñar en los claroscuros de estas comunidades religiosas, remarcando no pocos estereotipos, o contar los matices que conlleva su integración a la sociedad contemporánea, por lo que la estructura de historias como ‘Poco ortodoxa’ tendrán un patrón característico: una fuerte presencia femenina inconforme con su situación, con algunos sobresaltos en su desarrollo y finales donde en la mayoría de las veces salen adelante y se integran a su nuevo lugar de acogida. Aun así, la actuación de Shira Hass (de procedencia israelí) se convierte en el eje de un temprano comin to age que le permitirá llegar a otro mundo, entender sus relaciones y adaptarse a ellas. La miniserie de cuatro episodios no deja de arrancar suspiros, pero mi recomendación es complementar ese panorama con otros puntos de vista, incluso de otros exmiembros de una comunidad que prácticamente desapareció tras la Segunda Guerra Mundial. Vea otras películas en este enlace. Creo que de esa manera se amplía la visión sobre lo que significa la libertad en épocas donde volvemos al hogar como referente de nuestro universo más inmediato.

En ‘Batwoman’ (HBO-DC Comics) el asunto es que también asienta su base sobre una fórmula probada, cuyo riesgo más notable es presentar a una superheroína con tatuajes, judía y lesbiana. Kate Kane apareció en los comics de Bob Kane en 1956 con otras características, incluso llegó a sostener un romance con el Caballero de la Noche. Aquí bebe de una reintroducción en el año 2006, presentándola como familiar del Hombre Murciélago, igualmente rodeada de privilegios y que también tomará el camino de su primo para hacer justicia de la misma manera, cómo no, llevando a cuestas su consabido trauma de infancia.

Batwoman- Cortesía HBO Press LA

Como las series basadas en cómics no han sido de mi gusto le di una oportunidad a esta versión y si bien es notable en recursos, respeta los elementos esenciales del canon y evita andarse por las ramas para presentar acción de forma contundente, lo cierto es que se nota mucho el manual. Desde luego, falta darle el compás de espera para ver cómo encaja en el plan que han armado con las series de DC, que se han procurado el favor de los fanáticos en detrimento de su competencia. Ruby Rose parece hecha para el papel, pero necesita relajarse más y sentirse más incómoda con semejante responsabilidad pues llegó cargada de tigre, lo que le resta empatía. Enterarse de que su objetivo amoroso se ha casado con un hombre apenas la sacudió. La villana es otro arquetipo, así que no le vi mucho chiste. Si a los seguidores del ‘batiuniverso’ los dejo satisfechos, muy poco debo agregar entonces.

Finalmente llegó el turno de ‘Ana’ (Comedy Central). Tengo un delirio por las series fársicas, inspiradas en retratos familiares que seguro no son del total agrado de los personajes reales (al estilo de ‘The Goldbergs’), por lo que los ojos inmensos de la actriz mexicana Ana de la Reguera se convierten en el reclamo para seguir a una artista al borde los cuarenta años, presionada por alcanzar el éxito en una época dominada por el triunfo fácil de las redes sociales y la constante presencia de su madre como recordatorio de un comportamiento de “princesa” que debe seguir.

No sabremos hasta donde va la tomadura de pelo y cuándo comienza la autobiografía, pero lo cierto es que el tono refrescante y la naturalidad de su relación con los demás personajes hacen que se pase un rato ameno, con la crudeza justa para cuestionar los estándares de la industria del espectáculo de hoy y con la suficiente entereza para hacer de su vida un desmadre sin obligaciones, sin romances de telenovela o hijos que presumir, en franco contraste con la compañía que le brindan vibradores, chilaquiles y mariguana. No sé cómo le hace para viajar a Estados Unidos con frecuencia y deber hasta tres meses de arriendo, pero las incoherencias son mínimas cuando canta bien “pacheca” en un taxi que está cansada de hacer las cosas del modo correcto. En ese sentido no es un absoluto privilegio tener la posibilidad de salir a la calle con cualquier vestido revelador o acostarse con alguien por simple interés, aún si no importa lo que digan los demás. ¡Los demás igual juzgarán cualquier acción! Si eres famoso vives la vida que alguien desea tener, pero si esa vida es una mugre, tus seguidores se asegurarán de restregártela. Buenas reflexiones, Ana. Se emite los lunes a las 10:00 p.m. y al día siguiente en la plataforma Amazon Prime.

Esta semana seguimos con podcast en vivo desde www.facebook.com/radiodistractor. 8:00 p.m. nuevos capítulos.

@juanchoparada

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