La vida de los ‘royals’, estas monarquías que se resisten a desaparecer, que conservan tradiciones absurdas y transpiran drama por segundos, han llegado a nuestros ojos en diversidad de formatos: películas, series, parodias, documentales y todo lo que se puedan imaginar dan cuenta de un retrato de la sociedad anquilosado en el tiempo, pero que resulta adictivo al preservar su vena aspiracional. Es el brillo del poder y el dinero: los lujos que ocultan pasiones humanas que se deben refrenar por la conveniencia social, así como la obsesión de sostener una aparente rectitud, sin importar que la realidad diste mucho de ese deseo.
La serie de Netflix The Crown llega a su cuarta temporada pisando callos. Sin perder un ápice de su derroche en producción y calidad actoral, vuelve a poner en el tapete la amplitud en esas “licencias artísticas” para recrear los acontecimientos de una de las épocas más cercanas a la memoria colectiva global: la presencia de Diana Spencer, cuyo matrimonio con el príncipe Carlos marcó un gigantesco punto de inflexión en la reputación de la estirada corte de la reina Isabel II. Su creador, Peter Morgan, se solaza en dejar bien claro cuál fue el papel de cada personaje en una historia que comenzó como un cuento de hadas, pero aderezado de abundante magia negra, pues las motivaciones de la prestante familia inglesa resultan tan desconcertantes como maquiavélicas. Y a la debacle sentimental se le suma el cariz político con la introducción de Margaret Thatcher, cuyo gobierno no estuvo exento de tensiones tanto con la ciudadanía como con la misma reina.
Esa composición de cotilleo con intriga política hace irresistible el conjunto, casi al nivel de un placer culpable, pues no interesa si sentimos empatía por alguno de sus protagonistas. Los ricos también sufren y acá la pasamos bomba entre tanta maledicencia e intromisiones de los monarcas en la vida de sus familiares. Ni siquiera lástima: los hechos verídicos que tantos periódicos vendieron en su momento lucían tan superficiales que se devoraban como si se tratasen de una revista de chismes. Así que el riesgo que toma The Crown en esta temporada es no convertirse en un relato de pasillo, y el resultado ya se ve con la abierta incomodidad de la familia real y varios de los biógrafos que califican como una falta de respeto y un completo despropósito tanta rienda suelta en los diez capítulos que conforman esta entrega, los cuales abarcan el período de 1979 a 1990.
Puede que la adaptación de los hechos sea cuestionable, y en esto no hay quien se salve. Casi nadie de los personajes reales que se mantienen vivos comparte lo visto (aunque lo hayan pensado). No obstante, debo destacar que las mujeres de este episodio se llevan los aplausos. Olivia Colman, Emma Corrin y Gillian Anderson encarnan sus respectivos roles con gran solvencia, más para Corrin, que capta la esencia de Diana tanto a nivel gestual como en aproximarse a su drama personal. Un trabajo notable de apropiación del personaje. En el caso de Anderson, si bien la caracterización y ademanes se ven exagerados, creo que logra un semblante de la Dama de Hierro lleno de altivez, nada fácil de interpretar, pero tampoco un desatino como otros lo han percibido. Sus escenas con Colman van de lo divertido a lo emotivo, especialmente en el capítulo final. Las tres estarán en el ojo de las próximas entregas de premios.
En suma The Crown mantiene los elementos básicos de una bioserie que hasta este momento fue complaciente con los hechos. Ahora se atreve a contarnos una historia de la cual conocemos tantos detalles que en este caso la vemos navegar entre los intereses de sus creadores en escandalizar para atraer audiencia o el compromiso con un punto de vista de los sucesos, más cercanos a lo que en realidad ocurrió, dejando al espectador la interpretación de los mismos. Como sea, insisto en que la distancia que marca el mundo de la realeza con el de la gente común hace que se revise la serie casi a un nivel morboso, digno de un folletín, que de un momento histórico. The Crown no nos va a dar clases en la materia, pero sí un platillo lleno de grasas y carbohidratos que engulliremos sin mayores ascos.
Nueva música: Eddie Stofe & Maricela ft. Mario Castillo y Jeyluz y la banda Binovich
Los artistas nacionales continúan más activos que nunca. Por ese motivo esta semana comento dos trabajos. El primero de ellos es el del proyecto musical cartagenero Eddie Stofe & Maricela, quienes preparan el lanzamiento de su nueva pieza musical llamada Espejismos, del cual se desprende el sencillo Háblame, en el cual unieron su talento con el cantante Mario Castillo y la intérprete Jeyluz. Desde el 2019 vienen colaborando en este ejercicio colaborativo que los llevó a México a través de Dreamer Agencia y a sumar participaciones especiales de otros músicos que se identifican con su propuesta. Acá pueden ver el videoclip de Háblame. Pueden seguirlos en Instagram y Facebook como @eddiestofeymaricela
Por los lados del rock encontrarán a la banda de rock alternativo bogotana Binovich, conformada en el 2017 por Nicolás Valencia (Bajista), Sebastián Ruiz (Guitarrista y Vocalista) y Santiago Roncancio (Guitarrista). Tras su debut en el 2019 con un EP de tres sencillos, este 2020 nos presentan Tápense los oídos, un álbum dividido en dos partes, del cual promueven el sencillo Tú, Fuego del lado B de este trabajo. Los pueden encontrar en Instagram @binovich_ y en Facebook como BinovichRock
En ambos casos podrán encontrar su música en las principales plataformas de streaming como Deezer, Spotify y Apple Music.
Mauricio Rosero, un promotor de la esperanza
En el podcast de Radiodistractor agregamos una entrevista al colombiano Mauricio Rosero, un influenciador que dedica su atención a promover mensajes de positivismo y transformaciones personales. Su experiencia y ganas de ayudar han llevado a este joven de 29 años a hacer parte de distintas organizaciones no gubernamentales. En el 2018 su trabajo fue reconocido en la ONU (Organización de las Naciones Unidas), reconocimiento que lo llevó a ser partícipe de una importante cumbre sobre ODS. ¿Qué hace un orador motivacional? ¿Cómo desempeña su labor? Los invito a conocer su experiencia de vida en el siguiente audio. Pueden seguir en Instagram como @Mauriciorg8.
Charlando con Pachoman
Para cerrar este post, les comparto una interesante charla que anticipa algo de mi acostumbrada lista de lo mejor del año 2020 en cuanto a series y películas que pude ver. Gracias a la invitación de Francisco Córdoba, Pachoman, por compartir con su audiencia mis percepciones al respecto. Lo pueden seguir en @pachoman en todas las redes sociales y seguir sus lives en Facebook, Twitter y YouTube de lunes a viernes a las 7:00 p. m.
juanchopara@gmail.com
@juanchoparada