Tras la particular ceremonia de los Golden Globes 2021 me quedó claro que llevar una ceremonia virtual de más de tres horas de duración es un infierno. No es una reunión de zoom de colegas ochenteros, es un reto mayúsculo de entretenimiento que busca el triple salto mortal entre ser fiestero, sorprendente y reivindicativo. Esto último empieza a parecer una piedra en el zapato, ¿se puede exigir diversidad y representación cuando ningún miembro de la prensa extranjera es de raza negra? (podemos suponer que hay gais o lesbianas, pero si seguimos por ese hilo nos perdemos en un laberinto de exclusiones que jamás ha llevado a alguna parte).

En ese orden de ideas, que el show estuviera pensado para ser portavoces de la comunidad afroamericana o que muchos de los ganadores correspondieran a la misma, lejos de convertirse en un estandarte democrático parece más un acto de sumo beneplácito de bajo efecto, lo que nos lleva al dilema de esta era de la corrección. Sin negar que talento hay en todas partes, ¿debe cobrar más importancia responder a la coyuntura del momento? ¿Los reconocimientos artísticos cuentan más por ser reaccionarios que por, efectivamente, destacar producciones o actuaciones sublimes? Esto ya lo dije antes, así que no sobra recordarlo.

Como estas preguntas no obtendrán respuesta paso entonces a remarcar otro momento de Netflix de la noche. Aunque hay más variedad en plataformas y todas buscarán apoyarse en blockbusters cinematográficos, contrataciones de aúpa y series con diversos niveles de riesgo, la N roja confirmó que todavía aguanta tanta embestida. Gambito de Dama (o reina) y The Crown fueron las cartas ganadoras. Ambas con mujeres protagonistas, historias de época con visos de realidad (porque la historia de Diana y Carlos no es que brille necesariamente por su fidelidad histórica, pero ¿a quién le importa?), lo que de algún modo establece un parámetro incluso por encima de la ciencia ficción o el terror.

Ahora bien, en cuanto a cine, Nomadland es la rival a vencer. Una película contemplativa que seguro ha sido como un bálsamo para los espectadores afligidos por la era pandémica, pero que cuenta con el ojo de una directora revelación, Chloe Zhao, y una portentosa Frances McDormand que revalida su lugar como una de las mejores intérpretes de su generación. Sí, me sorprendió el premio a Rosamund Pike por I Care a Lot, una película que se desdibuja conforme avanza su metraje y se convierte en un feo reverso de la muy superior Gone Girl, con la misma actriz, pero acá encarna la avaricia a costa de estafas y lleva una relación lésbica de tipo empresarial: es parte del paisaje. ¿Un discurso motivacional envuelto en humor negro? ¡Ni siquiera era una parodia! En mi corazón está Anthony Hopkins, cuyo papel en The Father puede ser un excelente colofón a una carrera artística sobresaliente. Curioso que este año, a tres décadas de su holgado triunfo con Jodie Foster, vuelvan a competir en una ceremonia de premiación, aunque en películas distintas y con mejores resultados para su compañera de reparto.

Termino con los premios recogidos por el actor y humorista Sacha Baron Cohen. Siendo el amo del incorrectismo desde sus inicios, sí resulta una vuelta de tuerca triunfar nuevamente con un personaje que no cae bien del todo, y cuya segunda película es una patada en el trasero a todo lo que significa la “moral republicana” que simbolizó el expresidente Donald Trump. Acá el mensaje es un poco difuso por parte de la prensa extranjera, pero si esa es la vara con la que miden, pues bienvenida toda la sátira posible y desmedida. Yo la disfruto.

El universo de ‘9-1-1’

Las series procedimentales ambientadas en el servicio público (detectives, bomberos, médico, policías, rescatistas, entre otros) conllevan la virtud de permanecer en un segmento de la audiencia que no busca sobresaltos. Hay un criminal o una emergencia que atender, un equipo profesional que enfrenta el caso con algún trauma o caos en su vida personal, una resolución comúnmente satisfactoria y a lo que sigue. Ryan Murphy, con quien aún tengo serios reparos en su era Netflix, no se ha salido del todo de ese encuadre. Ha sabido llevar y expandir una marca que trata de diferenciarse en la atención de desastres naturales en la ciudad de Los Ángeles -a cuál más impactante-, sin descuidar el elemento emocional. No importa la sobredosis de irrealidad: el entretenimiento puro y duro es lo que conserva en la pantalla a 9-1-1, con un elenco fogueado en televisión (Angela Bassett, Jennifer Love Hewitt, entre otros) para brindar una cuarta temporada con un inicio trepidante que mejor no les cuento para que sea más grato encontrarse con su vuelta

Y sin traicionar el ADN de la anterior, el ‘spin-off’ llamado 9-1-1: Lone Star consiguió aprobar su temporada debut con el relato de Owen Strand (Rob Lowe, que sigue casi igualito), un sobreviviente de la tragedia del 9-11 (vaya paralelo), para refugiarse en Texas y vivir allí toda una suerte de peripecias como bombero. El fuego es el protagonista de esta serie derivada, que enfatiza más la condición humana de sus personajes. Habrá que ver cómo superan la partida de Liv Tyler (Michelle), quien abandonó la serie el año anterior, pero sus creadores aseguran que su historia quedó cerrada y la puerta queda abierta para cuando ella desee volver. Los estrenos de temporada de ambas series estarán disponibles desde este martes 2 de marzo a las 10:00 p. m. en Star Channel.

Podcast con la banda Octopus

Desde Guadalajara (México) tuve el gusto de conversar con la banda Octopus, una de esas sorpresas que sobrevivió al furor del fin de milenio (se conformaron en 1998). Tras la edición de ocho álbumes, siendo ‘Magonia’ el más reciente de ellos, fueron convencidos por el realizador Armando Delgado para hablar de su trayectoria y su visión de la música, la cultura y la compaginación de la vida artística con la personal en el documental Octopus: 20 años en la profundidad. Agradezco a Jessie Eddie (Eduardo Llamas) y a Víctor ‘Pulpo’ Barajas por compartir un rato de su pasión por el rock, sus influencias, el privilegio de contar un testimonio audiovisual que retrate su historia y su perspectiva del rock mexicano, casi en modo réplica al “Rompan Todo”. Acá pueden escuchar el episodio en Radiodistractor

Pueden encontrar más información de la banda en Twitter @octopusgdl y en Facebook, OctopusGDL

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