En el 2008 publiqué una entrada en este blog titulada “Me robaron a través de internet”. Eran los albores del e-Commerce, donde las plataformas tipo marketplace como Mercado Libre, cuyo sistema, basado en el principio de la buena fe, se convirtió en una demencial migraña para cientos de incautos que confiaron en buenas reputaciones o comentarios halagadores que denotaban confiabilidad de algunos vendedores, para luego desaparecer mágicamente con el dinero de las transacciones, su red de contactos inhabilitada y sin forma alguna de recuperar el dinero o ver efectuada una captura.
No saben cuántos correos electrónicos recibí durante más de diez años, con toda clase de casos reportados, en los cuales el común denominador era el uso de alguna plataforma virtual como medio para ofrecer toda clase de productos o servicios y luego esfumarse sin dejar rastro.
Este año, el CAI Virtual reportó que durante el 2020 (año pandémico) se incrementaron las denuncias de delitos informáticos en un 89% en comparación con el 2019. Se realizaron más de 45.000 denuncias donde el delito más frecuente fue el hurto a través de medios informáticos y semejantes. El estar en casa no representó necesariamente un avance en este sentido, al contrario: desnudó nuestro propio descuido acerca de tomar medidas para enfrentar el cibercrimen, aún por encima del desconocimiento sobre leyes de protección de datos personales. Así como nos parece inofensivo compartir imágenes personales a cualquiera que las solicite, todavía creemos que detrás de la inmensa ola de promociones que encontramos en internet de manera informal (a través de redes sociales principalmente) todos los proveedores son sinceros y buenas personas, pero la realidad es que no es así.
La informalidad laboral, sumada a la falta de conocimientos y recursos para crear experiencias de compra seguras, estableció formas de comercialización con menos intermediarios, alejadas de marañas tecnológicas, cobros de comisiones y -desde luego- de vigilancia. En esa medida, entre los emprendedores con buenas intenciones se camuflan otros guiñapos a la caza de ávidos compradores, en parte por nuestra obsesión por la ruta más corta, el proceso inmediato…y es ahí donde nos dan por la cabeza.
Pues bien, decidí compartir esta campaña suministrada por Inter Rapidísimo, empresa de mensajería colombiana, que a diario recibe “quejas de clientes que manifiestan haber sido estafados por personas que ofrecen productos en internet, y, posteriormente, al efectuarse el pago de los productos, les prometen hacer los envíos a través de esta compañía de envíos”, de acuerdo al comunicado enviado por la entidad.
Dichos envíos nunca se efectúan por parte de los supuestos vendedores, quienes emplean todo su ingenio para valerse de falsificaciones de pruebas de entrega o facturas de venta, lo que crea malestar en los clientes de estos servicios pues reclaman envíos que nunca existieron.
Por esa razón, comparto estas recomendaciones que hace la empresa, las cuales bien se pueden extender a otras, dado que con la reactivación económica y la cercanía de las fiestas decembrinas los encargos se multiplicarán, al mismo tiempo que las oportunidades para los malhechores de dañarle la celebración:
- Verificar la identidad y reputación del vendedor.
- Solicitar al vendedor toda la información necesaria en cuanto a las características del producto que está adquiriendo.
- Informarse sobre las formas de pago que le ofrecen y las garantías de calidad de los productos. Aquí agrego también políticas de devolución y reembolso, incluso en los negocios más informales.
- Verificar la autenticidad de la guía de transporte revisando que el código de barras de la misma corresponda a 12 dígitos y confirmando que la resolución de la guía sea correcta. Esto lo puede hacer a través de la página web o en el call center 323 255 44 55 (para el caso de Inter Rapidísimo)
- Las empresas de mensajería suelen contar con varias formas de pago que facilitan la negociación entre vendedor y comprador, puede preguntar por ellas para valerse de la que más le convenga.
- Asegurarse de que el marketplace (tipo Mercado Libre) cuenta con políticas de protección al consumidor, preferiblemente optar por pagos contraentrega si es la primera compra o no se confía plenamente en el comercio, adicional, validar la veracidad de la guía en la opción sigue tu envío, antes de realizar cualquier desembolso de dinero en las páginas de los servicios de mensajería.
- Agrego además acá, a los emprendedores que acuden a las herramientas que tienen a la mano: todos necesitamos trabajar. No importa lo sencillo, barato o costoso de su producto, recuerde que la primera imagen que debe proyectar principalmente es la de seguridad y confianza. Aún atravesamos una época de crisis, por lo que no resulta justo que le sumemos al caos más desorden con atracos virtuales. Si nos ayudamos entre todos será más fácil superar las dificultades. Evítese las consecuencias legales, si no es que debe sumarle la venganza de algún comprador herido en su orgullo que puede llegar a tomar justicia por mano propia.
Como lo hice en su momento, recuerdo el canal de denuncias abierto por la Policía Nacional a través de la página web https://caivirtual.policia.gov.co/
Ganadores Premios Platino 2021
Aprovecho para felicitar a los realizadores y todo el equipo involucrado en la realización de la película “El Olvido que Seremos”, basada en el libro homónimo del escritor colombiano Héctor Abad Faciolince y con un gran reparto a la cabeza, encabezado por el actor Javier Cámara, dirigidos por el ya oscarizado Fernando Trueba. A la lista de triunfadores del certamen debo resaltar la de los actores Andrés Parra y Christian Tappan, merecedores de las categorías de actuación por la miniserie “El Robo del Siglo”, la que para mí sigue siendo la mejor serie colombiana hecha en esta era del streaming y, particularmente en Netflix, una de las mejores producciones del año pasado.
@juanchoparada