Las producciones que abren el mes de febrero tienen en común internet como punto angular, bien sea para circular sin consentimiento imágenes privadas o para crear una identidad falsa con el fin de aprovecharse de los demás. Además, son mujeres las principales víctimas no solo de los acontecimientos, sino del juicio mediático y social del cual llevaron la peor parte. Veamos por qué son interesantes de analizar.
El punto de vista de “Pam & Tommy”
Era la combinación explosiva por excelencia de los periódicos sensacionalistas: la exuberante rubia protagonista de ‘Baywatch’ y el baterista más lenguaraz que vivía del éxito alcanzado en los ochenta. Que si fue una relación conveniente, una estrategia publicitaria o un flechazo momentáneo: lo cierto es que Pamela Anderson ya era una estrella internacional, aunque tal vez poco consciente de su constante exposición, vinculada a un rockero tan egocéntrico como salvaje. Un exceso de confianza les cobró factura. El naciente internet se convirtió en el escenario perfecto para difundir sin filtro un video erótico grabado en su intimidad, y el escándalo no se hizo esperar. Compitió en resonancia con el ‘Sexgate’ de Bill Clinton o la temeridad de Lorena Bobbit al cortarle el miembro a su pareja.
Anderson ha sido más bien reticente a ahondar en las consecuencias de ese mal rato. Ella, más que su contraparte, fue la víctima de burlas, parodias y sátiras a nivel global. Su autoestima estaba por los suelos y su futuro en Hollywood pasó por la fiscalía de la doble moral. Por eso resultaba improbable una versión ficticia que contara con su aprobación al ser narrada desde su perspectiva. Un relato que puede caer en lo ligero, generando revictimización, no es lo que precisamente necesita para regresar a la esfera pública.
El desafío era inmenso para esta cinta, que cuenta con la producción ejecutiva de Seth Rogen, Evan Goldberg, James Weaver y Alex McAtee por parte de Point Grey, Megan Ellison, Sue Naegle y Ali Krug, por parte de Annapurna. La serie está escrita por los productores ejecutivos Rob Siegel y DV DeVincentis, y dirigida por Craig Gillespie (Yo, Tonya; Cruella), inspirada en el artículo escrito en el 2014 por la periodista Amanda Chicago Lewis para la revista Rolling Stone.
Al no contar con la voz cantante de su protagonista y principal afectada, el reto era traer al presente el retrato de la privacidad, hoy tan valorada como socavada por voluntad propia, en un momento de la historia donde creías confiar un poco más en los demás. Y desde esa época, todos los videos sexuales de los que hemos tenido noticia no han estado exentos de ironías sobre “lo fea que se ve” o “qué mal polvo”, como si hacerlo nos liberara de algún complejo. Tal cual como ocurrió recientemente con la filtración de videos de las cámaras de seguridad de la presentadora Ana Karina Soto y su esposo. Haya o no un chantaje de por medio, la difusión de material sensible no despierta la solidaridad. Es más probable que exijan versiones extendidas del material gráfico e inunden las redes sociales con comentarios soeces.
Mientras la serie llega a esa conclusión, aunque pueda ser cuestionable su punto de vista más masculino y sus licencias creativas que incluyen un pene parlanchín, el resultado es un “true crime” que se juega su credibilidad en la recreación de los hechos, acertando notablemente en una Lily James completamente transformada en Pamela, la del bañador rojo, la melena al viento y la sonrisa mezcla de ingenuidad y picardía. Sebastian Stan la secunda en el papel de Tommy Lee y no dudo mucho que el original se sienta a gusto con su representación. A este duo lo secundan el mismo Seth Rogen en el papel de Rand, el contratista vengativo y Nick Offerman. Para mi gusto, junto a la impecable caracterización de los protagonistas es la banda sonora que emplea, que va desde Nine Inch Nails a Crystal Waters, ambientando de buena forma una fiesta noventera que salió mal. Aunque sea deliberadamente incómoda, “Pam & Tommy” quiere mostrarnos si aprendimos lecciones de ese penoso episodio. Cabe destacar que aún no hemos aprendido nada. Ni los medios, ni los adictos al porno, ni la sociedad entera.
La serie se puede ver en Latinoamérica en la señal de Star+ (sin mencionar que en España se ha podido ver en Disney+, una curiosa decisión para el voltaje que maneja esta producción) Recomendada de la temporada.
“El estafador de Tinder”: amor a un clic de la mentira
El revuelo generado por la aparición de Simon Leviev como un villano mezcla de Christian Grey y un psicótico de las aplicaciones de citas sacó a relucir nuestro infaltable machismo, tanto para exaltar su habilidad para estar con tres mujeres al mismo tiempo y vivir a costillas de ellas como para denigrar de las chicas que confiaban en su palabra y le entregaron fuertes sumas de dinero, amparadas en la estrambótica vida que reflejaba en sus redes sociales.
El documental dirigido por Felicity Morris, quien produjo otro clásico del “true crime” digital como lo fue “No te metas con los gatitos”, vuelve a crear algo de pánico y sí bastante morbo sobre la manera como Shimon Hayut (nombre real) podía crear a su alrededor un aura de opulencia a la vez que de peligro por su acomodada posición. Aún sin saber realmente cuántas víctimas fueron presa de sus encantos, el documental enfatiza en la vergüenza que produjo en las tres protagonistas saber que fueron timadas y cómo debían hacer frente a su probable retaliación cuando se sentía descubierto. Ayleen Charlotte es de las tres la que logra plantarle cara al desquitarse vendiendo su ropa por internet sin devolverle un centavo y delatarlo a las autoridades cuando cruzaba fronteras europeas con documentos falsos.
De la era de Cybercupido o los matrimonios por correspondencia a lo que ocurre hoy con las aplicaciones de citas, lo único seguro es que sigue resultando mamey fabricar una identidad a la medida de los deseos de los demás. Las redes sociales transmiten una falsa sensación de éxito y compramos la ilusión que crean sobre las vidas ajenas. Que algunos posean la suficiente sangre fría para llevar lejos sus apariencias es lo que causa desazón. En esa medida el documental, aunque no parezca muy revelador, nos vuelve a poner en el espejo del riesgo que suele campear tras fotos de turismo en Paris, copas de champaña o vestuario de diseñador. La máxima de “no todo lo que brilla es oro” es más patente que nunca.
Este documental lo encuentran en la plataforma de Netflix.
Nuevo podcast con Fabrizio Moreira
PODCAST
Regreso este 2022 con entrevistas a diversas personalidades del mundo del arte y la cultura. Y lo hago con el compositor y productor ecuatoriano Fabrizio Moreira. Él estuvo de visita en nuestro país, más exactamente en Medellín, para iniciar una primera exploración del talento colombiano en géneros como el trap y el Hip Hop. Moreira, junto a su equipo de la plataforma Secret Hit Music, ha trabajado con artistas de la talla de Jowell & Randy, Tito El Bambino, Plan B y Natalia Jiménez, entre muchos otros. Con él hablamos de lo que se busca en un artista hoy en día, de sus campamentos de composición y las claves para triunfar hoy, entre otros temas.
Los invito a dar clic en el siguiente enlace para escucharlo
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