Este mes de junio quiero destacar tres series que abordan dos fenómenos relacionados con nuestra relación con las redes sociales: la creación de personalidades a través de ellas y el límite que cruzamos cuando se expone, con o sin nuestro consentimiento, nuestra privacidad.

Creo que hay una amplia literatura sobre la influencia de las redes sociales en la sociedad contemporánea. Al convertirse en mecanismos de expresión y comunicación se crean diversos relatos sobre el papel que juegan en la construcción de identidad.

¿Que hoy en día triunfan los bromistas, los polémicos o los exhibicionistas sobre los científicos o artesanos o samaritanos? Es una manera de verlo. Pero la realidad es que tarde o temprano se consolidan como modelos a seguir. Imponen criterios, determinan conductas, nos retan a superarlos así no lo pidan explícitamente. Y de esa manera se configuran versiones de personas que podemos ser en un mundo digital aparentemente permisivo. Mientras seamos nosotros mismos quienes validemos un comportamiento sobre otro habrá realidades que no podemos cambiar.

Y lo traigo a colación por el trágico suceso que enlutó a Estados Unidos en días pasados. La masacre en el colegio de Uvalde (Texas) es una dolorosa muestra de acontecimientos que entran en la categoría de “cosas que pudieron evitarse”. El joven homicida lo advirtió a través de sus cuentas en redes, pero nadie lo determinó.

Lo que nunca ha cambiado es que queremos atención y la esperamos conseguir a costa de lo que sea. Eso me quedó claro con el documental en Netflix llamado “Ciberinfierno”, que destapó una intrincada organización criminal construida alrededor del ‘sexting’ (el intercambio de imágenes sexuales a través de medios virtuales) empleando para ello la red de Telegram.

Cientos de jovencitas coreanas fueron engañadas con el propósito de que compartieran imágenes personales en ropa interior o desnudas, para posteriormente ser chantajeadas con la divulgación de las mismas. Al mismo tiempo, los cerebros de semejante infamia alimentaban el morbo de más de 250.000 miembros suscritos a las salas de chat donde dicho contenido era vendido al mejor postor mediante el pago de una suscripción. El caso es más aterrador por la manera como los delincuentes amenazaban con provocar el suicidio de sus víctimas al ventilar su identidad, ubicación e imágenes, así como el acoso al que sometieron a la prensa local que destapó los hechos.

En esa línea encuentro una constante en la producción de historias amparadas en escándalos sexuales provocados por la existencia de material privado que circula con y sin consentimiento en las redes sociales. Entiendo que exista algo de adrenalina cuando sabes que inspiras el deseo de otras personas al subir fragmentos de videos de parejas teniendo sexo en todas las posiciones, intercambios, orgías y demás puestas en escena. El asunto es el verdadero control que tenemos sobre ese contenido. Only Fans solo vino a democratizar la pornografía amateur como una fuente de ingresos. No obstante, si al asunto involucra círculos de poder las consecuencias escalan a niveles inimaginables.

En ese terreno ingresa la segunda ficción en línea que Netflix estrena este año con un argumento que hunde sus raíces en el mundo político. Tras “Anatomía de un escándalo”, presentada en el mes de abril bajo la batuta de David E. Kelley (Ally Mc. Beal), la cual despliega un tenso drama político fruto de una acusación por violación, llega en junio la serie española “Intimidad”, creada por Laura Fernández y Laura Sarmiento, creadores de títulos como “Hache” o “La Embajada”, entre otras.

La serie que llega el próximo 10 de junio tiene como detonante la circulación de un video íntimo, divulgado sin consentimiento de una de sus protagonistas. Una mujer. Y como hemos visto desde el caso de Pamela Anderson, la sociedad ha sido más severa con ellas cuando figuran en dicho contenido. ¿Cambiará en algo que ella pertenezca al ámbito político? Veremos el resultado.

Es curioso pensar que cuando salieron Facebook o Twitter no teníamos reparos en compartir ampliamente nuestras fotos de nacimiento o documentar cada paso que dábamos. Ahora, casi tres lustros después, tenemos que activar toda clase de protocolos de seguridad para decidir quiénes pueden vernos y quienes no, además de prevenir el robo de nuestras cuentas. Esa manía de contar ante quien sea lo que hacemos o dejamos de hacer a veces desemboca en situaciones perturbadoras.

De eso va en parte la serie que estrena Prime Video el 24 de junio. Me refiero a ‘Chloe’, la serie de seis episodios creada por Alice Seabright (la misma detrás de ‘Sex Education’) quien ahora perfecciona un thriller con toque británico, amparado en el deseo de ser lo que no somos de acuerdo a lo que dicta el imperio de los reels o los filtros.

Erin Doherty, quien encarnó a la princesa Anna en “The Crown”, asume el rol de Becky, una mujer particularmente interesada en seguir los pasos de su amiga de la infancia, Chloe Fairbourne. Una ‘influencer’ cuya vida parece envidiable de acuerdo a sus publicaciones en redes sociales…hasta que muere. Ese acontecimiento impactará profundamente a nuestra protagonista, quien decide asumir una nueva identidad para infiltrarse en la vida de su antigua compañera y descubrir lo que le ocurrió.

Ese aspecto es el que me parece más vibrante de la historia, porque es algo que leo a diario. Personas que de un momento a otro asumen roles de activistas, sexualmente desinhibidas, intelectualmente prodigiosas, moralmente correctas… ¿qué esconden realmente? ¿Cuál es su secreto para evitar que su verdad salga a la luz? La serie fue un éxito en su emisión por BBC One así que espero llene el vacío de una serie adictiva en el terreno criminal.

Para los que me leen ¿qué tan lejos han llegado en su exposición en las redes sociales? ¿Creen que han podido manejar un comportamiento distinto en sus redes a como son en la vida real o han sido víctimas de algún percance? ¿Han tenido apoyo de autoridades al respecto?

Podcast recomendado: ¿Qué comes, que adivinas?

Hace mucho no recomendaba un contenido en audio y en esta ocasión deseo presentar el podcast de la chef Margarita Bernal, quien junto a la sommelier Michelle Morales traen invitados especiales del mundo de la cocina nacional e internacional para descubrir su vida y secretos a la hora de preparar sus platillos más reconocidos. Y se estrenan con nada más y nada menos que con Leonor Espinosa, recientemente escogida como la mejor cocinera del mundo por The World’s 50 Best. Una iniciativa del canal El Gourmet, que de esa manera amplía su oferta de entretenimiento con contenido en audio. El podcast lo encuentran en Spotify, Google Podcasts, Apple Podcasts y You Tube y se actualizará cada sábado.

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