De las pocas cosas que hemos escuchado del conflicto entre Ucrania – Rusia es justamente la afectación en la cultura en ambos países. Por esa razón quise investigar un poco más en el caso del primer país.
Desde la destrucción del Museo Histórico-Cultural del pueblo de Ivankiv en Kyiv en los primeros días de la invasión rusa, la mención del rescate de las obras de la artista María Pryimachenko en el relato del periodista Bohdan Chuma para el diario Vanguardia fue solo un ejemplo que enseñó a los ojos de buena parte del mundo una parte de la impresionante riqueza cultural propia del pueblo ucraniano.
Las vidas de todo tipo importan desde luego, pero en el fragor de las armas la historia, la identidad y el legado cultural no son poca monta. La UNESCO ha determinado como Patrimonio Cultural Intangible de ese país elementos como la cocina tradicional ‘borscht’ o la cerámica pintada Kosiv. La misma entidad ha designado 8 reservas de biosfera e igual número de sitios Patrimonio, en donde se incluyen el centro histórico de Odesa y L’viv, por mencionar algunos casos.
Tras el primer año de la guerra la UNESCO determinó que, a 22 de marzo de 2023, 248 sitios culturales han sido dañados. Además del éxodo de habitantes, entre los cuales se destacan artistas, los que quedan en el territorio ucraniano se mantienen con ayudas provenientes de fondos de emergencia.
Hay una generación de jóvenes como Kelsie Kimberlin que forjaron un porvenir lejos de sus raíces. Esta joven intérprete de 23 años, de origen ucraniano-estadounidense, ha dedicado los últimos años a componer música que refleja su pensamiento tanto de mujer de esta época como portavoz de una generación que aún busca el anhelo de la paz y ser ciudadanos del mundo, como lo expresa una de sus canciones “Cosmopolitan Girl”.
Sus pasos la llevaron a descubrir los ritmos caribeños, los cuales fusiona con el rap español para crear sonidos como “Fruit Basket”, que contó en su producción con el bogotano Pedro Vengoechea y en la dirección del videoclip con el reconocido Cristian Flórez, quien la trajo al barrio Getsemaní de Cartagena para darle más alegría y colorido a la composición.
Kelsie mantiene su compromiso por estar pendiente de la situación de su país. Mientras, espera adelantar una pequeña gira por Latinoamérica, y volver a Colombia para compartir con sus fanáticos más de su talento. Los que deseen conocerla la pueden seguir en sus redes sociales como Instagram y You Tube
Hablamos con Kelsie, quien se encuentra en Estados Unidos, para lo cual contamos con apoyo en la traducción por parte del equipo de Cayetana Comunicaciones, a quien agradezco su valiosa colaboración. Pueden escuchar la entrevista en un nuevo capítulo del podcast de Radiodistractor a continuación.
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