Personalmente tengo una inmensa deuda con el rock argentino. Si bien hay nombres emblemáticos como Soda Stéreo, Charly García y Luis Alberto Spinetta, en sus raíces hay nombres que elevan la poesía y los sentimientos de una manera que conmueven el alma y el corazón.
La historia de Fito Páez, contada ahora en la serie de Netflix “El amor después del amor”, título homónimo del álbum que le abrió las puertas a la popularidad, ha servido de excusa para confirmar toda una suerte de nombres que conformaron una escena ecléctica en la que palpitaba la crítica al establecimiento junto con retratos de época que hablaban de ansias de libertad, irreverencia, bailes, costumbres o corazones rotos.
Absolutamente toda la recreación musical es mágica: desde la misma intervención de Páez en las canciones hasta las versiones de Charly García o Juan Carlos Baglietto, que acá redescubrí y escucho con insistencia desde el lanzamiento de la serie. Baglietto, considerado como uno de los iniciadores de la denominada “trova rosarina”, consolidó un nombre en la industria de su país y la mejor prueba de ellos es el álbum “Tiempos difíciles” con composiciones de grueso calibre como “Era en abril”, “La vida es una moneda” y “Mirta de regreso”. Su propio hijo lo interpreta en la serie.
En ese espectro de cantautores y bandas menos conocidas (hablo de los que apenas tenía idea gracias a especiales de VH1) surge con fuerza el nombre de Federico Moura, de gran influencia con su banda Virus, pero que infortunadamente no logró sobrevivir a la ebullición de la década ochentera. Otro referente es Daniel Melingo, más volcado hacia el folclor, pero dejó su huella con la banda Los Twist y Los Abuelos de la Nada. Hilda Lizarazu y Pipo Cipolatti, corista y voz líder de la mencionada Los Twist. Y seguramente hay más nombres, pero los ejemplos son apenas muestras de todo un movimiento que nació a espaldas de la dictadura para abrirse camino con contundencia en la democracia.
Queda claro que la serie, escrita por Francisco Varone, Lucila Podestá y Diego Fío, sacan brillo de esta etapa de la música en ese país. Dicho sea de paso, se convierte en un complemento involuntario del éxito cinematográfico del 2022 como lo fue “Argentina, 1985”, al vincularse por un instante con la misma época, aunque desde el prisma cultural particularizado en la figura ascendente de Páez.
¿Hay algo que cuestionar frente al tratamiento narrativo y audiovisual de una bioserie? Es muy difícil innovar en este campo porque prácticamente las formas de contar la vida de un personaje real se han agotado. Acá eligen contar la historia en dos líneas temporales, la infancia y juventud del compositor de “Tumbas de la Gloria”, con shows de por medio con la carga dramática de crecer sin la compañía de su madre, pero con una presencia femenina importante, su tirante relación paternal, su meteórico debut y sus afectos expresados en las figuras de Fabiana Cantilo y Cecilia Roth, al menos hasta donde llega esta primera temporada.
Con Fito Páez me pasa que sus primeras épocas fueron las más cautivantes. Desde “Giros” hasta el álbum “Abre” de 1999 me enseñó toda suerte de metáforas, sus canciones se transformaron en marcas culturales, hasta el espíritu futbolero se impregnó de su esencia. Es un artista fundamental para muchos, pero no llegó a acompañarme del mismo modo que Cerati o Charly. Aun así, su historia se recupera tanto como homenaje como por servir de perfecto encuadre para entender las pulsiones que motivaron el rock en español más indeleble que conozco. Y si bien en la forma su intérprete Iván Hochman parece algo unidimensional, sin duda alguna de los aciertos del casting está Micaela Riera, que hace de Cantilo. Su fisonomía, sus expresiones, su carisma en público son producto de un juicioso estudio de personaje a la que la actriz aporta su estilo. Y aunque el arco del personaje nos parezca otro panorama de subida-confort-caída-renacimiento, el contexto en el que ocurre es lo que levanta el nivel del resultado final.
Personalmente los invito a descubrir un episodio de la música latinoamericana apasionante, con un personaje de peso y que compensa algunas falencias creciéndose en los picos de su narración convencida de todos los elementos que involucra. Gracias a Fito por mostrarnos que aún sobrevivimos en ciudades de pobres corazones donde los giros de la vida solo nos recuerdan que, a veces, nos encontramos bajo la enorme carpa de un circo.
Nuevo podcast con “El Tikuna”
Después de un breve receso vuelven los podcasts en el canal de You Tube de Juancho Parada. En esta ocasión traigo la historia de John Montenegro, conocido como “El Tikuna”, el primer embajador digital del Amazonas. La labor de este creativo se divide entre promocionar el turismo en su región y adelantar acciones ambientales. Se van a sorprender con las anécdotas que comparte desde que asume este rol, su relación con la comunidad a la que pertenece y los desafíos que vienen para esta temporada.
Para más información pueden visitar su perfil en Instagram como @ElTikuna En el video pueden escuchar todo el capítulo del podcast.
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