Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.
22763_111851_1.jpg
Reproduzco a continuación una de las imágenes del fotógrafo Mauricio Vélez, colaborador de la revista Soho de Publicaciones Semana, que hoy son eje de una vieja polémica: los límites de la sensibilidad del Procurador General de la Nación, Alejandro Ordoñez, frente a la libertad de expresión.
¿En esto pierde el tiempo el Procurador? Con tantas marrullerías que suceden a diario ¿tiene tiempo para salir en defensa de la moral? Las imágenes son fuertes, nadie lo duda, pero Soho no es la revista que todo adolescente promedio lee. Además, tampoco es un secreto para nadie la realidad del abuso sexual infantil. 
Que el fotógrafo se haya centrado en los sacerdotes como victimarios no es un despropósito: ocurre, tal y como se ha reportado a la opinión pública con cierta regularidad. Lo que me extraña un poco de este tipo de estrategias de venta (al fin y al cabo la polémica vende) es una cierta personalización de la provocación -real o no-, dirigida justamente al Procurador, el cual se caracteriza por su fervor católico.
No sé si veo muy entre líneas lo sucedido con este alboroto, pero en un país mal acostumbrado a la diaria satanización por cualquier ideología o expresión se vería doblemente feo el que la respuesta a los ataques se centre en la misma estrategia. Aspiro a que esa no haya sido la motivación esencial de SOHO, el de utilizar su medio para andar cazando peleas. ¡Cuántas veces no ha ocurrido lo mismo e igual, la gente sigue impávida! 
Por otro lado, el señor Ordóñez se cae solito al manifestar que dicha publicación podría caer en una presunta violación al «deber de responsabilidad que atañe a la revista para con los niños, las niñas y los adolescentes» Mis preguntas inmediatas son: ¿la revista la leen niños, niñas y adolescentes? ¿Divulgar un trabajo artístico contraviene la ley? ¿Que un trabajo artístico haga denuncia es delito? Desde luego, si los modelos de las imágenes son menores de edad tuvieron que contar con la aprobación de sus padres o adultos responsables de ellos para realizar esta sesión y aprobar su exposición pública. En ello radicaría una probable conducta delictiva, pero el señor Vélez es profesional, por lo que asumimos que obró de acuerdo a la legalidad. 
En medio de las conjeturas queda probado una vez más:
-a los colombianos nos duele reconocer la verdad
-no sabemos responder a los agravios
-no sabemos mucho de arte pero sí del arte…de cagarla
¿Usted qué piensa de este escándalo? ¿Un argumento para comprar revistas, una acción informativa o una deliberada denuncia?
Véalas publicadas acá antes que se conviertan en contenido premium o sean vetadas por triple xxx (y yo sea juzgado por ‘actualizar conductas delictivas’)
Sígame en Twitter @juanchoparada
juanchopara@gmail.com 

Compartir post