Con la moda fílmica reciente de exorcizarle los demonios hasta a la ropa blanca era lógico indagar por su equivalente televisivo. Y si bien son precisas las referencias a series americanas como Viernes 13 (la serie) o Millenium, el diablo adquiere formas peculiares en nuestros dramones latinoamericanos. Por esa razón, en este #OctubredeMaldad va mi pequeño recorrido por algunas producciones donde el demonio estuvo de caza.
1. El Maleficio. Televisa, México (1983)
En otros posts he referido a esta novela, catalogada como sobrenatural. No obstante, su transfondo demoníaco en el país de la Virgen de Guadalupe tuvo rating y paralizó a los ciudadanos. Clásico de clásicos y pionero de un tema que erizó a más de uno y causó gran controversia, si bien se destacan sus impresionantes efectos especiales para la época.
2. La Pezuña del Diablo. RTI, Colombia (1983)
Coincidencialmente o no, el maestro del suspenso en la TV nacional, Julio Jiménez, adaptó la obra de Alfonso Bonilla Naar, plagada de referencias a la Inquisición en Cartagena de Indias. La brujería era -cómo no- parte de la trama protagonizada por Ronald Ayazo.
3. La Chacala. Tv Azteca, México (1997)
Una historia de gemelas con una «vuelta de tuerca»: una de ellas es el mismo demonio. Producción sobrepublicitada de la época que si bien no contó en su momento con todo el respaldo del público pasó a engrosar la lista de telenovelas «demoníacas», con un derroche de efectos visuales y la perturbadora actuación de la argentina Christian Bach. Curiosamente, el canal poco la repone y se conoce de ella gracias a You Tube.
4. La Mujer en el Espejo. Proyectamos Tv. Colombia (1997)
¿Salvo Basile los intimida como Satanás? Otra curiosa coincidencia telenovelera aunque con un plot diferente, donde una chica poco agraciada tiene como benefactor a nuestro oscuro amigo. Ni hablar del enervante remake de Telemundo donde se perdió la gracia de esta conexión.
5. Abrázame Muy Fuerte. Televisa. México (2000)
¿La música? cliché ¿La alusión a El Exorcista? Obvia…¿y la participación de Ernesto Alonso como el sacerdote «con el poder»? Las vueltas que da la vida…y el guión rocambolesco de esta novela, una creación del grandioso Salvador Mejía.
Ahora son rarezas, pero me llaman la atención por el atrevimiento y, desde luego, por escenificar la eterna lucha del bien y el mal, el mal con su tradicional nombre propio. ¿Muy tropicales?¿Muy moralistas? Lo cierto es que en este momento no se necesita recrear el infierno…casi todo lo que se ve en las telenovelas de hoy hiede suficientemente a azufre.
@juanchoparada
juanchopara@gmail.com
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