Estos días estaba leyendo la novela «Delirio» de Laura Restrepo, publicada por la colombiana en el año de 2004 y recordé la leyenda de Pablo Escobar, de ese personaje que a punta de un muy bien estructurado negocio de narcotráfico y astucia, logró permear la sociedad colombiana en todos los niveles, siempre más interesada en enriquecerse que en los medios o las consecuencias que pudiesen generar sus actos delictivos. Mientras leía el texto, que recuerda el dolor y el sufrimiento causado por la violencia que lideró el difunto capo, por otro lado leía las noticias del señor Wiz Khalifa y su visita a la tumba del asesino más sanguinario de la historia de Colombia, para llevarle flores a manera de culto y de homenaje.
La extraordinaria novela de la escritora, cuyo trabajo ha sido distinguido con diferentes premios, gira alrededor de la protagonista, Agustina, y su esposo, Aguilar, quien tras un viaje de trabajo a Ibagué, regresa y tiene que ir a buscar a su esposa en un hotel, quien se encuentra allí en un estado de delirio. En la búsqueda de las causas de su locura, el marido busca todos los detalles que pudieron acontecer en su ausencia para lograr entender qué fue lo que pasó para que ella quedara así. En medio de la historia, va apareciendo cómo, Pablo Escobar, lograba controlar la sociedad colombiana por medio de su negocio, llegando a sorprender a una mujer como Agustina quien, un poco sorprendida, encuentra que su padre y su hermano, además de un novio de la juventud y amante en la adultez, tienen vínculos con el capo y que, todos los privilegios de su juventud, fueron gracias a los dineros del narcotráfico. Dentro de la narración, el terror, el dolor y las bombas, son parte del contexto y de la cotidianidad del país.
Pablo Escobar fue una persona muy astuta, sin lugar a dudas, una persona que logró inmiscuirse en la crema y nata de la sociedad colombiana, sabiendo que con el dinero lo podía comprar todo, por lo que ingresó a la política, y por la misma razón que buscó hacer negocios con las familias de bien del país, por un lado, para meterlos en su bolsillo y por otro, para «democratizar» el narcotráfico, untando a todo cuanto personaje se pudiera y, como no pocos hacen, pagando por la sostenibilidad de su negocio así ello implicara muerte y dolor. De hecho, prometió aterrorizar a la sociedad colombiana y lo logró, puso incontables bombas y se echó a su espalda miles de heridos, centenares de muertos además de diseñar la estrategia de pagar por policía muerto, acción por la cual pagaba en promedio dos millones de pesos, sin importar quién fuera. Para él, un no como respuesta, se solucionaba con balas, así de sencillo. Claro está, con todo el dinero que tenía, también tuvo para ayudar a gente pobre, lo que, en medio de su astucia, lo posicionó como un hombre bueno y carismático para unos. Además, se convirtió en leyenda con la sangre fría con la que entraba y salía de Estados Unidos como Pedro por su casa, mientras tenía a toda la DEA buscándolo, llegando a tomarse fotos sin maquillaje alguno, frente a la Casa Blanca e incluso, visitando lugares emblemáticos como el edificio del FBI, en una especie de burla al país norteamericano.
Wiz Khalifa es como se le conoce a un cantante de rap estadounidense y quien representa la sociedad en la que vivimos actualmente. Una sociedad donde muy pocos leen, en la que la televisión se ha convertido en el estandarte de la educación, preocupada por la fácil que es poner a gente matándose y alcanzando poder a punta de sangre y dinero. ¿Quién es Pablo Escobar? El que se burlaba de Estados Unidos y el que ayudaba a los pobres. Perdón, quien luchó a muerte por los pobres de este país. Entonces, ante el héroe, la gente compra camisetas del capo, visita su tumba y le lleva flores, etc. Hay que rendirle sendos homenajes a este señor. O al Chapo Guzmán, siguiendo los pasos de Kate (del Castillo). ¿Quién es Laura Restrepo? Ni idea, quién va a saber de ella, pues tan sólo escribió una novela que representa la sociedad colombiana, hastiada de violencia, de corrupción y de engaños.
Pero, ¿a quién le importa? Es mejor ver novelas, antes que leer una novela, seguir a Wiz Khalifa y adorar a Pablo Escobar. Y, por qué no, salir a marchar por la corrupción atendiendo el llamada de Don Álvaro Uribe y Don Alejandro Ordoñez, personajes igualmente corruptos quienes no están de acuerdo con que a Don Juan Manuel Santos, corrupto, se le haya escapado una platica por ahí en algún lado. Ah, se me olvidaba, convocatoria a la que, irónicamente, se unió alias Popeye, jefe de sicarios de Pablo Escobar. En fin, somos esclavos de un país sin educación y ni Don uno ni Don otro, hacen nada útil y de largo plazo por educar al pueblo porque, ¿qué mejor que un pueblo ignorante? Yo por mi lado, estoy al borde del delirio.
Los valores en nuestro país se fueron perdiendo a raíz de la entronización del narcotrafico; eso unido a la falta de educación ha creado la Colombia de hoy. A los gobiernos no les ha interesado el mejoramiento de la educación porque es mejor tener un pueblo ignorante que un pueblo pensante.Luchemos por la restitución de los valores perdidos e instemos a los gobiernos a invertir en educación como hicieron algunos paises de Asia que hace 30 años estaban en todos los aspectos por debajo de Colombia.
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esta demostrado, intelectualmente están vaciados esta camada de cantantes, pueden tener buena voz, pero no saben nada de historia, nada de la realidad actual del mundo.
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