A tres días de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el país asume con incertidumbre la tarea de elegir a su próximo gobernante. Pero a diferencia de votaciones previas, en donde las encuestas habían acertado en sus pronósticos de segunda vuelta, esta vez son al menos cuatro los candidatos con posibilidades reales de pasar a la siguiente ronda. Ante la noción de que cualquier escenario puede tener lugar, el país entero permanece paralizado por el suspenso electoral.
Si bien las encuestas han demostrado descaches descomunales en años recientes que ponen en duda su credibilidad, antes que entenderlas como pronósticos electorales deben interpretarse como un termómetro de tendencias entre los electores. Sus tres punteros desde el inicio de la carrera han sido generalmente los mismos: Iván Duque, Gustavo Petro y Sergio Fajardo. Pero otro candidato, desde la discreción del cuarto lugar, no debe desestimarse, pues a pesar de registrar bajos niveles de intención de voto de opinión también ha logrado concretar alianzas con estructuras políticas determinantes en todas las regiones del país: Germán Vargas Lleras.
Coinciden la mayoría de estimaciones de intención de voto en que el líder indiscutible de esta primera vuelta será el candidato uribista Iván Duque, con una votación que podría oscilar entre el 35 y el 40% del total de votos. Pero también coinciden las encuestas en que el resultado obtenido por Duque sería insuficiente para ganar con una mayoría absoluta, por lo que una segunda vuelta parece ser altamente probable.
El escenario que la mayoría de las encuestas han señalado como el más probable enfrentaría a los dos candidatos antagónicos de esta contienda. Por un lado el uribista Iván Duque, hasta hace pocos meses desconocido por la ciudadanía, quien en los tres casos sería ganador con una mayoría simple en la primera vuelta. Elegido en gran parte con los votos del expresidente Álvaro Uribe, Duque se enfrentaría en este primer escenario con el exalcalde de Bogotá Gustavo Petro, el más importante líder de la izquierda colombiana. Pero el historial político de Petro, junto con su cercanía histórica con el chavismo en Venezuela (que con los años ha ido cambiando) hacen que para millones de electores represente el temor, aunque poco fundamentado en hechos, de que podría conducir a Colombia a un proyecto político similar al venezolano. Por esta razón, de los tres escenarios es el que más favorece a Duque, quien se ha presentado como un enemigo del ‘castrochavismo’, y en el que con mayor facilidad podría ganar en la segunda vuelta.
A una distancia cercana a los diez puntos porcentuales en la mayoría de encuestas, el candidato Sergio Fajardo se acerca a Petro como una opción moderada de centro-izquierda. Fajardo había punteado las encuestas iniciales, pero su candidatura se desinfló a la par que los proyectos de Duque y Petro crecían progresivamente. Pero las más recientes encuestas han reflejado un repunte de Fajardo, quien además ha logrado la adhesión de decenas de intelectuales, periodistas y figuras públicas a pocos días de las elecciones. En promedio ocupa el tercer lugar de las encuestas, siendo cada vez más los analistas que pronostican una creciente posibilidad de que en un mano a mano con Petro, Fajardo consiga un cupo a la segunda vuelta. Aunque el candidato avanza con toda su fuerza, no hay certeza de que los esfuerzos puedan alcanzarle. Sin embargo, su moderación política y su baja imagen negativa (menos del 10% de los colombianos nunca votarían por él, según las encuestas) harían de Fajardo un candidato con más posibilidades de vencer a un uribismo que habría perdido el discurso del miedo al ‘Petrochavismo’, recogiendo votos desde la izquierda hasta la centro-derecha.
Pero un tercer escenario, aunque menos discutido, es también posible. Consiste en una sorpresa (amarga, para muchos) por parte del exvicepresidente Germán Vargas Lleras, quien a pesar de no haber despegado en las encuestas sí consiguió sumar apoyos políticos determinantes por parte de partidos como La U, Cambio Radical y sectores conservadores y liberales. Apoyado por maquinarias políticas de la mayoría de los departamentos del país, algunas altamente cuestionadas y con vínculos oscuros, Vargas confía en que entre su tímida votación de opinión y sus estructuras políticas, el resultado sea suficiente para ganarle el cupo a la segunda vuelta a Petro y a Fajardo. Enfrentado con Duque, Vargas Lleras asumiría la defensa del acuerdo de paz desde una posición política de derecha pero distante al radical Centro Democrático. Y sus treinta años de actividad política serían un atractivo para los electores, quienes observan la inexperiencia de Duque como una debilidad.
Lo cierto es que las elecciones de este domingo demostrarán si las encuestas una vez más erraron en sus pronósticos o si, todo lo contrario, consiguieron acertar a los resultados finales. La invitación desde esta tribuna de opinión es a que los colombianos hagan uso de su voto desde temprano y con convicción. El voto útil dejémoslo para la segunda vuelta.