Vale mucho la pena ver ‘El abrazo de la serpiente’, película del cineasta colombiano Ciro Guerra nominada a los Oscar 2016 como mejor película en lengua extranjera, por su capacidad de representar el Amazonas del pasado.

Karamakate durante su juventud. Foto: Andrés Córdoba/’El abrazo de la serpiente’.

La cinta, basada en los diarios de los exploradores extranjeros Theodor Koch-Grünberg y Richard Evan Schultes, quienes estudiaron el Amazonas a inicios del siglo XX, según relató Guerra a Esquire Colombia, muestra las costumbres y conexión con la naturaleza que tenían los indígenas, el sufrimiento que padecieron al ser esclavos de las ‘caucherías’, que conocí al leer el artículo “La fiebre del caucho en Colombia”, de la antropóloga Gina Paola Sierra, y los cambios culturales que experimentaron al ser evangelizados por misioneros religiosos.

El largometraje de Ciudad Lunar, dirigido por Ciro Guerra y producido por Cristina Gallego, cuenta la historia de Theodor, un hombre que está a punto de morir en el Amazonas a causa de una enfermedad, y para evitarlo acude ante el chamán Karamakate -supuesto único sobreviviente de una tribu indígena aniquilada por la extracción del caucho- para que este le ayude a encontrar una planta sagrada (‘yakruna’) que le salvará la vida. También, la de Evan, otro explorador que llega al Amazonas 40 años más tarde con la excusa de buscar la misma planta y la meta de encontrar caucho.

‘El abrazo de la serpiente’ es original estéticamente, ya que muestra casi todo en blanco y negro: el río Amazonas, la selva, la vestimenta del indígena libre (taparrabos y plumas), su modo de transporte (canoa) y su hogar (choza), las prendas de vestir del hombre común y sus pertenencias (diarios, armas), entre otros. Fue hecha en blanco y negro para que el espectador sienta que está viendo imágenes de una época pasada e inexistente, de una “cultura amazónica que se perdió casi que por completo”, dijo Guerra a la Revista Diners.

El sonido de la cinta es bueno, pues causa la sensación de que se convive con la naturaleza, y las actuaciones de los protagonistas Nilbio Torres (Karamakate joven), Antonio Bolívar (Karamakate viejo) y Miguel Dionisio Ramos (Manduca) -indígenas en la vida real según El País-, y de Jan Bijvoet (Theodor) y Brionne Davis (Evan) son de gran calidad, porque uno se cree el cuento de que los primeros son indígenas en crisis y los segundos, exploradores extranjeros con un objetivo.

Lo curioso de la película es que gran parte de esta es hablada en lenguas indígenas, lo que obliga al espectador a frecuentemente tener que leer en la pantalla subtítulos en español, situación que uno creería que no tendría que experimentar al ver un largometraje colombiano coproducido con Venezuela y Argentina. Pero esto no es un problema, porque el uso de dialectos indígenas evidentemente le brinda credibilidad a la cinta protagonizada por un indígena, que también es hablada en español, portugués, alemán, latín y catalán.

Mi escena favorita es la más creativa, que se muestra al final: el explorador Evan entra en una especie de trance por tener contacto con unas plantas y consumir una poción hecha por Karamakate, y en ese estado logra ver toda la inmensidad del Amazonas, a Karamakate joven con luces blancas y lo que pareciera ser el universo lleno de color.

En conclusión, me gustó ‘El abrazo de la serpiente’ porque visibiliza una realidad pasada del Amazonas, caracterizada por la conexión con la naturaleza, el misticismo y la explotación del caucho.