Catalogada equívocamente como de terror, la cinta, de Fede Álvarez, se trata de tres ‘peladitos’ que quieren atracar a un ciego-robarle 300 mil dólares en su casa, en Detroit, Míchigan (EE. UU.)-, para poder cambiar su vida. Digo que no es de horror, sino un thriller, porque realmente no asusta; a veces impacta con sus escenas confusas y violentas.

Jane Levy protagoniza ‘No respires’. Captura de tráiler.

La joven quiere tirar pa’ otro lado (California) porque vive más o menos un infierno: convive en una pocilga con su mamá aparentemente drogadicta, el amante y su hermanita inocente, a quien siente el deber de salvar.

Los adolescentes -los hombres un poco ‘clichesudos’ (un ‘bad boy’ medio ‘pinta’ que tiene a la chica y un niño bueno que la desea)-, van a la deteriorada vivienda, en un barrio prácticamente desolado, y creen que robar al hombre con discapacidad, veterano de guerra, será ‘papita pal loro’, pero pronto se dan cuenta de que se metieron en la boca del lobo, pues el ciego resulta ser un asesino a sangre fría que quiere matarlos a como dé lugar.

Uno siente pena por el exmilitar debido a que vive solo, no tiene familia -a su hija la atropellaron y murió-, no ve y además quieren dejarlo sin un centavo, y uno piensa que es justo, pero incorrecto, que comience a cazar a los pequeños delincuentes en su casa, que cerró para que no escaparan.

Pero a medida que transcurre la película, él deja de ser una víctima y se convierte en un villano: uno descubre que tiene encerrada en el sótano a la joven que arrolló a su hija. Y no solo eso, la tiene colgada del techo gestando a su próximo hijo, con el que reemplazará a la que perdió. ¿Qué carajos? Hasta ahí es interesante la cinta, en el sentido de que la narrativa es novedosa y todos los personajes se dejan llevar por su lado maligno, aunque en diferentes niveles -él es el peor-.

Asimismo, es desconcertante saber cómo la violó: no la penetró, pero le insertó su esperma con un tubo de inseminación.

Después, la persecución se pone intensa y confusa, lo que provoca que uno quiera que termine pronto y a favor de la ladrona, ya que ella, por un giro en la historia, está en riesgo de terminar encerrada como la víctima y sufrir el mismo destino. También, es criticable que el ciego mata a varios personajes y uno ni se da cuenta (solo escucha disparos) -supongo que la intención del director era disminuir la cuota de violencia-, que los fugitivos le pasen cerca muchas veces y él supuestamente no los sienta, y que su perro sea tremendo rufián, hasta el punto en que intimida a la joven en un carro, cuando ella logra huir.

Además de la trama original, me gustó el manejo de la iluminación en la película. Las luces de la casa son tenues, lo que brinda misterio y algo de temor.

De las escenas rescato aquella, conmovedora, en la que la chica da a entender que roba para mejorar su vida y la de su hermanita, aunque es algo sumamente injusto, y en la que el asesino apaga la luz de la vivienda para aventajar a sus intrusos. En esa parte uno se tensa por la rareza de la imagen, un blanco y negro que hace ver caras atemorizadas y muebles caer.

Vale la pena destacar la relación entre el nombre de la cinta, ‘No respires’, y su historia. Concluyo que el director creó una fuerte relación entre el título y las escenas, pues los personajes muchas veces se quedan callados, inmóviles y se tapan la boca con el fin de no ser detectados.

A ‘No respires’ la incluyo en mi categoría de ‘películas para ver en la casa’, porque no es mala pero tampoco es la joya de la corona. Vale la pena verla porque lo mantiene a uno en suspenso y es de las ‘mejorcitas’ que hay en cartelera.