En 2017 la Fundación ANDI inició un proyecto que vincula productores de fique para que se convirtieran en proveedores de materia prima de la Compañía de Empaques de Medellín. Hoy estas comunidades han mejorado su productividad e ingresos y no depende de intermediarios para comercializar su producto.
Esta semana la Compañía de Empaques de Medellín, la Fundación ANDI y la Universidad del Cauca estuvieron visitando el proyecto de encadenamiento inclusivo que logró vincular comercialmente a esta empresa con 85 productores de fique de dos comunidades indígenas Nasa de Silvia y Totoró.
Durante la visita se ratificó que la iniciativa que inició en 2017 hoy es un proyecto sólido que ha generado un aumento del 71,4% en la productividad de las asociaciones y una mejora en los ingresos de los productores.
Representantes de la Compañía de Empaques manifestaron que “gracias al trabajo conjunto de estos dos años estamos recibiendo una fibra de buena calidad, limpieza y secado. De hecho, en el caso de los productores la vereda Novirao los resultados han excedido las expectativas: proyectamos la entrega de 20 toneladas para este año y al mes de junio ya íbamos en 21”.
En el buen desarrollo del proyecto ha influido el fuerte sentimiento de comunidad de las cooperativas, que ahora venden el fique de manera formal y no dependen de intermediarios para estos cultivos.
Se espera que con la vinculación exitosa de estos productores a mercados formales la relación comercial siga aumentando y en el 2020 se entreguen alrededor de 40 toneladas de fique por cooperativa.
Para lograr estos resultados, la Fundación ANDI ha articulado múltiples acciones con distintos aliados, como:
Durante décadas, José Nemesio y los miembros de su comunidad alquilaban individualmente las máquinas para procesar esta planta, debido a que no tenían unas propias. Además, no tenían clara la variedad a la que pertenecía el fique que estaba disperso por su lote, y no prestaban mayor atención a las enfermedades del cultivo, que era poco productivo.
En ese entonces, José Nemesio comercializaba la fibra como materia prima a intermediarios en Popayán, de manera informal. “De ahí sacábamos algo de plata, pero el precio cambiaba según nos dijera el comerciante y el costo de llevar el fique por aparte se llevaba prácticamente toda la ganancia”, cuenta.
“Lo más importante para nosotros ha sido organizar la cooperativa, que ya está muy fuerte y con ese trabajo como grupo hemos podido disminuir los costos de transporte y acceder a beneficios colectivos”, complementa.
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