Una vez más, el conflicto entre Palestina e Israel, atraviesa por una crisis que puede conducir a una nueva espiral de violencia. Esta vez por cuenta de la justicia israelí, que condenó a una exigua pena a un policía de ese país, quien de manera comprobada acabó con la vida de un menor de edad palestino. El hecho que ha despertado la indignación en el Territorio Ocupado de Cisjordania apenas comienza, pues desde ya se anuncian protestas, por una sentencia cuyo significado es claro: confirma el carácter de apartheid del régimen israelí, y niega que exista en aquel, cualquier noción de Estado de derecho.
Los hechos sucedieron el 15 de mayo de 2014, cuando un grupo de palestinos preparaba protestas en conmemoración de la Nakba o tragedia histórica, tras la creación en 1948 de Israel. Ese día, y ante las manifestaciones, la policía israelí ordenó el uso de balas de goma para dispersar a los manifestantes. Nadim Nouwara era un joven palestino de 17 años que participaba de la movilización cerca de Ramala en Beitunia. El agente Ben Deri accionó su M-16 hiriendo en el pecho y de muerte al joven palestino. Esta semana, un juez de Jerusalén, Daniel Tepperberg condenó a Deri a nueve meses de prisión y al pago de una multa cercana a los 12 dólares. Para esta decisión se tomó en consideración su colaboración con la justicia, el hecho de no tener antecedentes y aceptando el argumento de que presuntamente confundió las balas de goma. La familia de Nouwara ha mostrado su indignación y aunque reconoce haber acudido a la justicia israelí, también confiesa que tenía pocas expectativas.
La pena ha sido considerada como una manera de confirmar la ausencia del Estado de derecho en Israel, y la prevalencia de la ley marcial, para proteger a quienes con la comunión de las autoridades (especialmente en momentos en que dirige ese gobierno un primer ministro de la derecha, acompañado de ultra nacionalistas) violan los derechos humanos . Se trata en últimas de una estrategia para ir ganando el territorio internacionalmente reconocido como «ocupado», como se ha denunciado hasta la saciedad. Esta situación es más grave si se tiene en cuenta, que en marzo de este año, un tribunal israelí condenó a una adolescente palestina, Ahed Tamimi, a ocho meses de prisión por abofetear a un soldado israelí.
La ocurrido no solo puede provocar una reacción violenta por parte de los palestinos, sino que constituye un peligroso antecedente para que fuerzas del orden en Israel, puedan violar los derechos humanos o infrinjan el derecho internacional humanitario. Como era apenas de esperar, el silencio de la comunidad internacional ha sido patente.
@mauricio181212