Resulta completamente escalofriante y frustrante saber que 11 compatriotas murieron acribillados por miembros de las FARC, guerrilla que desde sus inicios se ha empeñado en golpear, importunar y desangrar a nuestro país de diferentes maneras. Así como también, en su momento, lo hicieron las AUC o el M19, y lo siguen haciendo el ELN y las bandas criminales que se puedan desprender de toda esta historia escrita siempre con sangre y mucho dinero. Hace unos años, los muertos producto de esta guerra absurda, no pasaban de ser un titular de los noticieros del medio día, y de las páginas de algunos periódicos nacionales. Los colombianos estábamos acostumbrados a vivir en medio de la muerte, del dolor de los demás, del sufrimiento de los que debían pagar el costo de la barbarie y la beligerancia. Durante todo el gobierno de Uribe, debimos aceptar la muerte, el degollamiento, los atentados, las tomas de pueblos por parte de grupos al marguen de la ley, y hasta ahora toda su telaraña se está comenzando a conocer.
Que hoy Colombia se paralice porque 11 militares fueron asesinados es muestra que estamos cansados del horror, que queremos vivir en paz, en medio de la paz que se pueda obtener cuando las negociaciones en Cuba culminen y la guerrilla se desintegre. Por eso es importante acelerar los diálogos y llegar con urgencia a su culminación.
Pero todo esto sucede en medio de un ambiente poco favorable para el colombiano que se opone a que los demás vivamos en paz, para el colombiano que quiere ver a los jóvenes campesinos portar fusiles y morir en el monte. El senador Uribe viene de ser abucheado por multitudes de estudiantes en dos ciudades que en el pasado fueron fortines políticos del urbismo, Cali y Pereira. Está hasta ahora asimilando la condenas impuestas a dos de sus más cercanos colaboradores en sus gobiernos, condenados por ofrecerles prebendas a dos congresistas a cambio de sus votos por la reelección del “Gran Colombiano” y ahora debe estar alistando su discurso para defenderse de las irregularidades que en su gobierno se patrocinaron para lograr a cualquier costo la permanencia en el poder.
El pasado primero de abril, Claudia Gurisatti, uribista desbordada asumió como directora de Noticias RCN, por lo que debemos entonces entender, que el noticiero ahora tendrá una tarea mucho más importante que la de informar a sus televidentes, ahora deberá defender al Senador Uribe, y prueba de eso es el contenido que este noticiero ofrece. La periodista bien puede demostrar en su profesión el amor y agradecimiento que profesa por el político paisa desde que él logro su liberación de manos de las FARC, un acontecimiento que pocos colombianos deben recordar. RCN pertenece a la familia Ardila Lülle, amigos financiadores de las campañas políticas del señor Uribe.
NTN24 es un canal por cable, de carácter noticioso y con dignidad internacional, dirigido desde sus inicios por Claudia Gurisatti. No es casualidad que, la entrevista de un padre desconsolado y afligido por la muerte de su hijo, sea publicada por el canal de Gurisatti y amplificada hasta más no poder por Noticias RCN. No puede ser casualidad que el pobre hombre le pida al senador Uribe que lo acompañe al entierro de su hijo, el soldado. No puede ser casualidad que don Uribe cancele un viaje a Brasil y que el primer medio que lo publique sea Noticias RCN y que la cancelación del viaje se deba a que el senador haya decidido asistir al entierro del soldado que murió como murieron cientos de soldados mientras Uribe se desempeñaba como presidente, cientos de jóvenes campesinos asesinados no solamente por las guerrillas sino por las AUC, y por los grupos narcotraficantes que se beneficiaron del gobierno Uribe.
La muerte de los 11 soldados, y el video del padre desconsolado le caen como anillo al dedo al político paisa que es experto en despertar emociones en sus seguidores y en apadrinar causas que no le pertenecen, en cautivar con suprema agilidad la opinión de cientos de colombianos poco informados y muy bien informados que deciden ser parte de esa banda criminal que evidentemente siempre ha acompañado a Álvaro Uribe Vélez, porque no es casualidad que sus mejores y más fieles peones estén o prófugos o presos, o investigados o esperando a que los investiguen.
En este país, la muerte, la sangre, el narcotráfico y la pobreza le han dado al senador sus más grandes logros políticos, y si seguimos así, no será casualidad que también le regalen la inmunidad penal y política.
Giovanni Acevedo