No es casualidad que justamente los países latinoamericanos con gobiernos amigos de Petro, sean los menos prósperos de la región. Los que menos estabilidad política les ofrecen a sus ciudadanos, y los que crecerán por debajo de dos puntos en el 2023, muy por debajo de la media regional.

Debo confesarles que aún y cuando no comparto muchas de las tesis del señor Petro y sobre todo las que tienen que ver sobre economía y paz, sentí que debía darle el beneficio de la duda una vez se posesionara como presidente de este país peculiar. Así que le dije a mis amigos que le dieran tiempo, que así no esté en nuestros afectos, pues debíamos esperar que nos hiciera retractar de nuestro pronostico desastroso. Incendiario. Mentiroso. Machista, patriarcal y clasista dirían algunos. Pues no, lastimosamente para los colombianos, el pronostico resultó ser antes benévolo con el infierno que está armando el gobierno del “cambio”.

Infierno que ya están padeciendo Perú, Chile y Brasil. Venezuela y Argentina. Todos jodidos. Con multitudinarias manifestaciones y algunos como México, viendo cómo se desmorona la seguridad, la estabilidad social y la economía.

Alejandro Gaviria me dijo en un restaurante meses antes de las elecciones presidenciales, que él creía que Petro en su gobierno, tendría más dificultades que aciertos. Luego en una entrevista pronosticó que el gabinete de Petro asumiría la misión de enviar mensajes de tranquilidad a los gremios y a la comunidad internacional, pero que ese gabinete le duraría tan solo el primer año, pues los funcionarios más técnicos he independientes dejarían sus cargos por respeto a sus carreras. Parece que será Alejandro quien siga el mismo camino de varios funcionarios técnicos que ya han renunciado sin cumplir ni siquiera un año de gobierno.

Pero preocupa enormemente que Petro replique los errores de sus amigos en la región. Y preocupa aún más que el discurso de la izquierda conquiste más países. Por ejemplo, Paraguay. Un país con casi la misma cantidad de habitantes que Bogotá, es hoy el tercero con mayor cantidad de exportaciones de carne bovina superando ventas por 2.000 millones de dólares representadas en más de 396mil toneladas en el último año. Brasil y Argentina lideran el mercado con 2 millones y 630mil toneladas respectivamente.

La economía de Paraguay superará a sus socios del Mercosur y gran parte de los países latinoamericanos. El Banco Mundial estima que este país crecerá batiendo récords y su expansión del PIB será del 5,2%.

Pero no todo es color de rosa. El Partido Colorado, que ha gobernado desde 1948 hasta hoy, tendrá dificultades para conservar el poder este próximo 30 de abril. La oposición se ha unificado en un único bloque de izquierda bautizado Concertación Nacional, con el claro propósito de ganar las elecciones presidenciales. El problema no es que llegue la izquierda al gobierno, justamente la lógica de la democracia es que exista rotación del poder. El problema realmente, es que en América Latina la izquierda ha ganado prometiendo el cielo y las estrellas, atacando al empresariado y amenazando con cambiar el modelo económico según ellos, por uno “más justo”, menos agresivo. Un país que se aleja del capitalismo y acoge modelos económicos basados en altos impuestos para los generadores de empleo, y subsidios para los más necesitados. Receta que le ha salido mal a todos los amigos de Petro.

Esperemos que los candidatos, no hagan promesas que comprometan el crecimiento económico del país, pues ha demostrado que como viene, viene creciendo, lo que se traduce en más empleo, y estabilidad social y económica. Por eso, es importante que no llegue otro Petro al gobierno del Paraguay.

Giovanni Acevedo

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