Tremendo revuelo armó la miniserie de Netflix que protagoniza la colombiana Sofia Vergara y en la que se muestra de manera muy resumida la vida de Griselda Blanco, una de las narcotraficantes más sangrientas de la historia.

Me vi la serie de un jalón. La disfruté, la mastiqué y la digerí capitulo tras capitulo. Una semana después de terminar de verla, comenzaron los moralistas a babosear su “indignación” por cuanta red social existe. Néstor Morales dijo en Blu radio que el jamás dedicaría un solo minuto de su vida para ver la serie escrita por Ingrid Escajeda y en la que participaron varios actores colombianos muy buenos todos, según él, porque dicha producción era una humillación para los colombianos.

Lo mismo dijo Luis Carlos Vélez en la FM y cientos y cientos de colombianos que parece, no viven en el planeta tierra como usted y como yo, sino en otro planeta. Viven en Júpiter, o en Marte, o en la luna, yo no sé.

Entonces les pregunto a ustedes mis poquísimos lectores; ¿realmente nos hace tanto daño las producciones sobre narcos?, ¿realmente este tipo de producciones aleja a los turistas de conocer nuestro país? ¿debemos castigar con el látigo de la indignación toda producción que huela a narcos? Pues yo creo que no. Yo creo que es una pendejada tanta alaraca y que lo que es realmente indignante es que haya gente que se indigne por esto.

La trilogía dirigida por Francis Ford recaudó más de 900 millones de dólares solo en taquilla. Les hablo de -El Padrino-. La novela escrita por Mario Puzo, no solo inspiró la trilogía ganadora de varios premios Óscar, también videojuegos, atracciones de diversiones, series y libros, camisetas y cuenta cosa se les ocurra como un buen suvenir. Hoy, más de 50 años del estreno de la primera película, es evidente que han sido más los beneficios que los perjuicios para Italia y los Estados Unidos como resultado de la inmensa acogida de millones de espectadores del mundo. No se puede decir que ni los libros, ni las películas inspiradas en la mafia italiana, hayan perjudicado el turismo, la industria o el desarrollo cultural de este país. Ni las producciones inspiradas en las mafias chinas, mexicanas, ecuatorianas o salvadoreñas nos van a convertir en promotores del hampa.

Ya está bueno señores y señoritas. Déjense de joder. Tenemos un pasado que no podemos esconder además porque aún convive con nosotros. Los narcos ahora no parecen narcos, más parecen empresarios bien parecidos y bien relacionados. Se casan y se codean con la crema y nata de este país, los jóvenes consumen todo tipo de drogas y los papás también y algunos abuelos también, y ahora se indignan. ¿Por qué tienen miedo de verse en la pantalla?

¿Ahora ninguno de ustedes tiene un amigo que consume? Si es que no consume usted.

Si no queremos más traquetos en nuestra realidad, el comino no es tapar nuestro pasado con un dedo. El camino es educación y oportunidades para todos, el camino es comprender las distintas realidades y reconocernos como un grupo que gente buena que está dispuesta a darlo todo para sacar este país de mierda adelante.

 

Giovanni Acevedo