En este texto reflexivo quisiera reflexionar sobre por qué no soy clasista y por qué es importante integrar a distintos tipos de personas.

Entrar a la Universidad ha sido chévere. Pues, es como interesante darse cuenta de cosas que uno no veía antes; como por ejemplo, el color de la piel de los estudiantes. Antes había gente mucho más blanca que ahora. Y no me malinterpreten, no quiero decir que en la Universidad haya personas como del Caribe o del Pacífico. Porque el moreno de esta parte del país es bien diferente. Tampoco se parece al color que uno se pone cuando va a Anapoima. Se parece más al color cuando uno se quema con el sol de acá. Que es súper picante y que si uno no se echa bloqueador se quema de una. La diferencia es que ellos no se queman como uno. Ellos ya tienen ese color de piel, y todo bien.

También encuentro interesante escuchar tantos acentos distintos. No solo he escuchado personas del Caribe, del Valle o de Medellín. En mi ciudad hay una gran diversidad de personas que hablan muy distinto a mí y hasta usan palabras que no conocía, nombran lugares a los que solo llegan los buses y tienen nombres que me causan picardía. Por eso a mí me parece muy bueno que la Universidad reciba a personas de otras clases sociales porque todos debemos ser inclusivos y apoyar a las personas que más lo necesitan. Hay personas que no importa si son pobres pueden ser excelentes estudiantes y excelentes trabajadores. Lo que pasa es que sus padres no pudieron darles lo que ellos se merecían. Me parece muy bueno además porque es un intercambio cultural: ellos aprenden en la Universidad y nosotros aprendemos cosas que no sabíamos de ellos como las que ya he mencionado anteriormente.

De todas maneras no todo es color de rosas. Hay personas que no se sienten bienvenidas porque se visten de manera distinta. Es decir, se sienten incómodas por no tener las mejores marcas o por no comer en los mejores sitios. A veces creo que solo se hablan entre ellos y que nosotros nos hablamos entre nosotros pero pues uno tiene sus amigos y no va a cambiarlos tampoco. Es muy difícil invitar a alguien a un lugar y siempre recibir un “no” como respuesta. Un estudiante que no voy a mencionar me contó una vez que se quedó sin grupo para un trabajo porque  todos se conocían entre todos y él se quedó solo. Yo pienso que si uno no hace el esfuerzo por integrarse es muy difícil relacionarse con la gente.

Finalmente, entiendo que yo misma tengo prejuicios. Hay lugares a los que no quiero ir porque pienso que allí me van a atracar o a hacer algo malo, Tampoco creo que mis amigos sean buenas personas del todo y he encontrado excelentes personas que antes no imaginaba conocer.  Por esto creo que no soy clasista: porque entiendo que es importante que haya distintos tipos de personas en un mismo espacio y también porque soy consciente de mis prejuicios.