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Usted alguna vez se ha preguntado cómo será el mundo dentro de unos 40, 60 u 80 años? Cuáles serán las novedades de ese momento? Sobre cuales temas se sembrarán las bases del desarrollo? Los niños de esa época podrán comer lo mismo que comemos hoy? Podrán admirar los ciudadanos, los mismos paisajes que disfrutamos hoy? Estas y muchas otras, son las interrogantes existentes sobre el futuro que nos depara la Tierra, sobre todo si analizamos los desafíos ambientales que tenemos por delante, poniendo como punto de partida el cambio climático.
Tras observar con preocupación cómo las sociedades actuales han ido modificando sus estilos de vida haciéndose cada vez más egoístas con el entorno, solo queda preguntarse como podríamos cambiar esa notoria desconexión. Para ello es importante resaltar un hecho que, a mi parecer es de suma importancia: la vida apareció en la Tierra hace unos 3.500 millones de años y desde unos 12.000 años hemos podido disfrutar de una paz climática sin precedentes. A pesar de que la especie humana ha sobrevivido a 7 grandes catástrofes climáticas “NATURALES” en el último millón de años, es muy posible que pronto tengamos que afrontar una nueva devastación, esta vez “INDUCIDA” por efectos antropogenicos.
Hay cada vez menos dudas y mayores consensos de que el cambio climático será uno de los desafíos globales más importantes de la historia. Nuestro desarrollo como individuos, sociedades y socio-ecosistemas dependen enérgicamente de todos los recursos naturales que posan sobre este planeta y si continuamos aduciendo ignorancia e irresponsabilidad sobre nuestras acciones, el día de mañana será muy tarde para resarcir el daño hecho.
Necesitamos cambios reales en la política, en la ciencia y en la ética. Hace pocos días, me encontré con una frase que me parece importante compartir: “… los políticos (al menos la mayor parte) admiten que el cambio climático existe y que se deben reducir sus impactos, sin embargo a la hora de la verdad, presenciamos como las políticas de muchos continúan siendo las mismas del Siglo XX: irracionales y extractivas”. La mayoría de las naciones del mundo siguen persiguiendo su adicción a los combustibles fósiles a costa de un gravísimo desenfoque socio-ecológico. No podemos seguir alimentando un crecimiento hambriento con un sistema febril, basado en combustibles fósiles el cual hemos impulsado hacia esta nueva Era del Clima. La adaptación al cambio climático debe ser “forzada”, pues no podemos darnos el lujo de no estar preparados y por esta razón, todo el mundo debe cooperar en un esfuerzo “glocal”, (es decir global y local).
El cambio climático, la deforestación, la pérdida de biodiversidad, la pobreza energética… no pueden seguir siendo ignorados. Necesitamos que la especie humana cambie de actitud y para ello, debemos pensar en un mundo basado en la naturaleza y en la inspiración que ella nos produce. Es difícil que no seamos capaces de ver que dependemos al cien por ciento de los recursos naturales y los servicios ecosistémicos: el agua, los alimentos y la ropa que vestimos, TODO depende de la naturaleza y esta a su vez, depende de la “buena salud” que le pueda dar el clima. Para ser verdaderamente ecológicos y comprender a fondo la situación ambiental actual, debemos deshacernos de la falsa ilusión de que somos independientes del planeta Tierra.
Necesitamos un mundo eco-centrista…
…será usted capaz de sumar su interés para hacerlo realidad?
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