«La sostenibilidad ambiental es impostergable, requiere de amplios acuerdos y plantea desafíos a los patrones de consumo y producción» Alicia Bárcena (*)
América Latina se encuentra hoy en una disyuntiva socio-ambiental: por una parte la expansión económica y apertura al desarrollo que tienen la mayor parte de las naciones de la región y por la otra, la altísima vulnerabilidad a los desequilibrios ecológicos. Nuestra región depende al 99% de los recursos naturales y en virtud de esto, resulta preocupante
Los desafíos medioambientales actuales añaden factores de riesgo e incertidumbre a toda la región latinoamericana, por tal razón la búsqueda de un compromiso hacia el desarrollo sostenible resulta crucial si el principal objetivo es reducir las brechas desigualdad y enfrentar las vulnerabilidades (acrecentadas sobre todo por el cambio climático y la pérdida de biodiversidad).
Las principales problemáticas socio-ambientales de la región son cambio climático, escasez hídrica, pérdida de productividad agropecuaria, vulnerabilidad en seguridad alimentaria, morbilidad y mortalidad, perdida de infraestructura y desaparición de ecosistemas. De acuerdo a un reciente informe del CEPAL, América Latina ha tenido unos 310.000 fallecimientos a causa de desastres naturales desde 1972 y los mismos, han afectado a más de 30 millones de personas y producido daños por 213.000 millones de dólares.
Latinoamérica enfrenta un contexto externo más difícil y con menor dinamismo económico. Por ello es preciso “redoblar esfuerzos para lograr un desarrollo con horizonte estratégico a través del cambio estructural e inversión en capacidades humanas sobre la base de la sostenibilidad ambiental”.
Ya que el cambio climático es algo que no podemos evitar, la región latinoamericana tiene la responsabilidad para con sus ciudadanos de marcar una agenda basada en la adaptación al cambio climático, necesaria para superar los riesgos de este desafío actual y poder tener una “zona de confort y seguridad” para los escenarios futuros.
Se estima que los costos asociados a los principales impactos físicos relacionados con un aumento de 2,5 °C en América Latina y el Caribe varían entre poco más de 1% y algo más de 4% de pérdida regional del PIB. Por esta razón, Alicia Bárcena destaca que “alcanzar la meta climática en la región, requiere disminuir las tasas de deforestación, modificar los patrones de consumo y de urbanismo, realizar inversiones sustanciales para aumentar la eficiencia de la energía y modificar la matriz energética de la región hacia fuentes renovables”.
Si bien actualmente la emisión de gases de efecto invernadero es baja (comparado a escala global), las demandas energéticas en la región crecen a medida que se industrializa y urbaniza. Muy personalmente pienso que esta transformación no se da de la noche a la mañana, y pues es necesario un punto de inicio a base de financiamientos y estrategias low-carbon para lograr una transformación social y ambiental necesaria para las naciones más vulnerables de Latinoamérica.
Ya para finalizar, aprovecho la ocasión de compartirles este informe realizado por la Organización de las Naciones Unidas titulado: «Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe«, en donde podrán tener a mano, los datos mas resaltantes sobre este tema.
(*) Alicia Bárcena es actualmente la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, mejor conocida como CEPAL.