Cuando estudiaba en la universidad, un muy querido profesor nos decía que la gestión ambiental era el pilar fundamental de todos los procesos ecológicos, industriales y sociales que podíamos conocer. Más adelante, cuando fui adentrándome a nuevas experiencias profesionales me di cuenta que tenía razón, ya que para mí, la gestión ambiental responde al cómo lograr un desarrollo sostenible a corto, medio y largo plazo.
La sostenibilidad se logra a través de compromisos políticos, económicos y sociales, y para que esto pueda convertirse en realidad, necesitamos una transformación en el manejo de la gestión de elementos ambientales, es decir, debemos entender que del planeta solo necesitamos tomar lo que realmente necesitamos y no hacerlo con avaricia.
Debido a esto, la gestión ambiental corresponde a una transformación de procesos socio-ambientales que van desde la educación hasta la ciencia y cada día se hace más necesaria para afrontar las crisis sociales y ambientales que vivimos actualmente.
La gestión ambiental va de lo micro a lo macro y depende de la unión de un conjunto de factores. Proteger y reconstruir ecosistemas mediante el manejo local, no solo beneficia a los lugareños que dependen de los recursos naturales, sino también a poblaciones de otras regiones y naciones. En resumen, el manejo local contribuye al bien público y este contribuye a la sostenibilidad.
Tenemos entonces un gran reto frente a nosotros: ¿Cómo podemos hacer de nuestros sistemas, unos sistemas sostenibles? ¿Cómo podemos lograr una fusión entre gobierno, empresa y comunidades?.
Para comprender el cambio ambiental global que hoy presenciamos, necesitamos estudiar los procesos que en el influyen, por esta razón, la gestión ambiental viene a ser un punto de apoyo para analizar estas transformaciones y buscar opciones y alternativas que integren calidad de vida y calidad ambiental al mismo tiempo.