«Las masas son incapaces de emancipación y harto ineptas para dirigir sus propios destinos. El gobierno ha de estar siempre en manos de tiranos y oligarcas».
La política es una mentira admitida.
«Los políticos desconocen la naturaleza de la realidad. Todos, reaccionarios o revolucionarios, viven en un mundo de ilusión, un mundo que no es sino una proyección de su personalidad humana. Obran como fuera pertinente que obraran si el mundo que imaginan existiera realmente. Pero desgraciadamente no existe más que en su imaginación. De aquí que nada de cuanto hacen sea apropiado para el mundo real».
De buenas intenciones está empedrado el camino al infierno.
«Cruzarse de brazos y tener buenos modales sirve mucho más que precipitarse de un lado a otro tratando de arreglar el mundo».
«La existencia de la religión – y de la política – depende del uso pintoresco del lenguaje inmoderado».
Cierto. Los políticos no deberían expresarse a través del lenguaje. Las palabras no los merecen.
«Cuán desastroso es un hombre que sabe cómo decir cosas equivocadas de una manera apropiada». Pero «¡cuán pocos son los estilistas que han dicho jamás cosa alguna justa y verdadera!».
«El hombre no vive sólo de pan; pero si se empeña en nutrir la mente de tonterías, no logrará ni siquiera el pan».
Eso ha pasado sobre todo en Latinoamérica y Colombia . Cierta gente se ha nutrido de un mal género de ideologías que los atarean en matar a sus semejantes en el nombre ya de Dios, ya de la patria, ya de la justicia social o ya, en el colmo de la estupidez, en nombre de un presidente o de un político. Empuñan fusiles sin tiempo de cultivar sus campos.
Con el tiempo nos merecemos a que no haya gobiernos como dijo Borges. Pero, por el momento, eso es ilusorio.
«Las masas son incapaces de emancipación y harto ineptas para dirigir sus propios destinos. El gobierno ha de estar siempre en manos de tiranos y oligarcas…»
Estamos citando al garete «Viejo muere el cisne», la gran novela del gran escrtior inglés ALDOUX HUXLEY, el mismo autor de «Un mundo feliz», esa novela futurista que tanto ha predicho la época en que vivimos.
En otra de sus magníficas novelas, CONTRAPUNTO – en inglés «Point counter point» (1928) – Huxley se dio cuenta que la política es una mentira admitida.
Los humanos estamos muy ocupados en nuestros propia individualidad. De ahí que el problema del mundo esté más en el alma que en la sociedad. Además, toda sociedad (hasta la inglesa, o en especial, la inglesa) cobra la imagen o el sonido de una orquesta desafinada:
«Each is always alone and separate and individual. «I am I», asserts the violin; «the world resolves around me». «Round me», calls the cello. «Round me», the flute insists. And all are equally right and equally wrong; and none of them will listen to the others».