En la reciente Feria del Libro de Arteaga, Coahuila, México, 2013, el país invitado de honor fue Colombia. Estuvieron, entre los escritores, Santiago Gamboa, Evelio Rosero y Marco Tulio Aguilera Garramuño, y entre los más jóvenes, Daniel Ángel con su novela-crónica «Montes de María». En la inauguración, como lo denunció Santiago Gamboa en su columna, no estuvo presente el embajador de Colombia en México, «Yo José Gabriel», acaso en desdén a la cultura y a un evento acaso «provinciano». Ya se sabe: es funcionario de un Presidente más o menos igual que no se siente colombiano. 

La Feria del Libro de Arteaga, en Coahuila, al lado de Monterrey, resultó todo menos provinciana. En México no hay departamentos (dependientes) sino estados federales. En fin. A esa Feria del Libro también me invitaron a mí a hablar de mi «BREVE HISTORIA DE LA NARRATIVA COLOMBIANA», en especial, para dar una conferencia sobre la historia literaria de Colombia, que es, como les dije a los estudiantes mexicanos, como otro registro de la gran historia de NUESTRA LENGUA. Me entrevistó el periodista Aurelio Pérez, del diario Zócalo, de Saltillo, después de mi charla -que en otra ocasión publicaré-: aquí copió algo de lo que «platicamos»:
http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/colombia-vive-en-la-polemica-sebastian-pineda-buitrago-1379663893
Saltillo, Coahuila, 20 de septiembre 2013:

«Múltiples voces literarias de Colombia, país invitado de la FILA 2013, se hicieron presentes en una sola, la de Sebastián Pineda Buitrago, quien participó el pasado miércoles de la Cátedra Alejo Carpentier.
El investigador, traductor, ensayista, nacido en Medellín, compartió con una nutrida concurrencia parte de los hallazgos de nueve años de documentación, que dieron como resultado el libro «Breve Historia de la Narrativa Colombiana, Siglos 16-20», el cual presentó en el marco de su disertación.

«En la vida del escritor lo que alguien lee en unos minutos a ti te lleva años escribirlo, este es un libro de 350 páginas que me llevó nueve años de investigación, y cuando se trata de un ensayo el trabajo es doble, por un lado tienes que leer muchos libros, llenar folios con datos, y luego, a la hora en que lo quieras presentar al público, tienes que rendirlo en una forma abreviada», exponeo.

En este sentido (de sintetizar) el autor recurrió a otros ensayistas hispanoamericanos, en especial a Alfonso Reyes, uno de los autores primordiales en su doctorado en Literatura Hispánica, en el Colegio de México, quien, a decir del investigador, «logra despachar en cinco páginas temas muy difíciles haciéndolos totalmente digeribles para el gran público».

El autor de 31 años revela que los hallazgos le permitieron entender por ejemplo cómo en un país del tamaño de Colombia alguien como Gabriel García Márquez haya sido capaz de crear una novela épica tan popular.

«Te preguntas qué clase de contexto histórico permitió tener esa cosmovisión, y te das cuenta que estos países tal vez por su mismo tamaño, o su dinámica, encierran una pequeña historia del mundo. En Colombia se halla una síntesis de lo latinoamericano, las corrientes que hallé son básicamente las que podemos hallar en cualquiera de los otros países, incluso se unen, están entrelazadas una con otra, no importa de qué época sean», expresa.

Otros de los títulos que aparecen en el libro son «La Vorágine» y «La Virgen de los Sicarios». Del autor de éste último, su compatriota Fernando Vallejo, el autor rlo define como «un grande que ha logrado crear esa suerte de estética de la violencia»,

«Colombia es un país que vive en la polémica, en la confrontación, y no es raro que Vallejo haya seguido con esa tradición, de hecho yo me atrevo a decir que Vallejo es muy tradicionalista», agrega.

Y hablando de violencia, Pineda Huitrago considera que es válido explotar la realidad en una obra literaria siempre y cuando se haga de una manera adecuada y que el objetivo sea, a través de un lenguaje propicio, comprender el tema y reflexionarlo para provocar un cambio.

«El lenguaje es lo que nos hace humanos, es lo único que nos distingue de un cerdito o de un perrito. Si lo utllzamos correctamente en la elaboración de temas sobre violencia, los comprenderemos mejor y evitaremos que sucedan, aunque yo no tengo mucha esperanza en que eso se logre. Vemos como en uno de los pueblos más cultos de Europa, Heidegger, uno de los filósofos más inteligentes del mundo, simpatizaba con el nazismo», finalizó».