Hace una semana el protagonista era también Esteban Chaves, una pieza maestra de estrategia lo hizo ganador de la etapa 6, pero como el ciclismo casi nunca es justo hoy está ubicado en la clasificación general a más de 30 minutos del líder, su compañero de equipo, Simon Yates.
Quizá el día de descanso le afectó, o un día de aquellos donde las piernas dicen no, y parece no haber voluntad que las hagan trabajar de nuevo, esto le hizo perder contacto en el primer ascenso de la etapa 10 del grupo principal, en los primeros kilómetros de la etapa más larga de esta edición del Giro de Italia, más de 220 kilometros aún quedaban por delante para intentar hacer conexión, aunque gracias al trabajo de su equipo hubo un punto en el que estuvo a un minuto de llegar de nuevo al grupo principal, los equipo con los mismo intereses por la Maglia Rosa no permitieron que esto sucediera, así es el ciclismo, no hay piedad en ningún momento.
Luego ya se hizo imposible volver a reducir la diferencia que siguió creciendo hasta los 25 minutos que fue el parte final del día para el colombiano. Este es el otro lado del ciclismo, el que nadie quiere vivir, pero todos los ciclistas tienen que experimentar.
Uno de los objetivos que he tenido con este blog ha sido escribir desde la perspectiva del ciclista, pues desde mi parecer para escribir hay que haberse montado en una bicicleta, y haber sentido lo que los ciclistas sienten, y es en estos momentos donde el ciclismo se ve más fácil de lo que parece, y ese sentimiento de impotencia que se le vio en la cara a Esteban ese día, lo he sentido, el trabajo de meses o incluso años se puede resumir en un mal día donde las piernas simplemente no van.
También es cierto que es en ese momento donde el ciclista necesita más apoyo y el ciclismo, a veces injusto, también te da oportunidades y este Giro de Italia aún no ha terminado y queda mucha montaña por delante, donde Esteban podría volver a encontrar sus piernas.