¡Llegaron los buenos vientos!

Te invito hoy a que cierres por un momento tus párpados y sientas el viento en tu piel. A que respires en calma, abras tus ojos y mires a tu alrededor como se mueve la naturaleza. Siéntate por un instante en silencio, sin ruido, sin conexión con el mundo exterior a conectarte con tu mundo interior.

Observa plácidamente si las ramas de los árboles se mueven, si las cortinas bailan, si las ventanas se abren, si las puertas se sacuden, si se levantan los manteles. Si todo esto ocurre, es porque hay vida.

Mira el agua como corre por el suelo mientras las nubes se persiguen en el cielo. Contempla la carrera torpe del niño y el lento andar del abuelo. Hipnotízate con la danza del colibrí frente a la flor. Mira cómo la libélula deja de volar para que el aire la abrace.

Escucha como el viento te susurra ideas de felicidad y los sueños danzan en tu mente durante el día llamando tu atención para entregarte un mensaje. Si todo se mueve a tu alrededor, es la vida que se mueve. Es la energía en marcha, es la alegría que te persuade, es el pasado que se va, es el presente vivo, el mañana que se acerca.

Oye los pasos de tus deseos que vienen hacia ti».

Escucha el lenguaje de las aves, contágiate de los ideales de tus hijos y de las risas de tus nietos. Canta coros de canciones alegres:  «Oye, abre tus ojos, mira hacia arriba; disfruta las cosas buenas que tiene la vida».

Si todo esto pasa a tu alrededor, es Dios que te habla. No esperes que te dicte las palabras que tu quieres escuchar. No esperes las respuestas que tu ego te exige. Tan solo vive, ama, siente y sonríe.

Tan solo ama».

Cuando amas tu alma se estremece, tu corazón se sacude, tu energía se mueve.  Ama sin temor, exprésate con ímpetu como el viento que hace sentir su presencia golpeado tu cara como espichándote los cachetes; diciéndote que vivas. Recordándote que aún tienes asuntos por resolver, pendientes por acabar, ciclos por cerrar, personas por perdonar, gente por servir, sueños por cumplir y tiempo por vivir.

Levántate hoy de este estado inmóvil en el que estás, viendo como pasa la vida ajena desde un celular. Sal hoy a caminar tomado de la mano con tu otro yo.  Ese que tienes secuestrado y nos has dejado salir desde que te volviste importante para los tres gatos que te rodean».

Invita a tu niño interior a conversar sentado en el pasto de un parque, súbete de nuevo a un árbol, da un paseo por la montaña, mira como el agua del río pasa frente a ti haciéndote señas para que te lances y recuerdes como fluye la vida con alegría; como navegas con libertad si sueltas todas esas cargas y mochilas llenas de emociones, resistencias y juzgamiento hacia los demás.

Muévete como el viento, ruge como la tempestad, silva como la noche, canta como el amanecer, baila como el mar. Aprende a entender el lenguaje de Dios. Escúchale cómo desea verte feliz sin condiciones, recibe sus bendiciones cada mañana. Comprende que te llegan solo cuando tú primero las has pedido para los demás. Reconcíliate con los tuyos. Recuerda al niño que se abraza con el otro que le hizo caer y enseguida sonríen y siguen jugando. Ese niño aún vive en ti, solo déjalo salir; abre las cortinas de tu vida encerrada en un castillo de vanidad, abre las puertas y ventanas de tu templo existencial. Permite que entre la luz a iluminar tu vida; deja que corra el viento, que circule la energía, que se muevan tus ilusiones, que se sacudan las telarañas de tu mente; suelta una carcajada desde tu abdomen, grita con furia hasta que las nubes se espanten y Dios se asome a ver qué quieres. Dile a Dios que estás vivo y que quieres vivir más, vivir feliz, vivir alegre, vivir sano y vivir bien.

Mira al cielo y llénate de amor. Solo así te sentirás un todo de Amor y habrás movido tu vida como el viento que viene a despertarte; ahora que has lavado tu cara y sonreído frente al espejo, puedes sentarte a hacer visita en la sala de tu templo donde están los sillones de la fe, la actitud y la alegría.

Si ya hiciste todo esto en tu imaginación, quiero decirte que has enfrentado con dignidad a tu ego y lo has mandado a freír espárragos. Felicitaciones, has quebrado los esquemas, te has salido del molde, has marcado la diferencia, has vuelto a ser el mismo que nació hace tantos vientos. Has probado tu rebeldía ante los patrones. Has creado tu propia impronta.

Has hecho de tu presencia un sello personal.

 

Ahora eres diferente.

Alégrate, es agosto, llegaron los buenos vientos

Hakuna Matata

JMC