Así es. Y te lo explicaré de la forma como los nutricionistas explican la dieta, y comienzan diciéndonos lo que NO debemos comer.

Pues bien, yo te voy a decir que NO debemos seguir haciendo:

Debemos tratar de vivir la vida sin juzgar, sin criticar, y sin señalar a los demás. Pues no somos jueces de nadie y tampoco somos perfectos para exigir la perfección de los otros.

Cada uno está viviendo de la manera que eligió hacerlo.

Cada quien está persiguiendo sus sueños. Y todos en este camino estamos aprendiendo, y por tanto, también tenemos derecho a caernos tal como lo hace el niño cuando quiere dejar de caminar para comenzar a correr.

No es aceptando a los demás solo si viven como a nosotros nos parece que deban vivir.

No es amando a los demás, solo si comienzan a ser como uno quiere que sean.

No es opinando acerca de las decisiones ajenas o su forma de vivir la vida, cuando ni siquiera nos están preguntando nuestra opinión.

No es guardando rencor ni resentimiento por cada equivocación de los otros, tomándonos personal sus actos y conductas.

No es corriendo a conseguir el éxito sacrificando la felicidad; creyendo que es normal convivir con la angustia, la preocupación, la ansiedad, la prisa y el estrés.

No es poniendo la felicidad en rótulos, ni en logros materiales, o solo si hay una persona a nuestro lado que satisface nuestras necesidades emocionales.

No es metiéndole pastillas y medicinas al cuerpo para curar una y otra vez la misma dolencia que se te volvió crónica.

No es guardando rencor contra alguien por años, e ir diciéndole a todo el mundo que se traviesa por tu paso, que odias a esa persona.

No es teniendo a Dios como al papá que sólo buscas cuando te has caído y te encuentras solitario, triste, confundido y lleno de culpas y miedos.

No es midiendo tu éxito en cuantiosas sumas o millonarios salarios que te dan poder.

No es pensando que ser líder es ir adelante sin acompañar a tu equipo, sin custodiar y proteger a tu manera y sin ayudar a los caídos.

Con amor y respeto te lo digo. Si te has identificado con alguna de estas maneras de andar por la vida: te digo que NO es así. La estás embarrando.

 

Con esta reflexión sólo te digo lo que NO debes comer en esta dieta que te hace más ligero para poder volar.

Ahora hablemos de la reparación. De cómo desembarrarla.

 

Cómo desembarrarla de la manera como estamos viviendo

Ya te expuse lo que NO debes comer en esta dieta que te hace más ligero para poder volar.

Ahora te digo lo que entonces debes hacer para volar muy alto.

Debes comenzar por reconocer que hay cosas que cambiar.

Me refiero a pensamientos, creencias, conductas y hábitos de vida.

Empezar por identificar a esos intrusos que algún día llegaron a visitarte y los dejaste viviendo contigo.

Revisa en qué momento de tu vida llegó la tristeza.

¿Cuándo fue que el miedo se te instaló en la habitación principal de tu casa?

Recuerda el instante en que la envidia se convirtió en tu voz al oído y el rencor en tu mejor consejero.

Asómate por las ventanas y verás a los celos rondando tu vida y a los resentimientos arañando las puertas de tu corazón.

Date una vuelta por el sótano y encontrarás en un baúl abandonado, a todos lo principios y valores que te enseñaron tus abuelos.

Ahora que ya visualizaste esto y tu conciencia encendió la luz, es hora de actuar.

Llego la hora de abrir las puertas, cortinas y ventanas para que entre la luz; para que corra el aire y se remuevan todas esas energías pesadas que te han hipnotizado durante años haciéndote creer que la vida es así.

Deja que salgan los visitantes indeseables que ocuparon tu morada y permite que entren otros a ocupar las habitaciones de tu templo. Y que entonces se instalen para siempre la gratitud, la armonía, la alegría, la paz interior, la felicidad, la inteligencia creativa, las nuevas ideas, la renovación, el renacer y la espiritualidad.

Debes cambiar unas cosas por otras. No tienes que cambiar tu vida. Sino tu forma de vivirla.

Para cambiar no tienes que volverte místico. Puedes seguir siendo el mismo en una versión renovada de ti.

Así como eres, eres especial.

Recuerda que todos lo somos; porque fuimos creados con especial Amor y enviados desde el cielo con un propósito especial.

De esta manera, nadie es más especial que tú; pero tú tampoco eres más especial que otro.

Lo que sí puede pasar, si decides encontrar el potencial qué hay en ti y vivir desde el Amor con el que fuiste creado, es que te conviertas en una persona excepcional.

Esa sería una versión renovada de ti, que te hará ser aún más especial.

Es con fe, es con Amor, es con perdón, es aceptando a los demás como son, no como tú te imaginas que deben ser.

Es siendo honesto contigo mismo y haciendo tratos equitativos cuando negocias.

Es sirviendo a los que necesitan ayuda y dejando que la misericordia y la compasión hagan parte de tu esencia.

No hace falta que te vuelvas santo, sino que lleves una vida sana, donde el equilibrio sea el fundamento de tus decisiones. No embarres mas tu camino.

Hakuna Matata

JMC

@juanpapuchis

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