El año 2020 fue extremadamente raro, fue un año en el cual ocurrió algo que no esperábamos como lo fue la bendita pandemia, que hasta el día de hoy nos tiene un tanto encerrados.

Aunque algunos creen que el virus ya no existe y andan de ‘pati alegres’ por todo lado esparciendo amor, rumba y covid por doquier.

Sin embargo, este 2020 no fue tan malo como parece.

Este año de crisis también fue un año de grandes oportunidades, sobre todo para aquellos que decidimos comenzar con nuestros emprendimientos.

También fue un año en el cual tuvimos la oportunidad de reencontrarnos con personas que tal vez teníamos descuidadas.

Pero también fue un año en el que todo aquello que estaba débil terminó por romperse.

Sí, también me refiero a todas las relaciones de pareja que terminaron en el 2020.

Todo tiempo de crisis también es un tiempo de grandes oportunidades, así que veremos los aspectos en los cuales esta cachetada, aunque muy dura, como lo fue el 2020, terminó por mejorar un poco las vidas que tenemos.

Comencemos precisamente con el aspecto amoroso.

En este año hubo muchos divorcios, de hecho, era pan de cada día escuchar a los vecinos discutir todo el tiempo.

Sin embargo, esta fue una forma extraordinaria de entender que hay relaciones que definitivamente no funcionaban, no funcionan y no funcionarán jamás.

Es por ello que el encierro y la convivencia las 24 horas del día lograron mostrar la realidad de las relaciones de pareja, y las relaciones de las familias también.

Antes de la pandemia era normal que las personas pasaran muchas horas en sus trabajos o viajando, cuestión que no les permitía conocerse plenamente.

Porque una cosa es mostrar una cara amable por unas horas o unos días, pero cuando se tratar de convivir al 100 % la situación cambia radicalmente.

Fue así como la personalidad de cada quien salió a flote, lo bueno y lo malo, y estoy seguro que la mayoría de las personas solo conocían nuestro lado más amable.

Es por ello que estoy seguro que aquellos que lo quieren a uno, lo quieren con sus defectos y todo.

¿Es o no es así?

Aunque de verdad hay gente insoportable, que es mejor no querer y tenerla bien lejos.

Ya va siendo hora de normalizar que uno no tiene por qué querer y convivir con personas que realmente no le caen bien o simplemente son tóxicas.

Ese tema de que los lazos de sangre son indestructibles está mandado a recoger, todos, en todas las familias tenemos personajes que son extremadamente tóxicos y de los cuales es mejor alejarnos lo antes posible.

El grave problema es que crecimos en una sociedad que nos enseñó una mentira, nos metieron en la cabeza que uno tiene que aguantar y aguantar a las personas porque sí.

Nos enseñaron a poner los intereses ajenos por encima de los propios y es por ello que aguantamos tantas tormentas que no merecemos vivir.

A veces esa tormenta es nuestra pareja, a veces es un hermano, a veces una hermana, a veces hasta son los mismos padres.

Aprendamos a normalizar el alejarnos de las personas que nos hacen daño, es innecesario mantenerlas en nuestras vidas.

Es por ello que este 2020 separó muchas parejas y familias, pero viéndolo bien, eso no es tan malo.

Simplemente eran relaciones que no funcionaban, este episodio de la historia vino para sacar a flote las diferencias que tenemos con esas personas que nos rodean.

Así que la primera cachetada que nos dio el año que estamos cerrando nos ayudó a despertar, todo para enterarnos de quiénes eran las personas que nos rodeaban, pero, sobre todo, quiénes somos nosotros mismos.

Y es que esa segunda cachetada del 2020 también dolió.

Al estar expuestos al encierro extremo, como lo vivimos, este encierro también hizo que aflorara nuestra verdadera personalidad.

De hecho, en la mayoría de los casos nos encontramos con que tal vez no nos conocíamos tan bien a nosotros mismos como creíamos.

Porque nos dimos cuenta que no aguantábamos la soledad o porque nos dimos cuenta que no soportábamos la convivencia con otros seres humanos.

Tal vez despertamos ese ogro que llevamos dentro, aunque seguramente muchas otras personas despertaron ese ser compasivo que nunca habían visto en sí mismos.

De una u otra forma el 2020 asentó un poco más lo que ya éramos.

Particularmente, no estoy de acuerdo con eso que decían muchas personas acerca de que la pandemia nos ayudaría a ser mejores seres humanos, personas buenas para este mundo.

¡Pura paja, pura mentira!

Lo que sí hizo la pandemia fue exacerbar la personalidad de cada quien.

Quienes ya eran personas buenas, seguramente se convirtieron en mejores seres humanos.

Quienes eran personas malas, terminaron siendo unas porquerías.

No por nada la violencia intrafamiliar se multiplicó durante los meses de pandemia, porque los malos también se volvieron más malos.

La tercera cachetada que nos dejó el 2020 fue gracias al tema laboral.

Sin lugar a dudas fue un año desastroso para las empresas y pequeños negocios, además ello llevó a que muchas personas perdieran sus empleos.

Cientos de miles de familias pasando necesidades, de una u otra forma nos tocaba resolver, no podíamos quedarnos quietos y morir de hambre.

Es por ello que esta cachetada hizo que muchas personas reaccionaran y se dieran cuenta de todo lo que pueden dar y hacer sin necesidad de depender de un trabajo.

Fue así como la creatividad se multiplicó y hoy son miles los emprendedores y emprendimientos que iniciaron en pandemia y han tenido un éxito arrollador.

Si no fuera por el remezón que nos pegó el 2020 tal vez nunca nos hubiéramos lanzado a hacer realidad un sueño, que, tal vez, manteníamos dormido gracias a la comodidad de un sueldo fijo.

La quinta y última cachetada que nos dio el 2020 nos ayudó a reaccionar, nos ayudó a dar valor a las personas que realmente lo tienen.

En este año también vimos cómo muchas personas se alejaron de nosotros, que fueron desapareciendo de a poco.

Seguramente la relación con esos personajes no era tan fuerte o los sentimientos no eran los que creíamos.

Sin embargo, el tiempo se encargó de poner todo en su lugar.

Y, sin lugar a dudas, también nos acercó a esas personas valiosas que siempre han estado ahí para nosotros.

Es por ello que encontramos el verdadero valor de familiares y amigos que tal vez antes no teníamos muy presente.

Es por ello que este 2020 llegó para darnos unas cuantas cachetadas.

Cachetadas que necesitábamos para reaccionar y entender que la vida es ahora, que la vida es finita, que esto se puede acabar en cualquier momento y aquí estamos solo por un ratico.

Así que del 2020 no saldrás igual que como llegaste, seguramente saldrás profundamente cambiado, aunque no lo notes, esa cachetada que te pegó este año definitivamente te ayudó, eso te lo aseguro.

¡Feliz 2021 y hasta un próximo post!

Alejandro Pérez
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También tengo mi emprendimiento que nació en pandemia @CangrejoDigital