Aquella noche lluviosa, Valentín se encontraba escuchando la emisora de radio ‘Noche Blanca’ y a su mente llegó la imagen de una persona de la que se enamoró hacía ya un tiempo.
Era una chica rusa de cabello largo color castaño, ojos grises y piel blanca. Su mente quería olvidarla, pero su corazón la traía a su memoria. Fue un amor de 30 días y aún sigue pensando en ella. ¿Qué hubiera pasado si Masha estuviera con él?
Valentín recuerda sus cartas, donde ella se describía como una mujer solitaria, interesada en conocer el hombre de sus sueños.
Valentín cerró los ojos y trató de imaginarse a esa mujer, a quien conoció por medio de internet. Después, miró su figura a través de una foto que ella le envió en una de sus cartas, las cuales contienen unas pocas palabras en español que ella aprendió para poderse comunicar con él.
Valentín se levantó de un solo salto de la silla donde se encontraba sentado, camina de un lado a otro y abre un cajón donde encuentra esas cartas que una y otra vez ha leído y se pregunta:
—¿Qué pasó? ¿Por qué me abandonó sin decir adiós?
Coge en sus manos una carta escrita por ella y analiza la redacción, la cual es parecida a la de una niña que está aprendiendo a escribir.
En sus líneas dice:
Gracias por tu interés por mi persona. A mí es agradable que me has prestado la atención. Mi la mujer solitaria. Era nunca por el marido y no tengo niños. Mis últimas relaciones ha acabado 2 hace un año y desde entonces ni una. ¡He decidido dirigirme al internet para encontrar querido, el hombre, con que querré de construir las relaciones serias! Soy interesada solamente por las relaciones serias! ¡Ningunos juegos o los entretenimientos!
Valentín suelta la carta, la cual cae nuevamente al cajón, ‘ese cajón conoce ya los sentimientos de él cada vez que lo abre’. Sus pensamientos se transportan a la imagen de Masha (en ruso Маша), que es el diminutivo de María.
—¡Masha! —dice Valentín—, nuestro amor fue bueno mientras vivimos esta oportunidad, las conversaciones que tuvimos de carta en carta, los mensajes iban y venían, pero ¿por qué se acabó esto?
Valentín recuerda también que, al igual que ella aprendió un poco el español, él hizo lo mismo con algunas palabras en ruso para poder tener conversaciones emocionantes, como esta carta escrita por ella:
Con el optimismo miro esto. En nuestro país hay una opinión de lo que para el amor no hay nada imposible. ¿Qué en esto piensas? Cuenta más de ti! ¿Cuándo tu cumpleaños? ¿Cómo puedes describirte? ¿Qué tu color de cabello? ¿Qué objetivos a ti en el conocimiento con la mujer? Esperaré que tu interés por yo es serio, nosotros podemos continuar nuestro conocimiento. En este caso con la impaciencia esperaré tu respuesta.
Toda la carta escrita por Masha eran preguntas. Eran sus deseos de conocer a este hombre que apasionadamente la deseaba y quien le escribió las respuestas a sus cartas con unas palabras emocionantes, como en las siguientes líneas.
«Entiendo por qué saliste al mundo en búsqueda del amor, de tu alma compañera; quiero decirte que los hombres colombianos también tienen fama de irresponsables, infieles y mujeriegos, pero somos más los hombres buenos a quienes nos gusta el hogar, los hijos, la felicidad con la mujer compañera. Como puedes darte cuenta en todas mis cartas, yo quiero hacer un nuevo hogar y tengo todo listo, estoy esperando a la mujer con amor para hacer realidad este plan.
Mañana envío más fotografías, quiero que cada día me conozcas mejor. Me gustan tus fotografías, eres muy hermosa, siempre te lo diré».
Valentín seguía pensando en su linda Masha, mientras la emisora continuaba con su programa radial; y afuera, la lluvia no paraba.
– “Todo comenzó a ir tan bien. Yo pensé que este amor no se acabaría nunca…”, decía Valentín.
La emoción de cada uno por saber del otro crecía día a día. Valentín sintió que esa noche, mientras llovía y escuchaba la radio, nadie le iba a dar la respuesta que tanto añoraba.
Esas cartas que lo emocionaron tanto durante tan poco tiempo, hoy se estaban convirtiendo en una pesadilla.
En su vida solo tendrá el recuerdo de aquella mujer tan bella que lo conquistó en tan solo 30 días.
Hoy se pregunta: -¿fue amor? ¿O solo fue un capricho de dos personas que se amaron a distancia sin pensar en lo difícil que es la vida, en las costumbres que cada persona encierra, en los deseos que cada uno siente por el otro?
Valentín —como su nombre indica— es valentía. Se levantó, miró la ventana empapada por el aguacero que caía, pero los vidrios se nublaron y no pudo ver hacia afuera.
Se imaginaba que tal vez Masha se podría acercar a su puerta, pero no…
Entonces pensó:
“Hay que continuar mi vida. Mañana, la emisora Noche Blanca tendrá nueva sintonía; tal vez ya no esté lloviendo”.
No obstante, Valentín no volverá a leer esas cartas porque decidió acabar con ellas lanzándolas a la chimenea.
**Gracias a un lector por sus ideas.
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