Viajar a Colombia abrió mis ojos; leer la nueva Constitución de la República de Cuba cambió mi mente. Esta es la segunda parte del descubrimiento: ¿por qué no soy socialista?
El 2 de Junio de 2018 tuvo lugar en Cuba un evento sin precedentes. La Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), algo semejante al senado colombiano salvando las distancias terminológicas, se reunía para reformar la Constitución Cubana. Los ciudadanos podrían decidir, al menos nominalmente, si estaban de acuerdo o no con la nueva propuesta constitucional. Por esos días aún no tenía pensado volar con Wingo, así que tuve algo de tiempo para ver de cerca el proceso e incluso ser parte.
El Estado crearía una comisión que elaborara el Anteproyecto, dando espacio para que los diputados o, más cercano a la realidad colombiana senadores de la ANPP, debatieran, aprobaran; y por último, presentaran el documento al pueblo para su consulta.
La aprobación era cuestión de tiempo. El 24 de Febrero de 2019, Alina Balseiro, presidenta de la Comisión Electoral Nacional (CEN) precisó a periodistas nacionales y extranjeros que según datos preliminares, por el ‘No’ votaron 706 mil 400 personas, un 7,6 por ciento del total de electores según la lista actualizada y el 9 % en relación a los 7 millones 848 mil 343 electores que acudieron a las urnas, el 84,4 por ciento del total de electores, según registró el periódico Granma¹, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista. La noticia caminaba por el mundo.
Ahora bien, ¿qué problema puede haber con un individuo, grupo o nación que quiere ser socialista? Y lo voy a decir claramente: ¡ninguno! En democracia eso no solo es permitido, sino necesario, dado que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo; de no ser así, estaríamos cuestionándonos la naturaleza democrática de ese particular sistema político. A veces me pregunto, si el nacional socialismo (nazismo) no tuviera las manos tan manchadas de sangre, ¿habrían actualmente personas dispuestas a considerarlo un modelo válido?
Pero si no hay problemas con que Cuba sea un país socialista; entonces, ¿cuál es el problema? Sencillo: Constitucionalmente Cuba no puede dejar de ser socialista. En otras palabras, los cubanos tienen la cadena perpetua del socialismo. Por tanto, como ciudadano que se debe a una Constitución socialista, también yo que en mi corazón no soy socialista y que me debo a otro amor, debo vivir como si lo fuera. ¡Bienvenidos a este juego de simulación!
Desde el preámbulo de la nueva Constitución se declara explícitamente: «Nosotros, el pueblo de Cuba, convencidos de que Cuba no volverá jamás al Capitalismo como régimen sustentado en la explotación del hombre por el hombre, y que solo en el socialismo y en el comunismo el ser humano alcanza la dignidad plena…»².
Y aunque el lenguaje jurídico no está exento de error, basta pensar en la teoría de interpretación del derecho, la frase sigue siendo categórica, demasiado segura de sí misma. Demasiado contundente. Fuerte como una sentencia de la Corte. Jamás no se parece a tal vez, suena más como nunca. ¡Cuba no volverá jamás (y nunca) al Capitalismo! ¡Jamás (y nunca)! ¡Qué pena siento por los capitalistas que pueden dejar de serlo cuando quieran! ¡Qué pena siento por mí, que no soy socialista, pero tampoco puedo dejar de serlo!
Sobre esta idea gravitan el resto de los Principios Fundamentales que recoge la nueva Constitución. Veamos algunos artículos y después si cree que la situación no es tan grave, por favor, tómese la molestia de leerla y comprobar cuán equivocado estoy.
ARTÍCULO 1. Cuba es un Estado socialista de derecho y justicia social, democrático, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos como república unitaria e indivisible (…)».
Debo confesar que en otro contexto me sentiría inclinado a aplaudir la belleza de estas afirmaciones, si no fueran tan lamentables. Lo peor está por venir.
El ARTÍCULO 4. «(…) El sistema socialista que refrenda esta Constitución, es irrevocable».
De modo que, no importa lo que pienses del socialismo, no importa en general qué piensas, el socialismo no solo debe ser defendido, sino que no se puede anular porque es irrevocable.
Habiendo dicho esto, no debemos perder de vista el alcance de estas palabras, que no provienen de la opinión de un bloguero o la frase de una videollamada. ¡No! Se trata nada más y nada menos que de «la norma jurídica suprema del Estado» o «la norma que imprime validez a todo el ordenamiento jurídico”, como me sugirió una amiga. ¿No cree usted que son palabras que sellan el destino de una nación? En resumen, es como decir: el socialismo en Cuba jamás será sustituido porque es irrevocable.
Permítanme citar este lapidario artículo para demostrar las implicaciones que tiene no ser socialista en Cuba.
ARTÍCULO 9. «Cumplir estrictamente la legalidad socialista es una obligación de todos (…)».
¿Acaso es necesario decir que en la visión democrática del socialismo lo único que tienes permitido es ser socialista? Para muchos extranjeros Cuba es el paraíso; para mí, mirando este cuadro se me parece más al paraíso de Pinocho y sus amigos. Con la diferencia crucial de que en este corres el riesgo de convertirte en un di-simulador o en un esclavo ideológico.
Podría escribir sobre otros artículos no menos desalentadores, pero ha sido suficiente para mi corazón. Un cubano no puede hablar de esto sin sentirse observado, sin sentirse terriblemente abrumado por esta realidad desesperanzadora. Pero bueno, alguien debe decir lo obvio. ¿Cierto? Hoy me tocó a mí. Mañana será a usted. ¿Quién sabe?
Y casi llegando al final de la nueva Constitución, cuando pensábamos que el panorama no podía ser más oscuro, la puerta para un cambio de paradigma tiene un candado del tamaño de los casi 11 millones de cubanos que viven en la Isla.
Véalo usted mismo:
ARTÍCULO 229. En ningún caso resultan reformables los pronunciamientos sobre la irrevocabilidad del sistema socialista establecido en el Artículo 4 (…)».
Hay dos cosas que no pueden ser reformadas en la Constitución y una de ellas es el sistema socialista que Cuba ostenta. ¡Siempre socialista, nunca in-socialista! Ahora comprende mejor a lo que me refiero cuando digo que el socialismo es una cadena perpetua. Esta «democracia» tiene un tornillo suelto. Por un lado, en el documento más importante del país nos hace creer que «del pueblo dimana todo el poder del Estado»; por otro, declara que no hay poder suficiente para cambiar su sistema porque este pueblo legitimó la decisión con su voto «libre y secreto». Pero es que no se ha considerado la posibilidad de que podamos estar equivocados. ¿Qué ser humano no se equivoca? ¿qué ser humano no se arrepiente? ¿qué ser humano no cambia? Y si un ser humano puede equivocarse, arrepentirse y cambiar, ¿por qué no lo podría hacer un amplio sector de la población? Quizás no todos, pero sí un amplio sector de la población.
Me preocupa que tratemos de llevar un yugo ajeno y pesado y para colmo que las generaciones venideras tengan también que cargar con él. No hay nada peor que vivir solo el aquí y el ahora sin pensar en la eternidad. Pero es que incluso el aquí y el ahora nos dice que la gente cambia y que así como cambia, también puede rechazar el socialismo como su realidad última, ese sueño utópico que se tiene que alcanzar con muchos sacrificios.
El 24 de Febrero de 2019 en Cuba ocurrió un hecho trascendental, pocos lo vieron venir. Solo hubo un remanente que comprendió las implicaciones que tenía decir Sí a un pacto vitalicio, que no les comprometía tanto a ellos como a las generaciones venideras. Los 706 mil 400 ciudadanos que dijeron ‘No’ a la nueva Constitución, son los verdaderos héroes; no porque quisieran otro sistema, cosa que no sé ni me interesa ni puedo demostrar, sino porque actuaron en correspondencia con el sano principio de libertad de conciencia y expresión.
Quiero pensar en las palabras de mi Señor, mi única fuente de libertad. Él abrió las puertas para que viajara y viera, y abrió mi mente para que pensara y escogiera, sobre todo en este momento oscuro donde la democracia ha demostrado no poder acudir en nuestra ayuda.
«Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres»³
Vivo en un país socialista, pero no soy socialista. ¡Soy Libre!
Por Lázaro del Valle
Fuentes:
¹http://www.granma.cu/reforma-constitucional/2019-02-25/cuba-dijo-si-por-la-nueva-constitucion-25-02-2019-16-02-47
²http://www.cubadebate.cu/noticias/2019/02/26/descargue-aqui-la-nueva-constitucion-de-la-republica-de-cuba-pdf/
³Biblia (RV1960 Jn.8:36)
Fotografía de Perla Murillo