Los congresistas saben esto, o deberían saberlo: más leyes no son la solución. De hecho, son parte del problema de la creciente ilegalidad en Colombia. Aún así, ellos se dan a la tarea de redactar uno, y otro, y otro Proyecto de Ley; a veces para mostrar su músculo político y otras veces para solucionar un problema existente. En este caso en particular lo hacen con relación al maltrato infantil, un asunto que ya está regulado y penalizado. Colombianos: ¿cuándo será el día en que escaseen las leyes y abunde la legalidad?
«Desde la creación del Congreso de la República, el 27 de noviembre de 1820, comenzó un diluvio de leyes en Colombia, que hasta hoy suman 5.967.000, casi todas vigentes«, asegura el abogado Rodolfo Valero y Borras[1].
«En Colombia existen leyes para regular cualquier tipo de comportamiento, su producción es en serie»[2], quizás ya nos hemos dado cuenta de eso, ¿cierto? Aún así, aparece otro Proyecto de Ley. Sí, otro, uno más; pareciera que para algunos congresistas los proyectos de ley son como las galletas minichips de Noel: “muchos no son tantos”.
El 4 de junio en la Cámara de Representantes se dio el primer debate del proyecto conocido como “ley antichancleta”. ¿El resultado? Un total de 25 congresistas votó para que se archivara el proyecto de ley, mientras los otros 132 pidieron que continuara su curso para convertirse en ley de la República[3]. El proyecto tuvo que ser modificado por una subcomisión y el 9 de junio fue discutido nuevamente en un segundo debate.
¿Se está preguntando de qué se trata el famoso proyecto? Pues bien, el objetivo del mismo es: promover “prácticas de crianza positiva”, implementar una estrategia pedagógica nacional para la transformación de la cultura; y prohibir el castigo físico, los tratos crueles, humillantes o degradantes y cualquier tipo de violencia como método de corrección contra niñas, niños y adolescentes[4].
Parece una causa noble, sin embargo, es inevitable preguntarse ¿quién va a definir cuáles son las “prácticas de crianza positiva” y cuáles no? ¿quién va a diseñar e implementar la “estrategia de crianza pedagógica basada en el amor y el respeto”? Pues… nada más que el Gobierno Nacional. Sí, tal como lo está leyendo; el artículo 6 del Proyecto de Ley le da la responsabilidad al Estado, en cabeza del ICBF, el Ministerio de Educación, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Salud y hasta el Ministerio de las TIC’s de enseñarle a los padres las estrategias para criar, amar y respetar a sus hijos.
Por si acaso no se ha convencido de que el Estado colombiano quiere ser padre, debo decirle que en el mismo artículo se establece que el Gobierno Nacional podrá crear centros de formación de pautas de crianza, los cuales tendrán el propósito de facilitar a los progenitores y a la familia herramientas y orientación en la crianza y educación de los niños. Y si este proyecto se convierte en ley de la República, los departamentos de Colombia tendrán un plazo de 6 meses para adoptar la estrategia pedagógica en su territorio[5]. ¿La misma estrategia de crianza para todas las familias del país? ¿Un modelo de crianza estatal?
Para sorpresa de muchos, en el segundo debate no solo fueron 25 sino 32 los congresistas que se opusieron al Proyecto de Ley. Sí, aumentó el número de opositores. ¿Por qué sería? ¿Buscan estos desalmados perpetuar la violencia y el maltrato hacia los niños? Alguien podría concluir que sí y a la vez desconocer sus argumentos; pero en favor de la honra y el buen nombre, y en defensa de la libertad de expresión, se debería escuchar a los opositores, especialmente cuando muchos medios de comunicación se han limitado a reportar solo la perspectiva de los congresistas que votaron a favor de esta ley.
Miremos el proyecto de “ley antichancleta” sin mucho apasionamiento, y a la luz del ordenamiento jurídico existente.
Juan Diego Echeverría, uno de los congresistas que se opuso dijo: «quiero que quede claro frente al país que el hecho de que un representante no esté de acuerdo con el Proyecto de Ley, no significa que está a favor del maltrato infantil; pero es que, la violencia y el maltrato contra los niños ya están regulados, por el artículo 229 del Código Penal que reconoce la violencia intrafamiliar como delito, la previene y castiga con 4 a 8 años de cárcel, también por la Constitución Política en el artículo 44, el Código de Infancia y Adolescencia en los artículos 18 y 20 que protegen la integridad de los menores, y por la Convención de los Derechos del niño». «¡Ya está regulado, no nos sigamos llenando de normas!», dijo el congresista[6].
El Representante Carlos Acosta afirmó: «aquí el debate no es hasta dónde llega la autoridad de los padres, si no hasta dónde está llegando la injerencia del gobierno civil en la familia; hoy están dejando entrar al Estado a las salas y a los cuartos de las casas de los colombianos a decirles cómo tienen que educar a sus hijos«. Además de coincidir con el congresista Echeverría cuando afirma que en la normativa vigente ya existe la penalización de la violencia contra los niños y que debe aplicarse efectivamente todo el peso de la ley; le recordó a sus colegas que ya existe una estrategia nacional de prevención del maltrato y violencia intrafamiliar que se aprobó hace un año (Ley 1959 de 2019) y que la “crianza positiva” es una linda campaña, pero no puede hacerse a través de una ley que impone un modelo de crianza estatal.
Por su parte, la congresista Betty Zorro dijo que las instancias para la formación de crianza para los niños ya están establecidas, ya existen en el sistema educativo, y son las escuelas de padres que fueron creadas en 2001 por la Ley 715 de educación.
Con muchas leyes y poco cumplimiento, no sé de dónde proviene tanto optimismo con este Proyecto de Ley; porque a fin de cuentas las leyes no son buenas porque son leyes. La segregación racial era una ley, pero no era buena, porque no era moral.
Está de más decir que si se trata de eliminar los tratos crueles, humillantes o degradantes y cualquier tipo de violencia contra los niños y adolescentes, seremos los primeros en apoyar tales iniciativas. Es una pena que no haya el mismo entusiasmo cuando se habla de proteger a los niños castigando a los verdaderos malhechores.
En 2008 no pudo Gilma Jiménez, concejal por Bogotá, avanzar con el proyecto de ley que procuraba castigar con cadena perpetua a los violadores de niños[7]. Ni lo pudo hacer, en el 2017 su hija Yohana, tampoco pudo un año después el candidato a la presidencia Iván Duque. Hoy, a tan solo un debate antes de la fecha límite, la incertidumbre reina.
«De ser aprobado en el Congreso es muy probable que sea declarado inviable constitucionalmente en la Corte», me advirtió una amiga.
Al parecer no todos los congresistas coinciden en que se debe castigar a los violadores y homicidas de niños con cadena perpetua, ¿coincidirán en que los papás y mamás sean instruidos por el Estado sobre cómo criar y corregir a sus hijos? ¡Esperemos a ver qué pasa en el primer debate del Senado de la República con la “ley antichancleta”!
Llegó el momento de que hagamos una última acotación sobre el proyecto, como un acto de simpatía social. ¿Qué interesante sería someter el Proyecto de Ley a un año de prueba y que sean nuestros congresistas con sus familias quienes verifiquen la necesidad, efectividad y aplicabilidad del mismo? Si ellos pueden, nosotros también. ¡Ánimo!
Hasta ahora no se han podido solucionar los problemas con leyes, ya viene siendo hora de que intentemos solucionarlos con padres, quizás esa sea la única manera de convertirnos en un país donde escasean las leyes y abunda la legalidad[8].
Por: Magda González y Lázaro del Valle
[1]https://www.google.com/amp/s/noticias.canal1.com.co/uno-dos-tres/saben-cuantas-leyes-hay-vigentes-en-colombia-y-cuantas-en-suiza/amp
[2]Angarita, J. (2018). Colombia: país donde abundan las leyes y escasea la legalidad. Razón Crítica, 4, 195-217, doi: http://dx.doi.org/10.21789/25007807.1302
[3] https://www.youtube.com/watch?v=ME4rl6HB06g
[4] https://www.youtube.com/watch?v=2YW_u8txeFQ
[5] https://www.youtube.com/watch?v=2YW_u8txeFQ
[6] https://www.youtube.com/watch?v=2YW_u8txeFQ
[7] https://www.google.com/amp/s/www.eltiempo.com/amp/politica/gobierno/cadena-perpetua-para-violadores-de-ninos-una-propuesta-con-dificultades-242866
[8] Angarita, J. (2018). Colombia: país donde abundan las leyes y escasea la legalidad. Razón Crítica, 4, 195-217, doi: http://dx.doi.org/10.21789/25007807.1302