Todos reaccionamos de diferente manera ante una crisis. Al hacer una lectura de la situación en Colombia durante el tiempo de confinamiento, encontramos que de las 1848 personas encuestadas por la Fundación CreSer, el 55 % expresa que ha experimentado inquietud, mientras que un 4 8% dijo estar angustiado y un 37 % miedoso. Aproximadamente el 58 % de las mujeres entrevistadas dicen sentirse inquietas, y es que debemos tener en cuenta que el Gobierno Nacional ha manifestado que los casos de violencia intrafamiliar se han incrementado en los últimos meses.[1]
Al estar en este tiempo de confinamiento en un lugar lejos de mi familia, mi comida, amigos y otras cosas que extraño mucho, pienso más que nunca en las cosas que deseo lograr y que necesito como persona. Me doy cuenta de que, aunque en algún momento tuve carencias, hoy ya no me afectan tanto y gracias a Dios he tenido la ayuda para transformar esos vacíos en una fuerza que me permite sobrellevar los cambios que ha provocado la pandemia.
Cada emoción cuenta una historia y está comprobado que muchas de las emociones fuertes tienen su origen en el descuido de alguna necesidad personal. Para definirlo mejor diríamos que el descuido es una necesidad no suplida, tanto física como emocional y, según el libro “El gozo que restaura”, puede resultar en un trauma tipo A, producido por la ausencia de experiencias buenas. El libro menciona que con el pasar de los años es posible que la persona olvide aquellas necesidades que no fueron suplidas y no tenga más recuerdos de ese trauma, pero a pesar de eso, no podrá evitar el vacío emocional.
Así que muchos vivimos con estas necesidades y lo más preocupante es que no nos damos cuenta de este problema. Pero, ¿Cómo es que el descuido de estas necesidades nos afecta? En la teoría del apego, John Bowlby afirma que ,según como haya sido la relación del individuo con su cuidador en sus primeros años, define cómo se va a relacionar con otros durante su vida. Esta teoría también menciona que el vínculo seguro que ofrecen los padres al niño produce un equilibrio entre la búsqueda de proximidad que garantiza la supervivencia y la adaptación a través del contacto. En relación con esto, la psicóloga estadounidense Mary Ainsworth afirma que «Un bebé sólo puede ser competente si existe un entorno que responde a él de forma apropiada».
Las necesidades no suplidas crean un sentimiento de falta de pertenencia que genera a su vez un alma fracturada y tratar de resolver esto es como hacer una cirugía a corazón abierto. Hay casos en que los sentimientos de soledad y abandono se activan en un lugar seguro y confiable, por ejemplo, una persona puede llegar a reconocer el vacío de lo que en un momento deseó y no le fue dado al observar una escena de afecto y cercanía, resultando en una experiencia más dolorosa.
Según un informe de The Family Watch – Instituto Internacional de Estudios sobre la Familia (TFW), la presencia del padre en la vida de los niños es única e irremplazable. La cobertura y protección integral del padre beneficia su vida académica, emocional y personal, además de fortalecer el desarrollo de autocontrol y autoestima. Los hijos que crecieron con sus padres, no suelen tener problemas con drogas o alcohol; desarrollan más empatía y sentimientos de compasión hacia los demás; y cuando se casan tienen matrimonios más estables.[2]
Hoy en día, existen en Colombia muchos niños que viven a diario este problema; los padres desatienden las necesidades de sus hijos y pareciera que se negaran a cumplir su rol o no supieran lo que deben hacer. En mi experiencia ejerciendo la consejería he podido observar cómo decenas de niños pasan el día como les toque: sin afecto, sin atención; sin nadie que los instruya, los aconseje o pueda atenderles y responder a sus inquietudes.
En el año 2017, Rafael Afanador, director de la Fundación Internacional Maranata, afirmó que en Colombia existían más de un millón de niños huérfanos, ya sea por la ausencia de uno de los padres o por el abandono total de ambos.[3] Se calcula que de cada diez menores de edad, uno o dos tienen esta condición. La encuesta del MINSALUD del 2017 indica que el 51% de los niños y adolescente menores de 18 años no viven con sus padres.[4] Además, datos del DANE del mismo año, muestran que el 56% de las madres colombianas son cabeza de familia, es decir 12,3 millones de mujeres. [5]Además, el ICBF atiende alrededor de 60 casos diarios de violencia contra los niños.[6]
El descuido y la falta de atención de los padres hacia sus hijos ha sido y sigue siendo una lucha que se vive en Colombia. Esto ha hecho que cada vez se pierda más el valor del individuo y se olvide que es un ser integral, pues no somos solo seres materiales sino que necesitamos disfrutar de una provisión para cada una de nuestras necesidades y a la vez somos parte de este proceso en los que están a nuestro alrededor, en pocas palabras, fuimos hechos para ser suplidos y suplir a otros.
Es imposible retroceder el tiempo y cambiar las cosas; hacer que se nos de todo aquello que en algún momento nos fue negado y no tener que vivir más con todas esas carencias. No hay una varita mágica que ofrezca esto. Sin embargo, Peter Levine señala que “El trauma es un hecho de la vida, pero no tiene por qué ser una condena de por vida”. Por su parte, Bessel Van Der Kolk afirma que es necesario tratar este trauma en un ambiente seguro donde el cuerpo pueda experimentar nuevas sensaciones y vivencias que contradigan profunda e instintivamente la impotencia, la rabia o el colapso presentes.
La frase “Si no sabemos nuestra historia estaremos condenados a repetirla” atribuida al filósofo español Jorge Agustín Nicolás, proclama una verdad irrefutable. Conocer la historia de nuestras necesidades y de nuestras emociones nos ayudará a buscar una solución a nuestros traumas y también nos capacitará para entender las necesidades de las generaciones que apenas están empezando a vivir. Ir al psicólogo o buscar un consejero no es cosa de locos, todos los seres humanos tenemos áreas quebradas. La mayoría nos acostumbramos a sobrevivir y enfrentar la vida con nuestras heridas, pero existe algo mejor. La sanidad es un proceso individual que, aunque requiere valentía, vale la pena comenzar.
Por último, me gustaría darles dos noticias. Una buena y una mala. La mala es que como individuos y nación tenemos un gran problema agravado con la pandemia: la desatención. Un problema que incluye la desinformación voluntaria (las cifras están disponibles) y la fuerte lucha por lidiar con cuestiones que el corazón se niega a recordar para no verse obligado nuevamente a sufrir. La buena noticia es que una vez reconocido está casi solucionado. Tómate un tiempo para pensar en tu historia personal. Escribe. Pregúntale si es posible a personas cercanas. ¡No tienes que enfrentar el problema solo! Pide ayuda. De esta manera, tendrás herramientas para lidiar con futuras crisis, pues estas no solo te afectarán a ti. De hecho, las personas heridas hieren a las demás. Y si eres padre o madre, por favor, no debes olvidar que la orfandad no se limita a la ausencia física de los padres, los hijos necesitan alimento en el plato, pero también en el corazón. La mejor manera de contribuir al desarrollo de nuestro… dejemos al país tranquilo por un instante, la mejor manera de enfrentar con dignidad este problema es poniéndole cuidado a quienes viven contigo o sin ti. Hazle saber que estás bien, que los recuerdas, que el presente trae consigo nuevas posibilidades. Diles que estás «atendiendo tu corazón… porque de él fluye la vida« (Proverbios 4:23).
Por Silvia Yesan Delgado / Equipo Huesos Vivos
[1] Fundación CreSer & Cifras y Conceptos S.A. (2020, mayo). Altibajos de emociones por el confinamiento en la pandemia. https://cifrasyconceptos.com/ansiedad-y-depresion-en-el-confinamiento-una-lectura-de-la-situacion-en-colombia/
[2] The Family Watch, & Calvo, M. (2015, abril). La importancia de la figura paterna en la educación de los hijos: estabilidad familiar y desarrollo social. https://www.thefamilywatch.org/wp-content/uploads/Informe20151.pdf
[3] RCN. (2017, 27 enero). En Colombia hay más de un millón de menores huérfanos, revela Organización Internacional. RCN Radio. https://www.rcnradio.com/colombia/colombia-mas-millon-menores-huerfanos-revela-organizacion-internacional
[4] Obregon , B. (2017, 11 mayo). En Colombia, el 51% de los niños no vive con papá y mamá EL HERALDO. https://www.elheraldo.co/colombia/en-colombia-el-51-de-los-ninos-no-vive-con-papa-y-mama-359867#:%7E:text=consigue%20acceso%20ilimitado.-,En%20Colombia%2C%20el%2051%25%20de%20los%20ni%C3%B1os%20no%20vive%20con,voluntad%20del%20Congreso%20para%20legislar.
[5] LÓPez, C. (2018, 22 febrero). Sigue en crecimiento: en Colombia 6 de cada 10 mujeres son madres solteras. Canal 1. https://canal1.com.co/entretenimiento/sigue-en-crecimiento-en-colombia-6-de-cada-10-mujeres-son-madres-solteras/
[6] Comunicado de prensa – ICBF. (2018, 13 noviembre). ICBF atiende 68 casos diarios de violencia contra la niñez en todo el país. Portal ICBF – Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ICBF. https://www.icbf.gov.co/noticias/icbf-atiende-68-casos-diarios-de-violencia-contra-la-ninez-en-todo-el-pais+