¿A quién le interesa hablar de prostitutas?
¿Ha visto la película ‘Pretty Woman’? ¿qué le pareció? A más de una mujer le gustaría encontrar a un hombre que la ame y que tenga plata. Esto muy a pesar del estilo de vida de su protagonista que habrá quien lo ignore, aplauda o imite. Definitivamente la industria del cine aprovecha cada vez que puede para recrear esta realidad.
¿Ha leído la última novela de Gabriel García Márquez: ‘Memorias de mis putas tristes’? El autor va un poquito más allá para describir la dinámica de un prostíbulo y algún que otro personaje que lo frecuenta. Con esa novela el afamado escritor atrajo la atención sobre el mismo tema.
Pues déjeme que use un ejemplo más, tal vez el menos popular, pero igualmente interesante. Los libros de historia tienen una característica que me desconcierta. Hablan demasiado poco de la vida sexual de la gente. Y no es que me interese la vida sexual de la gente. Sin embargo, pareciera como si los héroes fueran célibes y las heroínas monjas. ¡Nada más increíble!
Según los cánones de los historiadores modernos, la Biblia no es estrictamente un documento histórico. Hay otros que opinan lo contrario; y ahora mismo, el tiempo apremia y estamos en otra historia. No obstante, sería apropiado reconocerle la delicadeza de mostrar la imperfección de sus héroes y heroínas. Ese detalle le aporta humanidad y credibilidad a los hechos que registra.
Al igual que la industria del cine o el propio Gabo, la Biblia también habla de prostitutas; lo cual denota un sano interés por reflejar la complejidad de la vida. Nunca como Hollywood o Gabo. Debido a la intención histórica de la misma que se toma el trabajo de presentar a mujeres reales, no imaginarias.
Y ya que la gente tiene tanto miedo de mencionar la Biblia, es hora de que nos demos la oportunidad de acercarnos a ella, al menos en esta ocasión, sin otro prejuicio que «perseguir la evidencia adondequiera que nos lleve».
¿A quién le interesaría hablar con prostitutas?
Bueno, bueno… aunque la prostitución es un negocio muy lucrativo, normalmente quienes requieren esos «servicios» no van a hablar. Tienen otras cosas en mente. De ahí que sea mejor concentrarnos en otro tipo de hombre: el Jesús de la Biblia. Cuya icónica figura ha sido estudiada, ignorada, discriminada y hasta idolatrada por muchas personas. Y era de esperarse que sucediera así con el Jesús histórico, que es también el Jesús de la Historia. No obstante, esos temas son demasiado excelsos para mí en este momento. Así que prefiero que tengamos una pretensión mucho más íntima.
Jesucristo tenía motivos de sobra para hablar de prostitutas, aunque para sorpresa de todos prefería hablar con ellas. Mateo, uno de sus biógrafos, registra las cosas como son, no como desearía que fueran. Y por tanto, se ve obligado a mencionar a tres mujeres de «dudosa reputación» en la genealogía que aparece en la intro de su evangelio. El autor no se toma el trabajo de darnos los detalles porque con solo mencionar sus nombres: Tamar, Rahab y la que fue mujer de Urías, era suficiente para recordar «el chicharrón». Pero, ¿por qué Mateo corre el riesgo de desprestigiar a su Maestro?
La historia personal de Jesús, específicamente su nacimiento virginal, causa incredulidad en muchos lectores y en los detractores burlas. ¿María dio a luz milagrosamente o no? Es la pregunta. No hay una tercera opción. Y el escritor indio Ravi Zacharias la aborda con serenidad y verosimilitud. Creo que pueda resultar interesante plasmar elementos que conduzcan al debate a puerto seguro.
«La mejor prueba de tal extraña afirmación viene de fuentes que apoyan esta afirmación aun en contra de sus propios intereses».[1]
I- En el contexto judío la confesión de María podía representar cargos graves por difamación a Dios. ¿Cuál podría ser la sentencia para una mujer que declaraba que Dios es el Padre de la criatura que llevas en tu vientre? La muerte.
II- Para los seguidores de Jesús y los autores del Nuevo Testamento hubiera sido más conveniente omitir de ser verdadero o combatir de ser falso el nacimiento virginal. Y seamos sinceros, ellos no eran muy populares en ese entonces. Y muchísimo menos cuando dieran la noticia. «Si no fuera verdad, el nacimiento virginal era un tropiezo innecesario. Y hubiera sido fácil para los oponentes de Jesús desacreditar el mensaje si el nacimiento virginal no hubiera pasado de forma milagrosa la prueba del Antiguo Testamento».
III- Como dice el apologista indio, «posiblemente el más contundente apoyo al nacimiento virginal viene del islamismo, el cual por siglos se ha opuesto al evangelio cristiano. Incluso el Corán, escrito seiscientos años después de Jesús, afirma su nacimiento virginal (Sura 19.19-21). Esto no ayudaría al islam».
Ahora bien, más allá de este interesante planteamiento, no cabe duda de que la vida de Jesús estuvo acompañada por una sombra permanente. ¿Quién es el padre de esa criatura? Madre e hijo conocían lo que es tener mala fama en el pueblo. Suficiente para que en el preciso momento hubiera una ruptura entre ellos. No fue el caso. Como tampoco lo es que María fuera una meretriz. Para Jesús fue mucho más fácil comprender a los marginados porque él es uno de ellos.
Jesús: verdadero interés…
Aunque el episodio que más me conmueve es aquel donde el nazareno supera la cordial indiferencia que tanto daño le hace a la sociedad, y evita hablar sobre la reputación de una mujer porque prefiere hablar con ella. Esto último le vale su crítica por parte de Dan Browm, que en «El código de Da Vinci» sugiere una relación amorosa entre Jesús y María Magdalena. Definitivamente el mundo no está acostumbrado a este modo de enfrentar la realidad. Me incluyo. También me resulta raro otro modo de relacionarme con una mujer. Sin embargo, cabe destacar que «El código de Da Vinci» contiene las fortalezas y debilidades propias de la novela como género literario. Por tanto, resulta peligroso tratarla como un documento histórico[2]. El escritor norteamericano Gregory Koulk parece notar un detalle fundamental: «Si los primeros registros de la vida de Jesús están tan contaminados y comprometidos por sus «innumerables traducciones, añadidos y revisiones», y si «la historia nunca ha tenido una versión definitiva del libro», ¿de dónde deriva Brown su información biográfica fiable, auténtica e intachable sobre Jesús?». Nada más que decir… solo pensar.[3]
Dése la oportunidad de maravillarse con la persona que inspira este conmovedor episodio:
«Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.
Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.
Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro. Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta; y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? Respondiendo Simón, dijo: Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado. Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies. Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados? Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vé en paz». Lucas 7:36-50
¿No es maravilloso que la Biblia reconozca, aunque no aplauda, esta realidad que es visiblemente desgarradora? ¿No es maravilloso que la genealogía de Jesús mencione los nombres específicos de mujeres que en cualquier otro contexto serían omitidos? ¿No es maravillosa la actitud del Rey de los judíos hacia ellas, se aleja de la cordial indiferencia, no las ve ni trata como un fenómeno sociopolítico, sino que les muestra un camino mejor y verdadero? ¿No es maravilloso? Perdónenme si me emociono tanto con Cristo, es que «al que mucho se le perdona, mucho ama». En ese sentido me parezco a la mujer del relato.
¿A quién le interesa?
¿En qué país, departamento, barrio, árbol genealógico no hay prostitutas? ¿qué lugar está «libre de pecado»? No obstante, las personas no andan por ahí enorgulleciéndose de la sensualidad de sus mujeres. Sinceramente no conozco a nadie que camine por ahí presumiendo de su parentesco con una mujer «fácil». Tal vez lo hace y no me doy cuenta. Pero aún así, lo usual es encontrar una actitud hostil: Mientras más lejos mejor, si me ven los chismosos del barrio qué van a pensar. La cercanía accidental aterroriza a cualquiera que se exponga al ojo de los conocidos. Es en ese contexto donde Cristo se hace todavía más relevante, porque su interés por las mujeres no es ornamental, ni vagamente cordial, ni indiferente, ni las palabras carentes del compromiso de su voluntad. Me siento obligado a escribir de Jesús porque a diferencia nuestra, él tuvo en su vida mujeres con historia, no historias con mujeres.
Por Lázaro del Valle.
[1] Zacharias, R. (2014). Jesús entre otros dioses (1.a ed.). Grupo Nelson.
[2] Brown, D. (2013). El Código Da Vinci (1.a ed.). Umbriel Editores.
[3] Koukl, G. (2018). Tácticas: Un Plan de Acción Para Debatir tus Convicciones Cristianas (1.a ed.). Vida Publ.