El último eclipse total de sol parecía la señal perfecta de los últimos tiempos. El acontecimiento tuvo lugar el 26 de febrero de 1998. Recuerdo que estaba en Sincelejo, las personas se mostraban nerviosas y aturdidas. Le pregunté a mi mamá qué era todo eso y no me supo explicar, entonces me llené de miedo, me puse a llorar porque pensé que todo acabaría allí. Tenía nueve años y era la primera vez que escuchaba sobre el último libro de la Biblia: Apocalipsis. Las noticias lo anunciaron como uno de los fenómenos naturales más importantes del milenio. Mis hermanos en la casa comentaban que el mundo estaba a punto de acabarse y que se aproximaba un cataclismo, ya anunciado por las escrituras bíblicas y predicado por los evangélicos.
¿Alguna vez han investigado sobre el origen de la palabra apocalipsis? No me refiero simplemente a buscar el significado en el diccionario, sino ir a su etimología. Es una palabra del griego Apocçalupsis que significa Revelación, implica una acción de descubrir; su homólogo en latín viene de la acción de develar o quitar un velo. El Libro de la Biblia lleva este nombre porque su mensaje esencial es la Revelación de Jesucristo, de hecho, esas son las tres palabras con la que Juan empieza esa Carta. Con esta definición espero que se comprenda que apocalipsis no significa el fin del mundo, tampoco cataclismo o desastre.
Para poder estudiar y entender esta carta neotestamentaria lo primero que se debe hacer es dejar a un lado toda presuposición o idea preconcebida que se tenga. Algunos de nosotros tenemos ideas de este libro que fueron instauradas por películas de Hollywood, sermones sobre el fin del mundo y conversaciones descuidadas. Desafortunadamente ninguna de estas fuentes nos concederá la dicha de entender el mensaje central de las visiones que recibió el apóstol. Tampoco lo facilitará las posturas futuristas, preteristas o dispensacionalistas de la mayoría de escatólogos y teólogos.
La segunda cosa muy importante es leerlo completo y de corrido, te tomará tres o cuatro horas si eres un lector dedicado. Este libro, como muchos otros del Nuevo Testamento, tiene un formato de carta. Las cartas en la antigüedad poseían una estructura parecida a las cartas actuales, tener esto en mente nos facilitará la comprensión del propósito del mensaje. Además, debemos tener en cuenta que regularmente una carta no se lee a pedazos, un día una porción y dentro de unos meses otra parte. Una Carta se lee en su totalidad, así se debe leer Apocalipsis, sin tener en cuenta la división de los capítulos y versículos, ya que estos fueron agregados siglos más tarde y no fueron inspirados por el Espíritu Santo. Si prestas bastante atención te darás cuenta que la Carta sí tiene una estructura, sin embargo, dicho orden no es histórico cronológico, pues su secuencia obedece al orden en que fueron reveladas las visiones.
El tercer punto a tener en cuenta es el constante uso de simbolismos, los cuales no se pueden tomar en sentido literal. Esta carta es peculiar ya que en su estructura tiene siete cartas contenidas y si te fijas bien el número siete se repetirá varias veces (53 veces para ser exacto), este número es importante ya que tiene un significado especial. En la antigüedad el siete siempre simbolizaba algo completo, pleno o perfecto. Encontrarás mucho simbolismo en el libro y será importante interpretarlos a la luz de todo el relato bíblico, de hecho, dentro de la misma carta se te explicará muy bien qué significan algunos símbolos. Además, para atinar en su más adecuado significado primero debes conocer el contexto histórico y quiénes fueron los primeros receptores. Otro ejemplo de un símbolo es el bien conocido 666 que algunos muy erróneamente le llaman la marca del anticristo, no obstante, cuando termines de leer el libro verás que en ninguna parte sale la palabra anticristo. Este número tampoco es el del diablo porque claramente en el texto dice que es el número de la bestia.
La bestia, por su parte, es un simbolismo relevante en el libro, así que será de suma importancia comprender a qué está apuntando esta imagen, al igual que el número 666, y qué debería significar. Para ello, nuevamente, tienes que investigar el contexto histórico y las circunstancias de su primera audiencia. Era el siglo primero D.C, la iglesia primitiva crecía en número, viviendo bajo el dominante y atroz Imperio Romano. Muchos de los emperadores eran crueles y tiránicos. La carta estaba anunciado la persecución inminente, ya que dicho imperio empezaría a ver a los cristianos como una gran amenaza, debido a su crecimiento y el despliegue de una fe que desafiaba la máxima autoridad estatal. Cuando lees el contexto dentro de la Biblia, una bestia hace referencia a un poder estatal inhumano, brutal y despiadado, que se levanta en contra del gobierno de Dios. El 666 es el símbolo de un gobierno tiránico, anti Dios, que no cumple ni se sujeta al propósito del Creador, sino que pretende reemplazar la autoridad de Dios sobre los humanos. Para los cristianos del primer siglo el 666 representa a Nerón, quien empezó la persecución y masacre hacia los creyentes. ¿Qué significado podría tener para nosotros esto en la actualidad? El mismo que tenía para su audiencia original. Cualquier gobierno humano que se salga de sus límites y empiece a dominar, controlar e imponerse, es una bestia; así como lo fueron los gobiernos de Hitler, Mussolini, Mao, Chávez y Castro. Así como podría ser nuestro gobierno actual, una bestia moderna que controla con leyes sofisticadas que pueden llegar a esclavizar.
El cuarto punto que nos ayudará en la interpretación de Apocalipsis es comprender que parte del propósito del mensaje es sumergirnos en una dimensión que va más allá de los sentidos. Por esto, este libro fue entregado en una serie de visiones que se asemejan al formato de una película llena de acción, tensión y drama, recargado con todo ese simbolismo, sonidos y efectos llamativos. Del mismo modo que en muchas obras cinematográficas se nos muestra la misma escena desde diferentes perspectivas, Apocalipsis tiene la intención de mostrarnos esos diferentes ángulos para que podamos percibir esa dimensión de la realidad que se encuentra sobrepuesta para que no la ignoremos y lleguemos a la comprensión que la realidad es compleja y no se puede reducir. Un ejemplo de esto es la descripción del Juicio final. La primera aparición está en Apocalipsis 6: 13-17, luego en Apo 8:5, la siguiente es Apo 10:18-19, después Apo 12:7-9, la quinta es en Apo 14:15-20, luego en Apo 16: 16-21, después en Apocalipsis 18:19-24, Apo 19:11-21, la antepenúltima está en Apo 20: 8-10 y la última mención del juicio en Apo 21:8. Todas estas descripciones se están refiriendo al mismo evento. Las imágenes son complejas, exóticas y descomunales, llaman nuestra atención, apuntan a una verdad fundamental, la lucha entre el bien y el mal, y la erradicación absoluta de toda expresión de maldad.
Y por último, el mensaje central del libro lo podemos encontrar resumidamente en Apocalipsis 17:14. A diferencia de lo que se ha creído este es un libro que sobreabunda en Esperanza. Aunque hay una guerra librándose en las distintas dimensiones, no importa cuan oscura, tenebrosa, sufrida y agobiante pueda llegar a ser la existencia, el bien siempre triunfará en cada acto del juicio final, para dar espacio a la tan anhelada Victoria total. El mensaje central también nos invita a estar del lado correcto de la historia, nos insta a permanecer firmes en nuestra fe y creencias porque el protagonista de la historia ha vencido. La perseverancia en tiempos de ásperas crisis va a ser un valor fundamental para el cristiano. Para aquellos que hayan permanecido llegará la recompensa de gloria.
Espero que después de esta breve guía te animes a leer el libro, tiene un mensaje muy relevante para nuestros tiempos. ¡Ánimo! que el mensaje de esta carta fue escrito para ser entendido, no es un misterio.
Por: Alejandra Martínez
Notas