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Por
DiMogno/
En
los últimos días, al cumplirse 10 años del asesinato de Jaime Garzón, abundan
en la red los enlaces a videos de YouTube con segmentos de sus reveladores programas.
Así mismo, especiales conmemorativos en los noticieros y periódicos en los que
se muestra con sorpresa la capacidad de vidente que tenía Garzón, pues sus
parodias mantienen una increíble e indignante vigencia diez años después, así
los personajes representados en algunos casos hayan sido distintos…aunque en su
mayoría los causantes de nuestras desgracias, impunemente y con el estúpido beneplácito
de este pueblo, sigan siendo los mismos.
Lo
que sin duda se le debe reconocer a Garzón es su creatividad y su conocimiento
de las asquerosas mañas de nuestros líderes, pues él mismo tuvo la oportunidad
de vivir en carne propia el horrible mundo de la política y, más aún, es de
aplaudir el hecho de que él tuviera la valentía suicida de hablar de lo
horrible que es este país.
Sin
embargo, la ingenua sorpresa de los medios de comunicación ante la vigencia de
los discursos del creativo humorista resulta por lo menos ingenua y estúpida. Es
un hecho: en este país nunca pasa nada nuevo. De generación en de-generación lo
único que cambian son las caras (porque los apellidos son los mismos), pero las
mañas rateras, corruptas y de ineptitud siguen intactas desde que Colombia se
llama Colombia. Justamente hace algunos meses viendo la inaguantable televisión
nacional sentí lo mismo que siento hoy: este país no va para ninguna parte, por
el contrario seguirá siendo el mismo quién sabe hasta cuando. Vivimos en un País
loop.
También
vale la pena recordar (ya que el compadre abandonó el blog para dedicarse al
toreo) este texto escrito por Thorik hace ya más de un año en el que sale a
relucir nuevamente el chistoso y valiente Garzón.