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Las noticias falsas son uno de los grandes focos de generación del discurso del odio. En Colombia, un grupo de periodistas se ha unido para hacerle frente a este fenómeno social que más pareciera una plaga.

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Cuando hablamos de noticias falsas, tal vez uno de los focos de mayor generación del discurso del odio en internet, surge una pregunta: ¿qué es una noticia falsa? Carente de una taxonomía precisa, como la verdad misma, una noticia falsa puede ser muchas cosas; no obstante, existe una que es innegociable: la no búsqueda de la verdad, considerando el encuentro de esta el insumo básico de esa materia prima que es la información.

Pese a que la discusión parecería centrarse en un asunto de intereses y no de rigores a la hora de enfrentar el estudio de esa materia prima (la realidad), no podemos confundir nuestros sesgos, gustos o intereses con un sinónimo de irrealidad. ¿Qué quiero decir? Las posiciones políticas que nos llenan de ira no necesariamente son falsas y no puede convertirse en tendencia el calificar de “fake news” cualquier cosa con la que no estemos de acuerdo. El mismo ejemplo podría darse con la religión.

En el primer semestre de 2017,  la Universidad Ontario del Oeste se ocupó en realizar un estudio para analizar este fenómeno que en su propia concepción ya es contradictorio: el de las noticias falsas. El estudio, cuyos hallazgos pueden consultarse en el artículo titulado ‘Deception detection for news: Three types of fakes’, fue realizado por tres investigadores canadienses: Victoria Rubin, Yimin Chen y Niall Conroy y logra detectar, como su mismo titular lo indica, tres clases de noticias falsas. Para nuestra sorpresa, unas menos nuevas que aquellas por la cuales culpamos a internet y para nuestra molestia una que nos sugieren retos entre la libertad de expresión y la realidad.

En un pequeño cuadro que pueden compartirlo en sus redes sociales y memorizarlo, son estas las tres tipologías de noticias falsas que señalan los investigadores.

Universidad Ontario del Oeste

Ahora, lejos de la presunción de “no realidad” que de por si trae una noticia falsa, vale la pena, además, establecer una serie de categorías en las cuales puede detectarse la posibilidad de una ‘fake news’. En una formación brindada por la organización Chicas Poderosas Colombia en 2017, en la cual participó Claire Wardle, directora de Firs Draft, se establecieron al menos siete categorías que vale la pena considerar a la hora de hablar de este fenómeno.

  1. Información satírica que no se reconoce como humor. (Vuelve a renovarse la discusión anterior).
  2. Falsas conexiones: propagación, en el nombre de los clics, de títulos con información sensacionalista. Cuando el usuario entra, es llevado a otro lado.
  3. Contenido engañoso: contenido que genera engaños para atraer, especialmente, en redes sociales. Combina datos reales con datos falsos. Suele presentarse tanto en gráficos como en textos. En inglés es utilizado el término: ‘misleading’
  4. Contextos falsos: cuando usamos, por ejemplo, imágenes que no corresponden a la información que estamos publicando o promocionando. Un clásico del oficio periodístico: la foto de archivo. Podría aplicarse a casos como el video o los artículos relacionados.
  5. ‘Imposter Content’: contenido impostor. Se suelen usar logos de medios de comunicación reconocidos para que la información parezca real.
  6. Contenido manipulado: es similar al contenido engañoso pero con una tercera escala de la realidad que puede resultar confusa. Se toman piezas que son ciertas y se ponen con otras que también lo son; pero, que no tienen nada que ver la una con la otra.
  7. Noticias fabricadas: noticias falsas. Es lo que llamamos cotidianamente ‘fake news’. Existen desde el texto, hasta lo visual (que es más difícil de detectar). ¡Atención! Hay empresas que se lucran de la generación y el consumo de esta información.

Indefenso y en el mar de infoxiación que como sociedad nos ahoga, el lector queda en la mitad de este conteo. Preso de la confianza, comienza a creer en informaciones fabricadas para parecer reales que circulan por Whatsapp, en los titulares engañosos y en el contenido manipulado. Solo por contar algunos ejemplos.

Esclavo de las ideologías comienza a creer en una realidad paralela cuyo tránsito a los hechos pareciera imposible. Pero, ¿qué podemos hacer? Dudar o como diríamos en Colombia, “no comer cuento” o al menos no comérselo entero.

Es así como un grupo de jóvenes periodistas ha creado la iniciativa #NoComoCuento, estrategia digital y presencial que busca “trabajar para que todos aprendamos a ser críticos frente a la información que consumimos y compartimos”.

#NoComoCuento está en las redes sociales: Twitter,  Facebook  e Instagram. También en las universidades, donde ha encontrado grandes aliados en este proceso. Pero, #NoComoCuento también está en usted y es por esta razón que con ocho tips básicos nos invitan a dejar de creer todo lo que circula en las redes sociales, los chats familiares e incluso en los medios de comunicación tradicionales. Anote y memorice:

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