En las primeras décadas del siglo XX cuando Colombia comenzó a insertarse en la economía mundial lo hizo a través de los puertos del Caribe. Barranquilla mostraba para esa época un dinamismo en su economía, con una clase empresarial innovadora y una industria pujante. Pero a partir de la consolidación del café como principal producto de exportación del país, se implantó un modelo de desarrollo económico que marginó a la costa caribe y se concentró en el centro andino. En Barranquilla se vivió un largo período de estancamiento que se reflejó en la desaceleración de su industria al tiempo que el agro y la ganadería dejaron de ser una alternativa de desarrollo. Esta situación, sumada a la ausencia de liderazgos y malas administraciones públicas llevaron a aumentar los niveles de atraso y de pobreza que hasta ahora se están superando.
Las políticas aperturistas que ha implementado el país con la firma de acuerdos comerciales y las exigencias de un mundo cada vez más globalizado, han puesto sobre relieve nuevamente la importancia de la costa Caribe y en particular de Barranquilla. En un mundo cada vez más competitivo, las ventajas geográficas que ofrece la ciudad permitirán que Barranquilla enfrente con mayor éxito los retos que imponen los tratados de libre comercio. La industria nacional con vocación exportadora debe tender entonces a ubicarse lo más cerca posible a los puertos marítimos sobre el Caribe. Barranquilla además cuenta con el Río Magdalena que como la arteria fluvial más importante de Colombia tendrá cada vez más desarrollada su navegación que conectará cada vez de una manera más rápida y eficiente a los puertos con los centros de producción del interior del país.
La Administración Distrital y el sector privado de la ciudad tienen claro que hay que aprovechar este momento para saltar a la modernidad. Por eso se están encaminando todos los esfuerzos para tener una ciudad más competitiva, acometiendo obras de infraestructura de gran envergadura como el Corredor Portuario y la Segunda Calzada de la Circunvalar. Se le está apostando a la educación desde la primera infancia hasta la Universidad, brindándoles a los ciudadanos sobre todo a los menos favorecidos una formación pertinente y garantizando que las empresas que se instalen en la ciudad encuentren el talento humano que requieran. Se tiene clara una estrategia de promoción de ciudad a través de Probarranquilla para atraer inversión local y extranjera que se traduzca en más y mejores empleos para beneficio de la gente. Se le está volviendo a dar la cara al río, con dos ventanas que reconcilian a la ciudad con su historia como lo son el nuevo centro de eventos y ferias del Caribe “Puerta de Oro” y la Avenida del Río con el futuro desarrollo urbanístico de la isla de la Loma.
Barranquilla, con su río y mar, es la mejor plataforma para abrirse a los mercados internacionales, garantizando a los inversionistas absoluta confianza en los gobiernos locales y reglas claras para realizar sus inversiones.
Se están haciendo todos los esfuerzos para realmente ser la capital de los tratados de libre comercio y ser la plataforma logística que conecte a Colombia con el Mundo. Las inversiones que hoy se están realizando en los puertos no tienen precedente y la recuperación de la navegabilidad del Río Magdalena gracias a la apuesta del Gobierno Nacional hoy es una realidad. Además se cuenta con una industria diversa y sofisticada así como con un comercio boyante. Por eso sin temor a equivocarnos podemos decir que hoy Barranquilla se perfila como la ciudad con mayor potencial económico del país.
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Foto: Malecón turístico de la Avenida del Río (Isla de la Loma)