Decir que es el momento del río Magdalena en pleno siglo XXI puede sonar extemporáneo o parecer una absurda obviedad. Pero hoy estas palabras cobran más vigencia que nunca teniendo en cuenta que Colombia por muchos años renunció inexplicablemente al aprovechamiento de las bondades del río para su desarrollo económico. El Río Grande de la Magdalena es la autopista natural más grande que tiene el país y transitar a través de este cuerpo de agua implica inmensos beneficios que se traducen en mayor eficiencia, menores costos económicos y un impacto ambiental positivo. En un mundo globalizado en el que los costos de transferencia son cada vez más determinantes para competir en los mercados internacionales no se puede desaprovechar esta ventaja competitiva. Solo para mencionar los costos económicos, se calcula que transportar mercancía por el río puede representar un ahorro alrededor del 20% frente al transporte por carretera.
Afortunadamente, el gobierno nacional comparte esta visión y le ha apostado a la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena como eje de la competitividad. Costó mucho llegar hasta el punto en el que estamos en donde existe un presupuesto de 2.5 billones de pesos para que el río sea navegable las 24 horas al día por los próximos 13.5 años. Y la apuesta ya ha dado sus primeros frutos pues en esta etapa previa de ejecución de la APP se ha triplicado el movimiento de carga por esta ruta, especialmente de hidrocarburos con relación al 2015.
En estos momentos de incertidumbre sobre el futuro de esta iniciativa debido a los problemas de Odebrecht como principal socio de Navelena, es imperativo respaldar al gobierno para que encuentre el mejor camino que garantice la continuidad de este importante proyecto. Pues gracias a sus innumerables beneficios es necesario darle continuidad a este propósito que ha sido un sueño por el que mucho se ha luchado desde la región Caribe. Esto teniendo en cuenta especialmente el impacto de este proyecto para el desarrollo de los municipios ribereños y para los puertos de Barranquilla. Con un río completamente navegable se multiplican las posibilidades de proyectos agroindustriales y turísticos en sus riberas.
Con la APP se pretende acometer las obras para conectar los centros de producción del interior por esta arteria fluvial desde Puerto Salgar hasta Bocas de Ceniza. El potencial es inmenso pues el país actualmente solo mueve el 2% de su carga por el río. La visión es apostarle a un transporte multimodal en donde el transporte fluvial sea complementado de la mejor manera por el transporte férreo y por el transporte por carretera. Colombia ocupa el deshonroso puesto 97 en desempeño logístico y se calcula que los costos logísticos representan un 14.7% de los costos sobre las ventas. Así que el reto de mejora es inmenso y la apuesta es aprovechar al máximo este recurso natural que tenemos en nuestras narices. Hay momentos que si no se aprovechan pasan y pueden tardar muchos años en volverse a presentar. Como este, el momento del Río Magdalena.
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