Hace apenas 10 años, la administración de Barranquilla era sinónimo de desgreño administrativo y corrupción. Los alcaldes caían presos y la credibilidad en lo público estaba por el suelo. El Gobierno Nacional, llegó a un punto en que simplemente optaba por no enviar recursos a la ciudad porque sabía que se los iban a robar.

Una década después la ciudad ha dado un vuelco total. La alianza público-privada que se forjó en ese momento para sacar del sumidero a la ciudad hoy comienza a ver sus mejores frutos. Con buenas administraciones tanto en la Alcaldía como en la Gobernación y un trabajo mancomunado con los empresarios y la ciudadanía, se ha venido demostrando que si es posible transformar un territorio.

El proceso arrancó con la recuperación de la soberanía en el cobro de los impuestos, el rescate de los servicios de educación y salud y la ejecución de las obras más esenciales para conectar a los ciudadanos. Después se profundizó con obras para hacer una ciudad más competitiva, como la segunda calzada de la circunvalar, el corredor portuario y el centro de ferias. Soñando en grande y poco a poco se ha venido demostrando que a esta ciudad, como lo expresó recientemente el Alcalde Alejandro Char, “nada le queda grande.”

Barranquilla hoy se enorgullece de haber albergado los mejores Juegos Centroamericanos y del Caribe de la historia. No solamente ponderados desde el ámbito deportivo sino por el gran sentido de pertenencia que despertaron en la ciudadanía. La recuperación integral de sus espacios públicos, como los parques y el malecón frente al Río Magdalena son hoy un referente nacional. El círculo virtuoso del desarrollo con obras que saltan a la vista, viene generado cada vez más confianza en los contribuyentes.  Los indicadores sociales de pobreza y pobreza extrema igualmente han venido mejorando vertiginosamente.

En un hecho reciente, la administración por fin pudo salir de la tortuosa Ley 550. Gracias al trabajo conjunto entre el sector público y el privado, el Financial Times acaba de reconocer al Departamento del Atlántico como el cuarto estado del futuro en Latinoamérica y primero en Colombia con mejor estrategia de inversión extranjera directa. Tenemos nuevos iconos para embellecer nuestro espacio público como la “Ventana al Mundo” recientemente entregada por la empresa Tecnoglass.

Barranquilla está sin duda en su mejor momento. Pero no todo es color de rosa y falta mucho por hacer. Nos falta resolver problemas estructurales como la competitividad de nuestro puerto y el servicio que presta Electricaribe. Tenemos grandes desafíos en materia de seguridad y movilidad. Necesitamos más oportunidades para nuestros jóvenes y fortalecer nuestro sistema de transporte masivo. Hay que enfrentar la informalidad y profundizar en la lucha contra la pobreza. Por eso es fundamental no perder el rumbo y seguir avanzando hacia metas cada vez más ambiciosas.

Twitter: @alfrecarbonell

Foto: Gran Malecón Puerta de Oro