Si yo fuera narcotraficante, sería chévere. Tendría a los periodistas de mi parte. A ellos y a los políticos, porque sin los políticos nada sucio es posible. Los mejores cocineros del mundo trabajarían para mí. La Policía comería de mi mano, obvio. Tendría muchos bienes, muebles e inmuebles; fincas, ganado, un Xbox 360 y muchos autos lujosos. Compraría al Atlético Bucaramanga. Construiría un colegio de dimensiones imaginarias que lleve mi nombre, «Juan Carlos Gómez Becerra», y pondría sucursales en cada Departamento.
Compraría la UIS, la Nacional, la Distrital, la UDEA, la del Valle y otras seis universidades más, y sacaría a patadas a los paracos vestidos de celadores que golpean estudiantes. Les pagaría un semestralizado a los patrulleros del ESMAD para que terminen el bachillerato y dejen de ser tan sapos. Compraría los canales RCN y Caracol, y los reciclaría para engrandecer el Canal Capital.
Daría mil diez mil millones de pesos como recompensa para aclarar, punto por punto, la muerte de Jaime Garzón, y pagaría muy bien toda la información que me suministraran sobre casos como el de las chuzadas del DAS o el de la falsa desmovilización del bloque «Cacica Gaitana», entre otros.
Pagaría la deuda externa. Despojaría el Cauca y se lo daba a los indígenas, y al Chocó, y sacaría a todas las empresas mineras que buscan apoderarse del suelo colombiano. Compraría Ecopetrol, no dejaría salir del país una sola gota de combustible y lo convertiría en la verdadera Empresa Colombiana de Petróleos. Jubilaría a Juan Manuel Santos y, a su hijo, le daba un fusil y lo mandaba a la guerra de verdad y le diría que no sueñe con la presidencia de Colombia porque, conmigo, se acaba el reinado, papá. Institucionalizaría el voto obligatorio.
Construiría parques naturales en todos los páramos; museos, teatros y bibliotecas en todas las ciudades y municipios del país, y la educación sería gratuita y obligatoria.
A Sergio Fajardo lo elegiría presidente de Colombia y a los expresidentes, incluyendo al viejo Belisario Betancur, los judicializaría por corruptos e incompetentes.
Reproduciría por mil millones el documental de Hollman Morris y Juan José Lozano, IMPUNITY, y lo distribuiría gratuitamente en toda Latinoamérica. Reformaría la ley 100. Liquidaría el ICBF, condenaría a todos los agazapados que se han lucrado con este organismo, y montaría un colegio enorme, el mejor del país, para que se hiciera cargo de los niños que no tienen papá o mamá.
Si yo fuera narco, les quitaría a Colombia de las manos a los tres avaros que la tienen y se la devolvería al Pueblo. Les devolvería su nación a los exiliados, a los desplazados su casa, como debe ser, y a los politiqueros los mandaba a la cárcel.
Maldita sea, si yo fuera narco, los mataba a todos, mejor.
@Vuelodeverdad