Las obras de Metrolínea comenzaron en el 2006 y para el 2009 se inauguraba y ponía en funcionamiento la primera fase del nuevo sistema de transporte masivo en la ciudad de Bucaramanga. Los usuarios lo disfrutaron el primer mes, que era gratis, porque del segundo para acá todo ha sido un profundo y eterno tratar de acostumbrarse. A continuación se presenta un resumen de las embarradas más penosas de Metrolínea.

  • 1.La ubicación de las estaciones

Antes solo era salir a la calle y levantar la mano. Ahora hay que ir a la estación, que por lo general tiene un puente infinito o un largo pasillo de acceso en zigzag, y recargar la tarjeta, para después atravesar el torniquete y buscar la estación indicada. El usuario debe disponer quince minutos más para abordar un vehículo de Metrolínea.

  • 2.Los escasos puntos de recarga

Dado que el melancólico y pensativo ciudadano bumangués se ve obligado a preferir los servicios de Metrolínea, porque por las tres vías principales solo circulan sus buses, lo más razonable es que haya un punto de recarga para pasajes a cada tanto. Pero no. A veces el usuario, cuando corona un punto de recarga, ya está muy cerca del sitio al que debía ir y prefiere seguir caminando. Como medida de emergencia, hay personas que abordan el vehículo en las estaciones de la calle y después de pasar su tarjeta por el lector y comprobar que no tienen saldo les piden a los pasajeros que les vendan un pasaje. Los escasos puntos de recarga de pasajes es una de las ocho embarradas de Metrolínea.

  • 3.Cuando se cae el sistema

A veces, en los puntos de recarga, «se cae el sistema» y si el usuario tiene contado el tiempo, llega tarde al trabajo o la universidad. La empresa no tiene un plan de emergencia para estos casos y el usuario solo tiene dos opciones: esperar que el dichoso sistema vuelva o caminar hasta la calle y tomar un taxi.

  • 4.Los mapas indescifrables

El mapa de las rutas que hay en las estaciones de servicio no es del todo claro. Los habitantes de esta pequeña y trágica ciudad no tienen tiempo de sobra para descifrarlos. El usuario que se para frente a uno de esos mapas tiene la impresión de que, además de robarlo, quieren confundirlo. Se aleja pensativo y mejor le pregunta a alguien.

  • 5.El valor del pasaje

Para una ciudad tan pequeña como Bucaramanga, con tantos desempleados, 1650 pesos por un pasaje es demasiado caro.

  • 6.Sobrecarga y escasez de vehículos

La tardanza en las estaciones, los vehículos con sobrecarga y la infrecuencia de las rutas es otra de las embarradas más tesas de Metrolínea. La ausencia de suficientes vehículos para que circulen de uno a otro con más frecuencia controlaría el sobrecupo, que genera el polémico restregón y evitaría el famoso cosquilleo.

  • 7.Otros valores sin justificación

Para acceder a los servicios de Metrolínea el usuario debe contar con una tarjeta «inteligente», que vale tres mil pesos no consumibles y que debe recargar cada vez que quiera viajar en este medio de transporte. Además de cobrar la tarjeta, que debería ser gratis, ofrecen el servicio de personalización de la misma, para que el sistema sepa quién ingresó y a qué horas a los portales de Metrolínea. El gancho de personalizar la tarjeta no está precisamente en que haya un sistema que le siga los pasos al usuario como la estrategia de un Gran Hermano, sino en que, si el usuario se ha quedado sin saldo, puede adelantar un pasaje y pagarlo en la próxima recarga. Esta herramienta, sin embargo, solo funciona dentro de los portales de Metrolínea, porque si el usuario desea usar un alimentador el saldo de su tarjeta será nulo. A propósito de «tarjetas», en otro tiempo los alimentadores se usaban para llevar a las personas hasta la estación más cercana y su servicio era gratuito.

  • 8.No hay con quién quejarse

El usuario se frustra cuando, después de una embarrada irreversible por parte de Metrolínea, no tiene a quién insultar. Ante una empresa con esta, con un servicio tan penoso, es necesario que se habilite una gigantesca oficina exclusiva para quejas y reclamos donde se pueda ultrajar violentamente a los verdaderos responsables y no a las chicas miedosas que se ocultan detrás de los teléfonos azules.
Entre otras, estas son las razones por las que es mejor empezar a usar la bici. A usted ¿cuál le molesta más?

 

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