Por decir que quería ser astronauta, uno de mis estudiantes dijo que quería ser extraterrestre. Es que cuando uno va terminando el bachillerato, además de pensar en el dichoso Prom, piensa también en lo que hará después.
Escoger la profesión adecuada no es una tarea sencilla.
Muchos de nosotros llegamos a este punto con la idea de que queremos ser médicos, creo que más que impulsados por nuestra propia voluntad pensamos esto gracias a nuestros padres, pues curiosamente todos quieren vernos con un estetoscopio y con una bata blanca.
No estoy seguro si las razones apuntan más a la rentabilidad o a la felicidad, pero me parece que muchos de los que quieren ser médico en realidad no quieren serlo. Creo para lograr rentabilidad más que ser médico hay que ser bueno en lo que uno hace. Además hay profesiones mucho más rentables que la de Medicina; si uno quiere ser médico que las razones apunten mejor al servicio hacia los demás y que exista una preocupación clara en cuanto al problema que vive la salud en nuestro país.
El bachiller puede decidir si lo que quiere es cursar una carrera técnica, tecnológica o profesional. Para elegir bien es bueno pensar en las necesidades de nuestra realidad actual y, si nos interesa, comenzar a investigar sobre las posibilidades en determinados campos del conocimiento. Muchas veces lo que uno quiere es llevar la placa de ingeniero, o la de abogado, sin conocer mucho sobre las propiedades de estos títulos. Hay personas que dejan esta decisión a la suerte, algunos incluso obtienen el título; pero no terminan ejerciendo.
Hay que pensar en amar eso por lo que uno va a ganarse la vida en adelante, no sirve de nada ser médico cuando al trabajo va uno a trabajar. Al trabajo uno va a pasarla bien, si no disfruta uno lo que hace apague y vámonos. Conquistar la felicidad es lo que queremos todos; y la plata o el estatus no son la manera más propicia de lograrlo. Al momento de elegir qué estudiar no hay que pensar en tener más, sino en ser más.
La idea es prepararse para lo que a uno de verdad le gusta.
Al final no importa si quieres ser médico, ingeniero, profesor o extraterrestre, lo que importa es que quieras ser feliz.