Moonlight es el segundo largometraje del director estadounidense Barry Jenkins. Nos cuenta la historia de vida de un afroamericano sumergido en un entorno de drogas y su descubrimiento sexual.

Creo que lo que más me gusta de esta película es que toca temas muy estigmatizados y los usa a su antojo, los moldea y nos impide verlos repetitivos.

Temas como la homosexualidad, las drogas y el bullying por ejemplo, los acaricia de una forma poética, y creo que ese es un elemento al que juega muchísimo, la poesía, y lo mejor de todo es que no abusa de ella. Sin dejar de lado que algo poético no necesariamente debe ser romántico.

El director hace un trabajo excepcional, ya que los tres actores que dan vida al personaje principal están tan alineados y tan bien construidos, que nunca los vemos por separado y nunca nos olvidamos de ninguno. Así la historia tenga sus tiempos de protagonismo para cada uno de ellos, les da un respiro y los enaltece, cosa que los deja inmediatamente en nuestra memoria.

Tiene un reparto, a mi parecer, muy adecuado. Naomie Harris es una explosión en este film. Lo hace demasiado bien, dan ganas de sacarla de la pantalla y agarrarla a golpes, pero también logras identificarte con ella en ciertos puntos, sobretodo al principio de la historia. Mahershala Ali no aparece mucho, pero tiene sus momentos dignos de aplaudir, por ejemplo, la escena en la playa.

Tiene un manejo interesante de la cámara, hay tomas hechas como insertos donde juegan con el color (púrpura, rojo, amarillo, entre otros) de una forma muy interesante y acertada. Y si bien juegan a lo independiente, no abusan de ello, al contrario, lo complementan. Es quieta y a la vez inquieta, dependiendo de las escenas, y eso aporta una diversidad que pienso les funciona bastante bien.

Moonlight me atrapó y me conquistó. No sólo por el respeto con el que manejan los temas, sino por lo cuidada que está, es un experimento que funciona, es una cinta que no tiene un tema demasiado novedoso ni un coctel de nuevas aplicaciones en el cine, pero lo que trabajan, lo trabajan bien. Lo bonito de la historia es como está contada, en eso creo yo que radica el éxito.

Ya sólo quedan pocas funciones de esta película, pero si tienes la oportunidad de verla, no lo pienses dos veces. Recientemente leí críticas acerca de cómo reaccionaban algunos colombianos al ver algo como la homosexualidad y las drogas en la gran pantalla. Pues yo les digo que si se ponen a hablar de más, los callen. Que salgan de la sala, pero que nos dejen al cine quietico. Bien puedan irse con prejuicios y unos pesos menos en el bolsillo para la casa.

8 claquetazos de 10.